Alejando Mayorkas y las formas en que pudiera ayudarnos

La serie de las Zede ( 1 de cuatro partes)

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

 

  1. Introducción teórica a mi historia personal de las zede

Después de quebrarse a la Corte que se le oponía, JOH usó las zede como anzuelo electoral en 2013, y otra vez cuando se anunció una subasta de zede en 2017, y ha ordenado cuatro años después pescar con la misma carnada otra vez. Ese arbitrio le allega recursos, justifica gasto en publicidad y es una treta que distrae del Distrito Sur de NY y ¿Dónde esta el dinero? Pero es más que eso. Un experimento vanguardista del capital mundial filibustero. No solo San Pedro Sula, Honduras esta amenazada

No hay que llorar desconsolados. Honduras existe solo desde que circa 1545 se la declaró una gobernación. Es un estado desde 1825, pero ¡solo es una nación desde 1839, ¡hace menos de 200 años! Y, en teoría, fue reconocida como estado nacional independiente por la comunidad internacional a fines del s. XIX, circa 1876.  Las cosas temporales cuestan, pero temporales son. No duran para siempre. Ni el Sacro Imperio Romano, ni las gloriosas Fuerzas Armadas, ni el Partido Liberal o la nación del himno patrio. Aun las religiones se extinguen, aunque duran un poco más, cuando son buenas. Hay más religiones muertas -como lenguas- que vivas, y hoy, en varias latitudes, un par de las grandes religiones dan la impresión de estar moribundas.[2] Hace tiempo, los teóricos nos vienen diciendo que el estado nación (que se impuso como modelo apenas en el s. XIX, con la crisis del imperialismo), tiene dificultades por doquier, y acaso se necesitará otra cosa. ¿Cómo defenderlo aquí si Centroamérica es el craso ejemplo del estado nación disfuncional, que nunca fue?            

Recuerdo haber dicho, aunque sin mayor elaboración, cuando salió a luz en 2012, que el mismo planteamiento de la ciudad modelo es un principio de aceptación y confesión de que el actual modelo no funciona, ¡y ya no funcionó! La mezcla neoliberal de anarquía, mercantilismo y capitalismo de amigotes, de concesiones, depredaciones y extorsiones, tenía ya unos 25 años y quedó evidenciada como un rotundo fracaso, que solo corrupción producía en abundancia. Cuando se promulgó la ley de las zede, en el 2013[3] y, al mismo tiempo, finalizó un ciclo de precios altos que había favorecido al crecimiento de nuestras economías, a pesar de los vaivenes, vacilaciones y torpezas. No sé si lo entendían los proyectistas o los legisladores, pero estaba a la vista que, al caer los precios, el modelo colapsaba. La globalización se estancó sin haber generado las inversiones para crecer. Y con la idea de P. Romer, se propuso construir algo nuevo, ciudades autónomas, para atraer inversores y capital, con garantías de que pudieran contratar libremente.

Igual, esa propuesta ponía en evidencia la falla del modelo político. Suponía que este estado nación tampoco funcionaba, que, empezando por la ley primaria, las normas no se alineaban para trabajar y sacar el país adelante. Este estado no tenía los atributos básicos de la soberanía.[4] Era incapaz de 1. Ejercer jurisdicción frente a los poderes fácticos, ni de 2. Proteger la integración del territorio, si numerosos particulares hacían su non sancta voluntad en sus propias parcelas y geografías remotas. 3. Desplegar la fuerza. en forma exclusiva en un país en que los criminales organizados, tenían igual poder de fuego que el Estado, no se diga –sumadas- veintenas de empresas de seguridad. 4. Y no podía controlar a su población, que huía sin control. No es ya un estado soberano.

Impotente para resistirse a presiones y pulsiones, que lo humillan de continuo, el estado hondureño era una entelequia. (Antier escuché al Vicerrector Julio Raudales decir, y es casi exacto, que el de Honduras es un estado capturado por las elites. Hay que agregar, instrumentado por el socio externo.) En vez de anhelar como nosotros, salvar al país, con una refundación que lo reintegrase, una revolución y un nuevo pacto social, los ideólogos de la ciudad modelo proponían redimir las piezas por separado, plantear la utopía desde otra esquina de la mesa, dice Rocío T. ¿Acaso no es -en abstracto- la idea de una ciudad autónoma en la que todos quisiéramos vivir y que todas las demás ciudades quisieran imitar, la utopía original, por excelencia?  ¿Una estructura política celular irreductible, inevitable y suficiente?

