Brian J. Chen BALTIMORE – Transcurridos cinco meses de su segunda presidencia, Donald Trump está iniciando una nueva era de gobernanza tecnológica imperial en la que las autoridades reguladoras (nacionales y extranjeras) estarán subordinadas a una administración estadounidense cada vez más dominada por las megatecnológicas. Silicon Valley ha cultivado su influencia política mediante campañas de presión agresivas y designaciones presidenciales estratégicas. Ahora, a pesar del rechazo de la industria tecnológica

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