migración irregular Honduras

Fin del Título 42 aumenta migración irregular de tránsito por Honduras

Honduras sigue siendo puente para los venezolanos, haitianos, cubanos, venezolanos, ecuatorianos, y africanos, quienes siguen migrando masivamente hacia Estados Unidos

Tegucigalpa. – Más de120 mil migrantes irregulares han entrado a Honduras en lo que va de 2023. Personas de Sudamérica, el Caribe, Asia y África hacen un paso obligatorio por el país con la esperanza de llegar a Estados Unidos. Pero esta cantidad de migrantes podría aumentar masivamente por una decisión de la nación norteamericana.

“Temo por mi vida y espero que me reciban a mí y a mi familia, en Estados Unidos, ya quitaron la ley y ahora esperamos nos dejen entrar”, dijo Jesús, un migrante venezolano al llegar al Centro de Descanso Temporal Alivio al Sufrimiento en El Paraíso, unos 120 kilómetros al oriente de Tegucigalpa, capital de Honduras. 

La ley a la que se refiere Jesús es el Título 42, una orden de salud pública aplicada por el gobierno de Donald Trump que se utilizó para expulsar a quienes cruzaban irregularmente la frontera durante la pandemia de la covid-19 y que estuvo vigente desde el 2020 hasta el 11 de mayo pasado. 

Con la revocación de la normativa, se espera un aumento en el número de migrantes que llegan a la frontera sur. La administración de Joe Biden ha dicho que está preparada para manejar el aumento, pero existe preocupación que se rebalse el sistema.

Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad de los Estados Unidos dijo “anticipamos que habrá grandes cantidades de detenciones en nuestra frontera sur en los días y las semanas posteriores al 11 de mayo. Ya estamos observando altos números de detenciones en algunos sectores”.

UNA NOCHE DE TRANQUILIDAD EN EL ALBERGUE

Jesús salió el cinco de mayo de Venezuela en un grupo de siete personas junto a su esposa, hermano, un amigo y sus tres hijos menores de edad, ellos tienen tres, cinco y ocho años. La travesía hasta Honduras les tomó diez días, tiempo en el que se enfrentó a sufrimiento y peligros. 

“Un viaje terrible, subimos montañas en el Darién, con los niños en la espalda, en un río la corriente casi se lleva a uno de los niños, otro se hirió el pie y nos tocó cargarlo… se arriesga la vida al cruzar la selva, pero también se lucha contra la corrupción, la guerrilla y el hambre”, dijo Nei, esposa de Jesús. 

Uno de los hijos de Jesús se lastimó el pie al cruzar la selva del Darién y no puede caminar, tuvieron que cargarlo todo el camino. (Foto: Horacio Lorca-Criterio.hn)

Llegaron al asilo a eso de las dos de la tarde, un par de horas antes de que comiencen a atender, ahí les dieron agua, los padres se acomodaron en dos sillas y los demás en el suelo; los niños comenzaron a pintar sus cuadernos con crayolas, los mayores conversaron con Criterio.hn.

“No podemos vivir ya en Venezuela, nos tratan como criminales, nos tratan de meter en la cárcel sin haber hecho nada, tuvimos que esperar dos años para salir del país, escondidos, pero confiamos que nos van a dejar pasar a Estados Unidos porque somos víctimas de persecución política”, comentó Jesús. 

Según datos del Instituto Nacional de Migración en lo que va de 2023 y hasta el pasado 18 de junio entraron a Honduras 121,594 migrantes irregulares, de estos, 44 mil son de Venezuela, 17 mil de Haití, 17 mil de Ecuador, ocho mil de Cuba, cuatro mil de China y casi tres mil de Colombia entre otros. 

Ayer lunes, durante la presentación de los resultados de una encuesta aplicada a los migrantes, el personal de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) estimó que, al término de 2023, Honduras recibirá al menos 200 mil migrantes en tránsito.

De momento, la OIM no se atreve a decir que la migración esté incrementando  producto de la eliminación del Título 42, porque antes de aseverarlo se deben analizar varias causales.

También lea: Cifra de personas migrantes en tránsito podría superar los 200 mil al cierre de 2023

La zona por donde más ingresan es por El Paraíso, el área más oriental de Honduras y que es fronteriza con Nicaragua. Entre las delegaciones de Trojes y Danlí se han recibido casi a 110 mil personas, un 90% de los migrantes que han llegado este año.    