Las ciudades modelo -como se las llamó antes de 2013- ¿eran el descubrimiento de un recurso para ascender, desde esa sima? ¿Un nuevo modelo, para reemplazar al estado fallido y a la economía quebrada? ¿Acaso en este camino, Honduras resultaba pionera o precoz? Desde la primera vez que escuché de ellas, y porque no entendía bien, me intrigó ese concepto y la historia que su autor Romer evocaba, del burgo medieval, el cual, mediante contrato, se incorporaba, se liberaba del feudo, y fundaba un régimen de garantías para el comercio, la industria y las finanzas, con lo que dinamizaba su economía.[5] Y aun, me dio ilusión el concepto. Para el historiador es difícil condenar una idea así, y ¿defender al estado fallido, rehén o capturado, que se desintegra sin brida?

Porque los economistas pueden verle al señuelo, la falacia a primera vista. Hacer los cálculos para mostrar que no alcanza.[6]  Y es fácil para los abogados, percibir que ese designio se dispara de la norma consagrada, a saber, que es inconstitucional. (Queda zanjada la cuestión desde que el sistema político destituye a los jueces que lo determinan así.) ¡Aunque repele del estado, porque no quiere hablar de política, el historiador romántico posmoderno puede presentir que ¡se hunde su unidad de análisis! ¿Cómo relatar la formación de un estado nacional que no alcanzó a formarse? El historiador puro no necesita esa unidad.

Nosotros no suponemos la causalidad del materialismo histórico, no creemos en leyes de la historia, que nadie ha demostrado. Pero sí somos duros, miramos el tema con frialdad. Sufres menos si crees, aunque sea con exiguo fundamento, que la formación social responde a condiciones objetivas, se consuela uno pensando que entiende.[7] Sabe que el problema estaba ahí, desde antes y aun está aquí. Entiende que las zede es otro equívoco, pero responde a la misma necesidad que aún vamos a tener que satisfacer. La escasez de empleo por cuya falta 400 paisanos huyen del país al día, desde hace casi 8 años.

  1. Historia del modelo de ciudad independiente, desde el inicio

La ciudad también es un mito, Tula, La ciudad de Dios, La Jerusalén apocalíptica, la Roma eterna. No les ahorraré la historia. Antes de los burgos de Romer en el Medievo, las ciudades (civitas en latín) fueron cuna de la Civilización, en todas partes.

Primero fue la ciudad. En la más longeva trayectoria china, un conjunto de nueve  ciudades-estado emergen -autónomas- se asocian y se someten,  y después, en distintos horizontes, ese conglomerado resurge cada vez que se disipa la preponderancia de alguna, que había logrado por dos o tres siglos constituirse en centro hegemónico o capital imperial.[8] En Mesopotamia, cada una con su deidad protectora, entre otras Akkad, Lagash, Uruk, Eridu, Nippur, Ur, las ciudades-estados sumerias que florecían tres mil años antes de Cristo compartieron panteón, los primeros códigos y alfabetos verdaderos. Mil años AC., en la Grecia antigua, las polis (Tebas y Rodas, Esparta y Atenas, Corinto, Argos y Mileto), inventaron una diversidad de órdenes arquitectónicos y políticos. Y en Mesoamérica igual, la ciudad era la circunscripción primigenia, el altepetl en nahua, la organización estatal nuclear, el protoestado o el estado primario,[9] dicen los especialistas, el cah del maya, Copán, Tikal, Palenque y Calakmul. que alternan también, en ciclos que se reiteran en vez de repetirse.

