Tegucigalpa. Tras las recientes elecciones generales en Honduras, el bipartidismo conformado por los conservadores Partido Nacional y Partido Liberal sufrieron un colosal revés en las urnas que refleja el deterioro y resquebrajamiento en los últimos procesos electorales, en especial, los rojiblancos.
Con la declaratoria oficial de los resultados a nivel presidencial por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), Xiomara Castro, del opositor Partido Libertad y Refundación (Libre), venció de manera arrolladora al candidato nacionalista Nasry Asfura logrando convertirse en la primera mujer en asumir la presidencia de la nación centroamericana.
Castro obtuvo 1, 716,793 votos lo que representa el 51,12% del total de la votación mientras Asfura apenas alcanzó 1, 240,260 marcas seguido del candidato liberal, Yani Rosenthal, con 335,762 votos que representa un humillante 10%.
Lo anterior refleja el rompimiento de gobiernos bipartidistas y el debilitamiento que han sufrido ambos partidos políticos a causa de las sendas denuncias de corrupción de sus principales líderes y allegados y las vinculaciones de estos en el crimen organizado y la narcoactividad.
TRAS 12 AÑOS DE GOBIERNO PARTIDO NACIONAL PAGA LA FACTURA
En 2010, el Partido Nacional asumió el poder bajo el gobierno del expresidente Porfirio Lobo Sosa hoy señalado de corrupción y vinculaciones con el narcotráfico por parte del departamento de Estado de Estados Unidos.
En los comicios de 2013, Juan Orlando Hernández, actual mandatario de Honduras, era el candidato ungido de Lobo Sosa logrando ser electo con 1, 149,302 votos, según los datos del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE), no obstante, en comparación con las marcas a nivel presidencial de 2010, Hernández redujo en 64,393 votos, cabe señalar que dichas elecciones fueron denunciadas de fraudulentas.
En las elecciones internas de 2012, en el Partido Nacional votaron 1, 144,444 personas, pero hubo 162,007 votos nulos y blancos siendo el partido político con mayor rechazo seguido del Partido Liberal.
Al igual que en 2013, para las elecciones generales de 2017 se orquestó un enorme fraude electoral que culminó con la reelección ilegal de Hernández que tuvo 1, 410,888 votos logrando un aumento significativo del 18,50% en comparación con 2013 mientras la Alianza de Oposición Contra la Dictadura que lideraba Salvador Nasralla obtuvo 1, 360,442.
Sin embargo, en las recientes elecciones se ejecutaron varios cambios y reformas como ser la depuración del Censo Electoral, se crearon nuevos organismos electorales, se implementó el Sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP) y los resultados fueron humillantes hacia el partido de gobierno.
Para las elecciones primarias apenas lograron 1, 167,299 votos contrario a 2017 en las que se infló el resultado a 1, 378,770, es decir, 211,417 votos menos cifra que se utilizó para ejecutar el fraude a favor de Hernández y que, cuatro años más tarde, el Ministerio Público de Honduras está investigando.
Además, el rechazo floreció en las elecciones internas debido a que muchos ciudadanos fueron obligados a votar por el Partido Nacional debido a que queda un registro en qué partido votó cada elector, por lo cual los votos nulos y blancos sumaron 195,160.
En las elecciones generales el candidato Asfura logró 1, 240,260 votos, lo que refleja 170,628 menos que en 2017.
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PARTIDO LIBERAL, EL MÁS PERJUDICADO
El Partido Nacional salió beneficiado de la crisis de 2009 cuando el entonces presidente José Manuel Zelaya fue defenestrado, a mediados de año. El Partido Liberal se partió en dos entre los que apoyaron el golpe de Estado y los opositores que al final conformaron el Partido Libre.
En esas votaciones Elvin Santos, quien figuraba como candidato presidencial y se perfilaba a ser el ganador, fue derrotado logrando 817,524 votos mientras Lobo Sosa lo superó con 1, 213,695 votos representando el 56,56% del total de votos.
Para las elecciones de 2013, se utilizó la figura de Mauricio Villeda quien levantó una campaña política utilizando el lema de su fallecido padre Ramón Villeda Morales víctima de un golpe de Estado, pero la estrategia no funcionó, el Partido Liberal venía en picada logrando solo 632,320 votos.
Sin unirse a la alianza en 2017, el entonces candidato liberal Luis Zelaya Medrano, quien en varios discursos confundía su partido político con el Partido Nacional, fue señalado se haber llevado a los colorados a la peor derrota en una elección debido a lograr 484,187 votos lo que representó el 14,74% de la votación.
Sin embargo, en estas elecciones decidieron apostar por Yani Rosenthal, un empresario exconvicto declarado culpable en Estados Unidos por delitos vinculados a la narcoactividad, concretando así la peor derrota con solo el 10% de la elección, 335,762 votos.
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CAMINO A DESAPARECER
Varios dirigentes políticos del bipartidismo reconocen que están camino a desaparecer, sobre todo el Partido Liberal, si no se toman acciones para restructurarlos y fomentar un nuevo liderazgo.
Para el dirigente liberal Octavio Pineda, los responsables de la crisis en los liberales son la facción tradicional conservadora por lo que se debe rescatar la doctrina del partido, situación que comparte Enrique Ortez Sequeira, exmagistrado del TSE, quien reconoce que se debe apostar por una restructuración a lo interno.
En tanto, Lobo Sosa del Partido Nacional, arremetió contra Hernández de ser el responsable de la humillante derrota electoral del 28 de noviembre al tiempo que advierte que habrá una feroz lucha a lo interno entre la cúpula que controla al partido y los que apuestan por un cambio.
