Pese a la militarización del área protegida “destrucción masiva continúa”, advirtió el integrante del pueblo indígena Pech, Valentín Hernández
Redacción: Marcia Perdomo
Tegucigalpa.- “No podemos cazar un venado porque está restringido, pero bien que los foráneos si lo hacen de manera indiscriminada, matando a los animales, dejándolos botados”, e incluso envenenando los peces y otros animales acuáticos, denunció el integrante de la Federación de Tribus Indígenas Pech de Honduras (Fetriph), Valentín Hernández.
El integrante de la Fetriph lamentó que la Biósfera del Río Plátano ha dejado de ser el lugar donde sus ancestros convivieron con la naturaleza para dar paso al deterioro y destrucción que trajo la ganadería extensiva, el narcotráfico y con ellos la usurpación y venta ilegal de tierras.
Las declaraciones de Hernández fueron realizadas durante el Foro Nacional por la Adhesión al Acuerdo de Escazú, organizado por el comité nacional de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés).
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Hernández manifestó preocupación sobre el futuro del pueblo Pech, el cual depende de la reserva. “Más que todo hago un llamado al gobierno actual, a las autoridades, a la Secretaría del Medio Ambiente para que ponga sus buenos oficios con la Fiscalía del Medio Ambiente, para que vayamos a esa reserva y detengamos los daños que están ocurriendo”.
Hernández afirmó que las autoridades del gobierno han dado poca importancia a la reserva y que militalizarla no ha dado los resultados positivos que se promueven, puesto que la “destrucción masiva continúa”.
El integrante del pueblo Pech expresó que la ganadería extensiva es uno de los pilares fundamentales en la destrucción de los recursos en su territorio ancestral, lo que ha impactado de forma negativa en el “ambiente saludable” del cual antes gozaban en la Biosfera del Río Plátano. Agregó que esta destrucción también la viven los pueblos Tawahkas y Misquitos.
Señaló que como pueblo indígena han sido protectores de la naturaleza y que como tales “nos duele quemar una hectárea de montaña porque eso es la vida de nuestros hijos y la vida de nuestros futuros nietos”.
Los daños a sus territorios han ocurrido pese a que como pueblo ancestral cuentan con tierras ya tituladas y a que las mismas se encuentran en áreas protegidas. No obstante, las restricciones ambientales solo están orientadas a castigar a las comunidades indígenas y los espacios en los que les permiten vivir, pese a los títulos de propiedad, son reducidos.
“¿Qué ha pasado con esto? Los gobiernos no han podido dar libertad para que puedan dominar los pueblos indígenas estos territorios, siempre hemos sido excluidos por los gobiernos. Hemos quedado en parcelas pequeñas y nuestra población día a día continúa en crecimiento. Sentimos que estamos amenazados, no contamos con tierras amplias para defender y tener una cobertura más hacia lo que son las reservas”, explicó.
Hernández ejemplificó la situación con la realidad que vive su comunidad, Pueblo Nuevo Subirana, la cual cuenta con un total de 3,909 hectáreas. Sin embargo, más de 2 mil hectáreas son parte de la reserva antropológica Pech Montañas del Carbón. Lo mismo pasa con las comunidades Pech del Culuco, Jocomico y Las Marías, las cuales están dentro de los límites de la Biosfera del Río Plátano.
Este tipo de “conservación ambiental” que deja despojo y violaciones a derechos humanos contra pueblos ancestrales ha sido denunciada en varias ocasiones por la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh).
La organización ejemplifica este tipo de accionar con el caso de Cayos Cochinos en la costa norte de Honduras, donde la población Garífuna fue expulsada en 1993 del territorio con el objetivo de una “supuesta conservación” que terminó convirtiéndose en un proyecto turístico.
“Al mismo tiempo que se militariza la ‘conservación’ de corte neocolonial, avanza la exploración y explotación de hidrocarburos en áreas protegidas y zonas contiguas”, señaló por medio de un tuit Ofraneh.
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Un comentario
Después de varias visitas a los dos rios: Plátano y Patuca, constatamos que los mismos pobladores, debido a la falta de empleo, de ingresos económicos para hacer frente a la vida actual (escolaridad, enfermedad, ropa, alimentos y complementos como Teléfonos Smart o televisores o paneles solares), han acudido irresponsablemente a la venta de las tierras heredadas de sus antepasados mas recientes, esto ha sido una ganancia para los en busca de tierras baratas y sin presión legal, ya que los documentos de compra venta se realizan en privado, no pasan la mayor parte de las veces por evaluación «indígena o nativa, ni por catastros municipales». Parece que hay unas federaciones indígenas, la gente las ve como vividores y de espaldas a reclamar los derechos del pueblo.
Esto es común a los dos ríos que en cierta manera limitan ambos lados de la Biosfera. Desde Las Marías a Brus Laguna y hasta Wampusirpe, la situación es la misma. Con el agravante que muchos nativos han aprendido de la clase política: ser corrupto no conlleva ningún castigo, traficar droga es un negocio lucrativo, vender tierras otra forma de tener ingresos.
Se menciona a los militares, de todos es conocido que las descargas de cocaina son realizadas mientras los militares descansan tranquilamente, como dicen muchos pobladores, bajo mordidas. Los bosques no son cuestión de los militares ni están mentalizados ni han tomado conciencia del valor del medioambiente, o sea, se sigue deforestando y ya a pesar de los militares, que al preguntar, nadie sabe lo que hacen.
La acapararían de tierras, deforestación, reventa e instalación de ganadería es común en la Amazonia de Brasil y en todas las reservas biológicas.
Los gobiernos NO REPRESENTAN NI LES INTERESA los derechos de los pueblos (indígenas. nativos) diferenciados a la clase Criolla que domina nuestra américa.
Xiomara y Mel, no hicieron nada antes ni hoy ni lo harán, por los pueblos indígenas, no quieren problemas.
Otro tema que hemos investigado en nuestra visitas es la educacion y la salud:
Educacion, la mayoria de niños y niñas hasta cuaro-quinto grado leen muy mal y escriben peor.
La razón: la educacion publica en nuestro pais es en lengua española, por lo cual la lengua materna no se aprende ni en prebasica ni en primaria, menos en secundaria, estudios cientificos señalan que este tipo de educacion perjudica a los que en casa hablan una lengua (materna) y en la escuela otra (español), el atraso suele ser de cuatro años aproximadamente. Nos han informado tambien que ha habido programas bilingues millonarios que no han servido para nada.
Lo peor es la salud publica: esto implica tener dinero para salir a hospitales lejanos a curarse (Tegucigalpa, La Ceiba o Puerto Lempira).
La bisita a la zona de la Biosfera, no solo deberia ser «turistica», y ver los cuatro topicos del lugar, sino profundizar en la poblacion, sus problemas, sus esperanzas, su sufrir.
Desde la independencia, las clases gobernantes se han turnado en las mismas argollas desde hace 200 años.