Uno tiene la impresión de que el concepto ciudad estado evoca un tiempo y una relación un tanto inestable, los estados guerreros dicen la historia china. Igual en Mesoamérica que en Europa antigua y medieval, las ciudades independientes ascendieron en medio de guerras como las del Peloponeso, o las del siglo VII en la Zona maya, conflicto casi continuo, militarismo. La historia maya por ejemplo tiene un par de lagunas o vacíos, atribuibles a involuciones culturales, por guerras, en los siglos VI y IX.[10]

En los casos en que prevaleció una hegemonía, generó alguna clase de estabilidad y aun algo llamado paz, aunque eso sea relativo, la pax romana, que era más la de Roma que la de sus provincias siempre agitadas. ¿Hubo paz Teotihuacana, que quizás era menos beneficiosa en las tierras sometidas por esos formidables guerreros? También entendemos que, desde esas ciudades que se expandían, se encontraban y entraban en contradicción, crecieron después los conglomerados que fueron antes imperios que naciones. Aunque no sabemos lo bastante de varias ciudades antiguas que conservaron su independencia y se mantuvieron autónomas, pese a las guerras continuas.[11] Sobre las ruinas que dejan los guerreros que se disputaron Europa, resurgirán breves siglos después ciudades, París y Praga, Venecia y Florencia.Viena, Milán y Barcelona. Y las independencias latinoamericanas -hoy en bicentenario- pudieran entenderse como resurgimientos de las ciudades coloniales, México y Guatemala, Lima y Buenos Aires, Bogotá y Caracas y sus rivales en las provincias internas.

Mario Rodríguez fue quien primero observó que una de las probables razones para el fracaso de la Federación centroamericana es que en realidad las provincias que se querían unir eran apenas combinaciones binarias de ciudades (con municipios independientes) y casi antagónicas.[12] Localistas, como hoy nos acusan de ser los cosmopolitas capitalinos. Los municipios españoles habrían heredado de la antigua ciudad mesoamericana y de la española esa condición de patria primigenia, cerrada y exclusiva, con todo y santo patrono, a decir de Allan Knight, hasta principios del siglo XX.[13] Entonces, volver a la ciudad, después de que ha fracasado el Estado-nación ¿no es algo casi, natural? ¿al menos lógico? No parece insólito. Después de haber sido primero, ¿podrán ser las ciudades el próximo modelo? Porque, si objetivamente hablando, evolucionaron en un proceso (el de la nación) de integración inacabado ¿no podrán ser igualmente un recurso de la desintegración? Y por ende ¿una buena salida al futuro? Habría que regresar entonces al modelo histórico, a la ciudad incorporada que, desde hace rato, el estado irrespeta. ¿A cuenta de qué San Pedro no puede organizar su propia educación y salud, mantener el orden con su propia policía y judicatura básica? ¿Acaso no sabemos perfectamente que la traba del actual estado fallido es el centralismo, que no deja trabajar y se atosiga? ¿Será imperativo, para tener gobiernos funcionales, volver a la ciudad autónoma, al municipio libre, fortalecido, por el que peleó la Revolución?[14] 

  1. El salto teórico, de la ciudad actual a la ciudad modelo

El mal está ahí, en el centralismo burocrático que tan impunemente se corrompe. Como bien sabía Trotsky. Aunque no lo entienden muchos ciudadanos hoy. ¿No sería acaso fantástico que se habilitara en serio a ciudades como San Pedro Sula, El Progreso, Tela y La Ceiba, Gracias y Santa Rosa, la Comayagua y La Esperanza, Catacamas y Juticalpa, Danlí y El Paraíso? Para de verdad gobernarse, ¿y se les permitiera un desarrollo autónomo? Automáticamente pensé en eso cuando leí por primera vez la frase, ciudad modelo.  Pensé en la ciudad hondureña consolidada, con recursos y atribuciones suficientes, incorporada con su carta constitutiva de libertad, aun si reconociendo su pertenencia a una nación ideal, que se constituyera para su mutuo apoyo. Con un estado local funcional, emanado de una representación política genuinamente representativa, profesionalmente conducido, que se abocara a garantizar sus necesidades internas.  Daba ilusión y uno se preguntaba ¿Por qué no? ¿No sería acaso un país modelo? No estaba claro en un inicio. ¿Quién podría objetarlo?

