Financiamiento del Presupuesto

Presupuesto general de Honduras sigue bajo el velo de la ilusión

Tegucigalpa, Honduras. – El Presupuesto General de la República aprobado para el 2021 es de 288.871 millones de lempiras, pero ¿a dónde se va ese dinero si las necesidades institucionales siguen en precariedad?

Este presupuesto debería responder a los efectos negativos producto de la crisis económica por la pandemia y los huracanes Eta e Iota, además de fortalecer los sectores de salud y educación, pero lejos de brindar un respiro a la población solo ha dejado deudas que se irán deduciendo por la dinámica económica de los impuestos.

“Gran parte del presupuesto es ineficiente por varias razones, entre ellas, el tema de la corrupción, la rigidez presupuestaria, es decir, gran cantidad de los recursos se destinan a sueldos y salarios, estos, al final, no son una burocracia de calidad que pueda fomentar un desarrollo”, manifestó Ismael Zepeda, economista del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras.

Expertos mencionaron que el presupuesto aprobado está diseñado como si el país no estuviera en un contexto de precariedad y lo que tratan de hacer es cubrir las necesidades políticas.

“No hay administradores y el presupuesto lo utilizan únicamente como un instrumento de generación de política y no de desarrollo, por eso nunca se va a reflejar que un presupuesto esté a favor de las necesidades de la población porque se utiliza de forma ineficiente más altos niveles de corrupción”, expresó el economista, Melchor Rodríguez.

Rodríguez destacó que los altos niveles de corrupción equivalen casi al 30% del presupuesto, además, en países como Honduras el presupuesto es visto como un botín

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El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) alertó, en el 2020, “sobre recortes en las inversiones sociales que podrían agudizar una de las mayores crisis que vive Honduras. Finalmente insta al Congreso Nacional a abrir espacios para que la ciudadanía pueda participar en su discusión a través de análisis técnicos para consensuar un presupuesto que permita salir de la crisis económica a la vez que se garantice el bienestar de la población”.

Aunque el exministro de Finanzas, Marco Midence, en diciembre de 2020, vendió la idea de un casi 30 por ciento del presupuesto general iba a ser destinado a los sectores más vulnerables como la educación y la salud, lo cierto es que para el actual gobierno esto jamás ha sido una prioridad, al contrario, muchos de los fondos públicos se han invertido en gasto militar.

“En los últimos 10 o 12 años se ha invertido más en defensa y seguridad que en salud y educación y otra parte importante de los recursos se va en la deuda externa la cual ha adquirido un monto sumamente elevado y se está destinando cerca de 38 mil millones en promedio en los últimos 5 años”, destacó el expresidente del Banco Central de Honduras, Hugo Noé Pino.

Honduras viene arrastrando un monto de endeudamiento muy alto, esto hace que el presupuesto sea rígido, es decir, un presupuesto para un determinado volumen de actividad estimada sin realizar ningún tipo de ajuste cuando la actividad real difiere de la estimada.

“Generalmente cuando se tiene una carga tan fuerte y se genera un déficit fiscal alto, la forma de pago es con el aumento de impuestos y en términos generales la deuda siempre se paga con impuestos presentes o impuestos futuros”, detalló Pino.

Aparte, la Constitución establece el 6 por ciento del presupuesto general a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), pero la Secretaría de Finanzas no ha desembolsado los 1,461 millones de lempiras que tiene pendiente desde el 2020.

“Hay aspectos en los que no se puede estar tocando el presupuesto y uno de ellos es la educación, en especial el que está destinado a la universidad. Este es un mandato categórico que se debe de asignar el 6 por ciento”, destacó Rodríguez.

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Rodríguez añadió que si se analizan todas las líneas presupuestarias se puede encontrar cualquier tipo de actos de corrupción y que el principal objetivo es revisar qué está sucediendo con las líneas del sistema social.

“¿Quiénes están a cargo de estas líneas sociales? ¿hacia dónde se están desviando esos fondos y qué se está haciendo con ellos? es de analizar qué funcionarios han mejorado su calidad de vida y ahí podemos encontrar muchas partes del presupuesto”, finalizó Rodríguez.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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