Revolución pacífica mundial

Revolución pacífica mundial y filosofía dialógica relacional

 

Por: Irma Becerra*

No, no me he olvidado de la Filosofía. ¿Cómo podría, si es la ciencia de la democratización y la humanización de la Humanidad para toda la Eternidad? Solo traté el mensaje navideño y de Año Nuevo desde la Sociología Positiva como Utopía Relacional, es decir, como pensamiento estratégico aplicado o filosofía aplicada al análisis del comportamiento concreto de los individuos, las sociedades, las familias y los distintos grupos sociales. Ahora nos toca ver a la Filosofía Positiva como diálogo relacional o sociología aplicada entre los individuos, los pueblos, las naciones y la Humanidad Entera, relacionada de forma tal, que no se pueda volver a dividir nunca más como especie y como forma de aplicación consciente de la labor del Espíritu del Mundo o Idea que atraviesa toda la Historia.

Esto significa, en primer lugar, acercar a la Filosofía a la gente para estudiar y aportar soluciones finales o funcionales en su vida a largo plazo. Precisamente, porque la Filosofía es la disposición de la conciencia por aprender a relacionar la propia persona con el mundo y la naturaleza que nos rodean, para aprender con ello a no dañar nuestro entorno, es que también la revolución está sujeta a sus leyes y determinaciones como ciencia del desenvolvimiento del alma hacia lo sublime o estado de felicidad y comprensión plenas entre los entes que pueblan el planeta Tierra. No hay pues, revolución de la vida cotidiana y política sin Filosofía y no hay Filosofía sin relación dialógica o comunicacional en la vida cotidiana de las personas que viven en verdadera asociación y sentido comunitarios.

Pero la revolución mundial que surge de las entrañas de la vida filosóficamente dialogada y dialogante es pacífica y nunca violenta, jamás sujeta a ningún tipo de lucha armada, sea cual sea el pretexto de esta última por tener el falso derecho a abusar de los que están en contra de esta aberración anulante de la fuerza de la conciencia y la voluntad de los individuos sensatos. Y esa revolución mundial es pacífica no únicamente porque niega de forma firme, no vacilante y contundente la débil y precaria actividad de las armas y los fusiles, sino porque también niega la falsa línea política que la pretende legitimar, al usar el discurso hiriente de la lucha prolongada que no da lugar para la alegría, la crítica, las ideas y el pensamiento independiente y autónomo, así como el poder del criterio y el sano juicio del entendimiento que sabe pensar. Filosofar es saber pensar, pero es saber pensar sabiendo argumentar lo que se piensa, y sabiendo sentir de forma unificadora de toda la Humanidad en su conjunto, los pensamientos y las ideas y poniendo estas al servicio del talento humano por saber y poder dirimir los conflictos sin tener que recurrir a las balas y la fuerza bruta de los llamados “hombres y mujeres de acción”. Ésto porque no basta con ser hombre o mujer de acción, se necesita sobre todo hacer acciones moralmente correctas que no se basen en un autoritarismo destructivo de lo bueno, lo sensible, lo inteligente, lo prudente y lo razonable.

La Utopía Relacional surgió en 1996. Desde entonces hemos intentado escribir profundizando sus postulados para todo el mundo, rescatando y defendiendo a las mal llamadas “personas débiles” y defendiéndolas incansablemente, con la fuerza integral y moralmente íntegra del diálogo, de aquellos bravucones, fortachonas, vulgares, pajeros, superficiales y corruptos. Por eso, la Utopía Relacional como Filosofía Dialógica Relacional estudia cada biografía particular, cada discurso, cada cita bibliográfica, cada actitud, para evaluarlas críticamente y buscar aquellos momentos en que una inesperada violencia se haya apoderado de alguien que por eso haya humillado injustamente a alguien en particular, en momentos de la vida cotidiana donde no llega la ley y reina la total impunidad. E investigamos esos momentos con la legalidad y la legitimidad que nos da la Filosofía Racional del Derecho de superar toda instrumentalización del poder abusivo que caracteriza especialmente a la sociedad patriarcal, sea del capitalismo o del socialismo, tanto en contra de las mujeres como de todos los seres vulnerables. Porque Hannah Arendt tenía razón al señalar que “el poder y la violencia no son sinónimos”.

Para todo hay una línea roja que no se puede sobrepasar so pena de ser borrado del mapa de la nueva estrategia de las Ciencias Sociales y Naturales del Siglo XXI. Ello, porque la Filosofía Relacional Dialogante es una dialéctica permanente entre los límites y las posibilidades del mundo para enseñar a defenderse contra todo abuso de poder desde la vida cotidiana de las mejores personas. Como tal no es una distopía destructiva y negativa, sino una utopía de impugnación del orden existente en su vano intento por destruir el humanismo verdadero, que es sólo aquél que garantiza la verdad en todos los campos y no niega los hechos y sucesos históricos al tergiversar cobardemente la verdad de lo destructivo que pasó y haya sucedido entre individuos, grupos o familias particulares. En este sentido, la Filosofía está para garantizar la verdad, y la revolución pacífica mundial para defenderla, protegerla y cuidarla. Por eso, la Filosofía sí sirve para algo: enseña a corregir certeramente con las ideas, los pensamientos positivos y los mejores argumentos para hablar, pensar y sentir sin herir a los demás, y sin dañar su autoestima o desvalorizarlos. De ahí, que los que han sido y son enemigos de la visión clara y el discurso claro, honesto, sincero y transparente de la Utopía Relacional que une a todas las ciencias del mundo y aquellos que niegan que esta idea no sea justa o carezca de validez, así como los que se quieren aprovechar y lucrar de ella, serán enjuiciados por el Derecho Racional Internacional contra el oportunismo y la envidia. Los que no quieran colaborar con el Nuevo Espíritu del Mundo serán expulsados llorantes de este Gran Pacto Humano como reza el Himno de la Alegría de Friedrich Schiller, musicalizado en la novena sinfonía de Beethoven.

Creo firmemente y sin duda alguna que en la defensa absoluta y total de la utopía relacional, a la que he dedicado toda mi vida, muchas personas buenas se unirán para hacer realidad la paz en el mundo. Guardianes civiles y militares del Proyecto Mundial de la Utopía Relacional desde todas las ciencias particulares y universales, ¡podéis proceder al aprendizaje y a la enseñanza concreta del valor ineludible de la compasión en la Historia! Tegucigalpa y Chile. Latesis.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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Un comentario

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