Pero ese no era el proyecto. No estaban pensando en articular al país, por medio de ciudades a las que se iba a empoderar para que asumieran iniciativas nuevas, y todas sus responsabilidades, para legislar para y por sí, por medio de ordenanzas, y para que acogieran a inversionistas, y les compartieran, por esa condición, la función y el servicio público, concediéndoles un sitial en la corporación, generando arraigo.[15] Dentro de un marco legal y en concordancia con los parámetros y convenios internacionales. La zede era otra cosa. No venía a remodelar la ciudad, sino a quitarle espacio, contribuyentes, prerrogativas y a instrumentalizarla. Buscaba incorporar o fundar regímenes distintos,[16] no para resolver los problemas del común, sino la logística de la corporación privada (lo contrario de la pública), para ampliar la ambición del inversionista foráneo. Se pensaba otra vez, en crear enclaves depredadores en el entorno de las jurisdicciones débiles.

Aquí, la idea original la trajo, lo sabemos muchos, y él no lo niega, Octavio Sánchez B, joven asesor de R. Maduro, autor de la ley del Instituto de la Propiedad, ex ministro de Cultura. Los enemigos del proyecto alegan que él aún figura ahí en el eufemísticamente llamado Comité de Buenas prácticas y que eso lo hace perverso, traidor, corrupto, nefasto y otras cosas análogas. No es así. Puede ser que se haya descarrilado, como cualquiera. Pero Octavio Sánchez no era un corrupto cuando concibió el proyecto original. Tenía un compromiso claro con el problema de la propiedad, buscaba asegurar el derecho contra el desorden corrupto, y un camino alternativo al desarrollo siempre frustrado.

Sánchez comprendió, porque es un hombre brillante, que una parte de (y como muchos que hacen un descubrimiento de este tipo, acaso creyó que toda) la carga del subdesarrollo se derivaba de un orden jurídico excesivamente reglamentario, y contradictorio.[17] Frente a esa esfinge, nosotros clamamos constituyente. El creyó ver en la ciudad modelo el remedio, aunque fuera fragmentario. Y se equivocó. ¿Si, además de la perversidad del sistema legal inciden en el fracaso, la dependencia y la orientación hacia afuera, el férreo control de la elite económica y la prepotencia de la clase política? ¿Si en el descalabro del estado y la economía ingiere la política extranjera? ¿Y la raíz compleja del fracaso es una falta total de cohesión, identidad, solidaridad, arraigo, empatía y de respeto por los demás?

 ¿Qué remedio podrá ser entonces esta zede, que le pertenecería a un extranjero o a un renegado, quien con frecuencia es abiertamente racista, sin ningún compromiso real con el país, abocado únicamente al mercado exterior, sin raíz histórica ni sentimiento patrio que, a las primeras querrá invocar la protección de su país de origen, y declarar las guerras de los pasteles?[18]

Creo que, tal y como lo señaló P. Romer en su momento, la idea original aquí se ha pervertido. Así como los empresarios geniales convierten en oro lo que tocan, los perversos lo corrompen todo. Quizás por una íntima contradicción, desde el inicio, el proyecto ha padecido, peor que una falta de transparencia, una lacra de opacidad, que no se despeja, porque lo cobija. Es un pecado de origen, del que no se pueden eximir sus arquitectos. Cuando en un foro académico auspiciado por Grupo PATRIA, coordinado por el Vicerrector de la UNAH Julio Raudales, analizamos el establecimiento de las zedes con los universitarios, en lo que quizás mayormente coincidimos, fue en esa tremenda falta de transparencia, de un proyecto lleno de sorpresas, escondites y dobleces. Tanto, que uno topaba en la ley, a la vuelta de cada esquina, inciso y artículo, una intención velada y ¿abusiva?

El Estado hondureño existe para garantizar los derechos de sus ciudadanos. El permiso que yo le doy a otro para pasar por o asentarse en mi heredad puede ser más o menos formal, pero no puede ser mayor que mi derecho. El día que estalló primero el problema actual fue justamente cuando los propietarios de Próspera, la primera zede, recién establecida en Roatán, convocaron al vecindario, según relatan los vecinos, para intimidarlos, en caso de que no quisieran venderles el entorno, amenazándolos con una expropiación forzosa, lo cual más tarde negaron, en una pusilánime carta circular. Y eso mismo es lo que ahora se repite, a cada vuelta del tornillo.