Elida Vallecillo es la coordinadora del centro de descanso, ahí se les recibe y se les brinda atención “aquí ellos pueden pernoctar, tienen acceso a baños y duchas, se les brindan insumos de higiene, internet, cena, desayuno y al día siguiente se les transporta al Instituto Nacional de Migración para que hagan sus trámites”. 

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En agosto de 2022, Criterio.hn estableció, con datos proporcionados por el Instituto Nacional de Migración (INM), que durante los primeros seis meses de 2022 las arcas del Estado recaudaron L241, 503, 887.97, cerca de 10 millones de dólares, por concepto de sanciones administrativas impuestas a los migrantes de paso por el territorio nacional, una cifra estrepitosa que duplicó y triplicó la obtenida en años anteriores. En total, del 2015 a junio de 2022, se recaudaron L544,800, 580.08 (un poco más de 22 millones de dólares).

Honduras cobraba una multa equivalente a 216 dólares a todos los migrantes que ingresaran en forma irregular al país, lo que generó una serie de abusos, extorsión y violación a derechos humanos de los transeúntes, Esta situación hizo que, en mayo de 2022, en el Congreso Nacional, se aprobará una amnistía migratoria, pero fue hasta tres meses después que se aplicó. La amnistía ha sido ampliada hasta el 1 de enero de 2024. 

Criterio.hn habló con más de 30 migrantes y todos corroboraron que no tuvieron que realizar ningún pago por el salvoconducto, que los trataron muy bien y que el proceso fue rápido.  

Germán Gálvez (62), de origen colombiano fue deportado de Estados Unidos y ahora intenta regresar. (Foto: Horacio Lorca-Criterio.hn)

El centro de descanso fue abierto hace apenas tres meses con el apoyo de Naciones Unidas, tiene una capacidad de 200 personas, pero mantiene a 165 en promedio cada noche. 

Ante un probable aumento de migrantes, Vallecillo dijo que sí consideran tomar medidas “se tiene contemplado ampliar la capacidad y ver las opciones, ya estamos preparados y buscamos alternativas”. 

Hasta el momento Jesús y su familia gastaron unos dos mil dólares en la travesía, dijeron que ya no tenían dinero, por lo que cómo financiarán los siguientes días que estén en Honduras y cómo seguirán el viaje son una incógnita.

MILES DE MIGRANTES, MISMAS TRAGEDIAS

A sólo 18 kilómetros del centro de descanso, en la entrada de la Ciudad de Danlí está el Centro de Atención al Migrante Irregular (CAMI), Francisco Paz, inaugurado en enero pasado, está destinado a dar refugio de una noche a los migrantes y también como uno de los puntos para trámite de salvoconductos. 

Las afueras del centro se han tornado una torre de babel, se mezclan conversaciones en español, inglés y francés, con pregones de vendedores ambulantes.

Cobradores ofrecen servicio de bus directo a Tegucigalpa, taxi a Western Union para cobrar remesas a un dólar, mujeres vendiendo café a un dólar, arroz con pollo a tres dólares, hombres vendiendo tarjetas SIM a ocho dólares y cargadores y cobertores de celular desde los 15, todo lo que puede necesitar el migrante, el que tenga para pagarlo, claro. 

Lovely Gils es una joven haitiana de 22 años, también busca llegar a Estados Unidos, dice que el viaje sólo ha sido un poco difícil. 

“No hay seguridad, los policías dan mucho miedo, no confiamos en las autoridades, debíamos de abandonar el país”, explicó Gils al consultarle por qué dejó su país. 

Gils espera le den entrada a Estados Unidos por la falta de seguridad en su país, pero también porque está embarazada, dice que le comentaron que eso la puede ayudar a entrar y fue lo que la terminó de motivar a migrar. 

Jonny Suárez de Venezuela viaja con diez parientes rumbo a Estados Unidos, estaba cumpliendo 42 años ese día, también cumplía cinco años de haberse mudado a Colombia y 11 días de travesía migratoria. 

Abandonó su país natal buscando trabajo y más seguridad, pero dice que en Colombia fue leve la mejoría, sobre todo porque hay más de 2.5 millones de venezolanos que hicieron lo mismo y se quedaron en el país cafetero, lo que redujo sus posibilidades de obtener un buen trabajo.

Al mencionar que era su cumpleaños alguien dijo que se debía conseguir una torta para celebrar, pero su sobrina Gilda Suarez, de 20 años, manifestó inmediatamente “de dónde si no hay reales”, luego comentó que ya no tenían dinero para seguir el viaje luego que los asaltaron en Nicaragua. 