Los vecinos de la zede llamada Orquídea en la aldea de Las Trojes, San Marcos de Colón, Choluteca, declaran que entre 300 y 400 de ellos han recibido de quienes ellos toman por voceros de las zede, amenazas de expropiar sus terrenos aun con viviendas, en caso de que se rehúsen a venderlos.  Los administradores declaran que eso es falso. El propietario y gerente Sr. Wilson alega que es una barbaridad (así mero es), que él no tiene facultades para expropiar (también es cierto, aunque sí las tiene su órgano asesor, el Comité de Buenas Prácticas), agrega que no estamos expropiando (gerundio que se presta a confusión, porque puede querer decir que lo harán en otro momento), ni comprando tierras en ese sector, pero ¿tampoco en otro?

¿Cómo puede ser tan grave la contradicción?  ¿Dónde se puede denunciar? ¿Dónde está el fiscal investigando, para averiguar quiénes son las personas que causan y propagan esos supuestos rumores?  Difícil saber desde aquí. Pero ahí van algunas pistas de solución al problema. No parece razonable pedir a esta clase política que derogue esa ley. Hay que darle legalidad, transparencia y firmeza a la idea. Poner a salvo los derechos de todos… y no los escondrijos de los delincuentes. Si la ley es buena, nadie debe poder abusar de ella.  ¿Es posible una reforma? ¿Qué el próximo Congreso pueda reformarla? Se puede.

  1. Propuesta para aparejar las zede, ¿es posible una reforma?

Puede plantearse una derogatoria futura, ¿también una reforma profunda? Los historiadores no hacemos pronósticos. Pero es mentira que las zede resolverán el problema de empleo, que es inmenso. Una y otra vez nos han vendido ese señuelo, de la panacea, que nunca funcionó. Para desengañarnos después. No hay que engañarnos a nosotros mismos, ni engañar dundos. Se quiere contrarrestar la enfermedad del país con un elixir, que pudiera no ser más toxico que la coca-cola, pero también pudiera ser un placebo perfectamente inocuo e ineficaz.

Pero ¿puede ser una solución parcial para quien no tiene otro recurso? No quiero ser maniqueo, es tonto, ni ser sentimental ante un dilema real. Frente a la falta de pan y empleo, no valen las entelequias formalistas. No declinemos atraer e impulsar el capital al país. Repito lo que dije en el aludido Foro de PATRIA UNAH, el problema es justo que no hay varita mágica, ni panacea. Para crecer hay que trabajar, y los hombres -incluidos los mejores- solo trabajan por un premio, o forzados. Y como ya es políticamente incorrecto forzarlos, habrá que darles el premio, a saber, un salario que, luego de cubrir sus necesidades les despierte una ilusión. Para eso, se necesita capital. No lo tenemos.

Hoy, en vez de ser una solución a ese problema práctico, media docena de zede emproblemadas devienen un agravante definitivo de la crisis política. La Conferencia Episcopal advierte que la zede, condenada por todos los gremios, partidos de oposición y organizaciones de sociedad civil ya es un problema nacional. La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos divulgó ayer de que en todos los cabildos abiertos que se han celebrado para ese fin, la gente ha expresado su oposición. Pese a la propaganda de saturación que por supuesto tuvo sus victimas, las zede se han convertido en emblema y en reflejo del régimen odiado. ¡La última apuesta del bipartidismo! 

La propuesta de los empresarios de extender los beneficios de ese régimen a todos, amen de ser fiscalmente imposible, es inviable políticamente. Los pocos políticos que defienden la zede a nivel nacional son abanderados del autor, Partido Nacional y del Liberal oscuro.[19] Por la vía de derrotar a las iniciativas de oposición ciudadana, los promotores zanjan distancia frente a una población cada vez más movilizada y consciente. Esta vez no les funcionó. Les salió el tiro por la culata. Y ocupan las trincheras apestosas en vísperas de una inmensa derrota. Juegan con fuego y gas.

Decirle así no hace constitucional la ley de las zede mas que ojos del complicito de la dictadura. Saltan a la vista las contradicciones Las zede serán viables cuando, y únicamente cuando en vez de torcer, infiltrar, parchar o remendar la carta magna, delineemos la propuesta para conciliarla con los preceptos fundamentales de una Constitución del Estado de Honduras, el cual no puede -sin anuencia del pueblo- legalmente, despojarse de la soberanía, de la cual solo es depositario.[20] La soberanía que es del pueblo al que incorpora el estado, y no una función del gobernante. ¡El proyecto a ajustarse al espíritu de la ley que constituye a la nación, integra el territorio, exige responsabilidades y garantiza derechos universales!)  Hagamos una lista de requisitos sine qua non que tendría que plantear una reforma ad referendum.

  1. No les vamos a quitar nada a los propietarios de la zede, ni una pulgada que compraran por las buenas, ni un legítimo derecho adquirido, el que sea constitucional Todo eso es suyo de ellos.
  2. No vamos a trastocar sus inversiones ni tocar sus cuentas y pueden conservar privilegios fiscales análogos a los de la ZIP.
  3. Podemos darle un fuero al inversionista extranjero, para que no lo atropelle nuestra autoridad corrupta, claro que sí, una identidad de residente, una corte como ese Comité y ¿por qué no? invitarlo a participar con nosotros en la gobernanza local.
  4. Puede la zede, con la misma facultad de otra circunscripción análoga (como reza la ley, del municipio, puesto que va a proveer servicios para una población propia) emitir ordenanzas y el reglamento derivado. En rigor, todo propietario tiene derecho de reglamentar el paso y uso que hacen otros en lo suyo, y los comportamientos dentro de sus posesiones.
  5. Hay que instituir garantías de que la Constitución vale, siempre y en todo lugar, por encima de cualquier otra legislación, interés o contrato, que para ser validos han de ser compatibles con ella.
  6. Eso quiere decir que en la zede valdrán las leyes constitucionales como los códigos del trabajo y la propiedad
  7. Que, ante una propiedad privada y un legítimo gobierno corporativo, que son cosas que se respetan, los hondureños conservarán -en la zede– el mismo derecho que en el resto del territorio nacional, y frente al capital y la autoridad corporativa, el derecho a la protesta y a la querella.
  8. Ningún patrimonio particular legítimo puede ser afectado por la concesión publica y ningún abuso puede ampararse en un régimen especial. Es decir, la zede, como corporación ni tampoco el Comité de Buenas Prácticas no podrá en ningún tiempo y lugar, por motivo que no sea de eminente necesidad pública, mucho menos solo por interés y beneficio privado, afectar los derechos y las propiedades de los hondureños u otros residentes. Porque eso no es una buena práctica y porque, como dice Benito, entre los individuos como entre naciones y corporaciones, el respeto al derecho ajeno es la paz. Para esa reforma hay que sacar a JOH y al Partido Nacional del poder, y rescatar la función legislativa.

Para que una mayoría de hondureños se beneficien, necesitamos en todo caso una nueva ley que recate al municipio. Nuestras ciudades deben recuperar su poder prístino, coordinadas y arbitradas por un estado central técnico y descentralizado, que justo asegure la ley. Aunque le temen tirios y troyanos, en el municipio, está el secreto de la democracia y de la prosperidad, siempre y cuando además de una amplia estructura jurídica, disponga de una ciudadanía comprometida. En la ciudad independiente es donde los ciudadanos pueden coaligarse para prevalecer. Hay que derrotar a la burocracia centralista, y ser críticos también frente a los ideólogos que engrandecen un estado inope que, por remoto, resulta más fácil presa, el rehén, el capturado, el estado nacional fallido que se disuelve.

El Carmen, San Pedro Sula, 1 de agosto de 2021

[1] Para los inocentes, en Honduras zede, zona de empleo de desarrollo económico promulgada en ley en septiembre de 2013, es la evolución final (rebautizada con un término que también se usó en Ecuador) de la ciudad modelo inicialmente planteada a fines 2012. Véase DT Sandi, Las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico y el perfeccionamiento de los mecanismos de despojo, revistacienciassociales.ucr.ac.cr

[2] ¡Las grandes catedrales europeas principian a ser vendidas, para convertirlas ¡en discotecas!

[3] La Ley Orgánica de la Zede promulgada con una mayoría calificada de El Congreso Nacional, se publicó en La Gaceta en septiembre de 2013. Yo reaccioné a la idea de la ciudad modelo en 2012, y reiteré esa reacción en un artículo publicado en Diario Tiempo, versión Web, Pastor R, Las zedes otra vez, historia, prospectos y tentetiesos, 27 de octubre de 2017

[4] Los cuatro enumerados abajo son la la teoría clásica del estado, los componentes de la soberanía.