“Este viaje es más difícil de lo que cuentan, en Panamá, después de cruzar la selva, íbamos en un bus y quedó en dos ruedas al borde de un abismo, nos hubiéramos matado, después nos asaltaron en Nicaragua, son mafias por todos lados”, comentó Suárez. 

El probable destino de los migrantes que se quedan sin dinero es dormir en la calle, a tan sólo dos kilómetros, en un parque llamado Monumento a la Madre, hay por lo menos un centenar de migrantes, los afortunados duermen en tiendas de campaña y los menos afortunados en cartones sobre la tierra. 

Ignacio Rodríguez es de Venezuela, tiene 22 años y viaja junto a su esposa y sus dos hijos, hace tres días llegaron a Honduras y la primera noche durmieron en el centro de descanso, pero tienen dos noches de dormir en el parque sobre cartones, sin acceso a servicios básicos, las moscas los rodean.

“No tenemos más donde quedarnos, no nos podemos mover por falta de dinero ocupo 100 dólares para llegar a la capital y luego pagar transporte a la siguiente frontera, dependemos de la caridad porque no dan trabajo”, comentó Rodríguez a Criterio.hn

El día que hicimos este reportaje estaban al menos 100 migrantes varados en Danlí durmiendo en el Monumento a la Madre por no tener dinero para seguir con su viaje. (Foto: Horacio Lorca-Criterio.hn)

Como menciona Rodríguez, el siguiente paso es llegar a Tegucigalpa; unos 11 kilómetros antes en la entrada de Tatumbla, se ha construido una improvisada estación de buses sólo para trasladar a migrantes a las fronteras. 

La terminal está hecha con tablas de madera de orilla y lámina, tiene rótulos impresos con la leyenda “migrante seguro”, por 30 dólares por cabeza los trasladan a las fronteras de Agua Caliente, El Florido o Corinto en un viaje directo por donde ingresarán a Guatemala para luego seguir a México, dejando atrás a Honduras.

TÍTULO 42, TÍTULO OCHO, O LEY QUE VENGA, MIGRACIÓN CONTINUARÁ

Allan Alvarenga, director del Instituto Nacional de Migración celebró el fin del Título 42 al decir que es “una “medida de salud” violatoria a los derechos de los migrantes” y refrendó la buena voluntad que tiene el gobierno, “tenemos un compromiso irrestricto con la protección a los derechos de los migrantes”.

Pero el fin del título 42 no es realmente una mejor oportunidad para quienes buscan llegar al país del norte. Según explica Mayorkas, el levantamiento del Título 42, no implica que la frontera esté abierta, de hecho, es todo lo contrario. 

“El uso que hacemos de nuestras facultades de control inmigratorio conforme al Título ocho del Código de Estados Unidos implica consecuencias más severas para las personas que crucen la frontera ilegalmente”, sentenció Mayorkas. 

A diferencia del Título 42, una persona que sea deportada conforme al Título ocho, la normativa vigente, queda sujeta a una prohibición de reingreso a Estados Unidos por al menos cinco años y puede ser objeto de acciones penales si intenta cruzar nuevamente.

El periodista Joan Suazo, dialoga con dos migrantes, quienes le cuentan sus trágicas historias. (Foto: Horacio Lorca-Criterio.hn).

El viaje de miles de migrantes es largo y arduo. Enfrentan muchos desafíos, incluyendo violencia, pobreza y persecución. Los impulsa la esperanza de mejorar sus condiciones de vida o reunirse con sus familias, lo que para ellos es motivo suficiente al arriesgarlo todo para llegar a su destino.

Todos los migrantes saben que su posibilidad de ser recibidos legalmente en Estados Unidos es baja, pero igual lo intentarán, saben que si eso falla tratarán de entrar ilegalmente y si fallan lo volverán a intentar, independientemente del título o ley que esté vigente.

  • Joan Suazo
    Joan Humberto Suazo es un periodista hondureño que ha trabajado temas de corrupción, acceso a la información, transparencia, datos y Derechos Humanos. Ha trabajado con importantes medios internacionales como Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), New York Times y American Quarterly, y organizaciones como Transparencia Internacional Capítulo de Honduras entre otros. Ha participado en programas académicos en Suecia, Mexico, Colombia y los Estados Unidos con el Centro Internacional de Periodismo (ICFJ) y es miembro profesional de la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales (ECA) del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

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