[5] R Pastor F, Las zedes otra vez, historia, prospecto y tentetiesos…. Tiempo op cit. 2017.

[6] El Instituto Hondureño de Estudios Fiscales, ICEFI que le daba seguimiento al tema desde 2018, recomendó hace dos meses junio 2021, la derogación de la Ley mencionada.

[7] Que esa formación regresa a un nivel anterior porque no podía sostenerse articulado como hasta entonces, o que antes no alcanzó a articularse con otros, porque no se presentaban las condiciones imprescindibles. Es decir. que el Estado-nación se va a desbaratar, en rigor por la misma razón por la cual antes no pudo catalizar al estado federal, porque no se dan las condiciones mínimas requeridas de viabilidad.

[8] Dinástico y étnico. Casi siempre por la vía de las armas. Flora Boston, China su historia y cultura hasta 1800, El Colegio de México, 1984. También Japón fue antes del Shogunato un conglomerado de feudos combatientes, asociados con núcleos de población autosuficiente.

[9] Aunque tendían, no sabemos bien porqué a expandir e integrarse repetidamente en unidades mayores en el altiplano y zona central, mientras mantenían feroz independencia en las zonas bajas y tropicales.

[10] REW Adams, Archeological Research…, 1990, SP Guenter, Under a Falling Star…, 2002, H. Moholy-Nagy The Hiatus at Tikal, 2003. Sucede lo mismo brevemente en Copan entre el 13 y el 15 Hel

[11] Es el caso de las ciudades mayas, antes que surgieran a fines de postclásico las ligas y aún después. Siempre he pensado quizás por la estructura social del clan cónico ¿que le daba una gran coherencia interna y la volvía muy hostil al poder externo? No todas las autonomías resilientes se explican así.

[12] Rodríguez Mario, El experimento de Cádiz en Centroamérica, 1808-1826.

[13] Knight, Allan, The Mexican Revolution cita en distintos libros a un viajero inglés que dice literalmente de los habitantes de San Bartolo en Oaxaca these people seem to have their municipality on their brain

[14] Me refiero a la Revolución mexicana de 1910. Municipio libre y no reelección fue uno de los lemas de los primeros revolucionarios y lo izaron después de la constitución de 1917 los Carrancistas, argumentando de manera irrefutable que había de gobernarse cada uno desde dentro y en atención a sus necesidades.

[15] Eso fue exactamente lo que ocurrió en 1880 en San Pedro Sula, que invitó a sus inmigrantes, mayormente europeos en ese momento, a incorporarse al gobierno local, y así el primer Eduardo Bähr llegó a ser alcalde un par de años después, con varios concejales extranjeros.

[16] Al final, la ciudad autónoma era solo una posibilidad remota. Se buscaba establecer centros financieros, centros logísticos, cortes comerciales, distritos especiales de inversión, energéticos, zonas especiales etc.,,, o cualquiera otro régimen especial, dice la Ley, op cit.

[17] Pero es que esa prepotencia no era espontánea ni gratuita. Sobre ese tema versa su tesis de grado de Sánchez, presentada en el 2000 en la Facultad de Leyes de la Universidad de Harvard, que además se apoya en un trasfondo histórico sólido.

[18] Así se llamó una guerrita, en particular provocada por un pastelero francés, que reclamó la intervención francesa para resarcirle el daño sufrido en un motín local en México en el s. antepasado.

[19] Una quincena de diputados liberales ayudó a formar la mayoría absoluta con que se promulgó esa mala ley, incluyendo a su candidato, que hoy declara estar en contra. Ayer el ex liberal Lempira Viana y la Regidora liberal Rina Mancía representante de Toñito Rivera del Movimiento de Banegas del Partido Liberal, acompañaron a los regidores nacionalistas para obstaculizar la consulta ciudadana sobre el tema.

[20] Análisis de las Contradicciones del Estatuto Constitucional de las Regiones Especiales de Desarrollo con la Constitución AL Vásquez – La Revista de Derecho, 2013 – lamjol.info

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas

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