Alejando Mayorkas y las formas en que pudiera ayudarnos

¿Quien puede detener a la Vieja Calumnia y la treta del juicio?

Por. Rodolfo Pastor Fasquelle

No me pidan que me sorprenda de que se calumnie a un opositor.

Es práctica terriblemente destructora porque solo el espíritu purificado puede obviar del todo a la mentira y juzgar a los demás sin caer en ese error, como decía Dante ya para entrar a El Paraíso. Recuerdo un gravado del siglo XVI, también italiano de La Calumnia figurada como una vieja loca y fea de cabellos ralos, semidesnuda con un velo volado, con la boca desdentada, el pecho caído y la carne flácida que corretea agitándose histérica por las galerías de un palacio, quebrando tesoros  de colección invaluables en su camino. ¿Quién la puede detener? Pero están inventando el agua tibia. Es una práctica política muy antigua.

Estéril pero fácil y dañina.  Solo se ocupa un vehiculo como Esdras López, y listo. Un medio anónimo como las redes sociales, ya que nadie mas se atreverá a repetir acusaciones completamente infundadas. Pero inventarle al Padre Melo que esta lavando dólares es un poco descabellado porque en Honduras el dólar es una moneda de curso legal (no hace falta lavarla) y porque el Padre ya había anticipado que el Cachiro era piadoso. No se puede distinguir en la limosna cual peso viene del narco y cual del abigeo. Y todo el mundo sabe quien es Melo, de modo que nadie lo puede descalificar, aunque cometa el Times el error de  identificarlo como un cura que se opone al presidente. Es más.

Acusar a la gente sin que exista una acción judicial es calumnia dicen sus defensores. Pero mas allá de ese asalto a la honra del justo esta en efecto la acción judicial sin fundamento para avanzar el proyecto del malvado.

Creo que fue Víctor Meza el primero que nos hizo ver en Junio del 2009 que la politización de la judicatura (contra la que habíamos luchado una generación) lógicamente había desembocado en la judicialización de la política. De tal suerte que, en vez de ventilarse en el foro y en la arena pública, los conflictos políticos se llevaban a los juzgados que se prestaban a estas carambolas. Algo semejante ocurre hoy en muchos países de America Latina, cuando los partidos se posesionan de las cortes y en Nicaragua por ejemplo le quitan su casa a E. Cardenal. En Venezuela es complicada la situación.

Aquí es sencillo y me esta costando mas trabajo entender  ¿a quien se le ocurrió demandar para inhabilitar a Salvador Nasrala y, para deleite de Flores F., asegurarle su casa de habitación a los Zelaya, con el fin de rendirlos ante la reelección de JOH? Porque para quien se mal acostumbra a pensar racionalmente en la política, esa deformación notoria en la persecución judicial de la oposición termina por ser misteriosa.

Será difícil prevenir la candidatura aliada porque, además de judicialmente insostenible, las acciones en contra de estos damnificados son políticamente descabelladas. ¿Se sincroniza estas acciones para que ni Mel ni Salva se puedan aprovechar del tropiezo que se le pone al otro?  Aunque ¿quizás calculan que el plazo para declarar la candidatura aliada se agotará antes de cumplirse el plazo en que se tendrán que declarar improcedentes las acciones judiciales? No lo entendemos nosotros  ¿cómo lo va a descifrar la cooperación? ¿Será -le pregunto a un amigo en el palacio– que JOH quiere otra vez confrontar a la timorata clase dominante con el prospecto de la Revolución, para que vuelvan al redil y vuelvan a alineársele?

¿Después de mi el Diluvio?  En todo caso solo consolidaría la candidatura más propicia que es la de Xiomara, que llegaría entonces, descansada y limpia a un encuentro fácil con un JOH desgastado y enlodado por el escándalo. ¡Tanto escándalo!

Tan absurda se me hizo que -por un momento- pensé que la intención se había adelantado a espaldas del hombre, hasta que se me confirmó lo contrario. Acaso ¿han cometido el error de confiarle el trabajo sucio  completamente y sin accesoria a Juan José Rendón, que no entiende la cultura, ni tampoco a los protagonistas locales? y acaba de meter una pata espantosa de la que será difícil rescatar la campaña de JOH. Podra ser legal pero va a resultar incomprensible quitar su hogar a la pareja ex presidencial, para darle el dinero a una funcionaria que Presidente había hecho nombrar y en la que había perdido toda confianza. ¿Por eso han tratado de manejarlo con discreción? Mucha gente no sabe nada del asunto. (No lo publicaron La Prensa ni Diario Tiempo.). Quizás funcione en otro sitio, en Honduras, Juan, descalificar judicialmente a un contrincante es un error garrafal.

La historia lo enseña. Intentar sacar de la jugada a los candidatos de la oposición por la vía de inhabilitarlos judicialmente nunca se ha conseguido. Lo intentamos los liberales con Maduro y nos rebotó. De verdad, victimizar a alguien es consagrarlo. Salva no se va a callar y los Zelaya podrían tener otros defectos pero no son cobardes. Que bueno que lo entendió a tiempo el Piche. Que esa no era forma de hacerle un favor. (Ojala que ahora no intenten otro extremo para incluirlo en la colada de las victimas.) En un país y una coyuntura en que hay una oposición tan amplia  no se entiende que pretenden lograr.

Y parece particularmente desdichada la determinación de asegurarle a Mel la casa porque esa morada ha devenido un símbolo. Quitarle a un hombre su hogar, es decir las tres piedras bajo las que hace el fuego de su comal es asegurar que todo el mundo le va a compensar poniéndose de su lado. La modestia de esa casa es justo prueba de honradez y el hecho de que ya una vez fue ametrallada nos evoca a todos memorias poderosas. Quizá materialmente no valga una mitad del valor que se quiere asegurar con ella, pero puede valer muchas veces ese monto en el mercado mundial de la infamia. Subástenla. Los coleccionistas de esa especie ofrecerán millones… de dólares.

Claramente se puede. Pero no va a funcionar. Alguien muy tonto anda suelto en el bunker de la campaña de JOH… y hay que darle todo el lazo del mundo. Dejarlo que se enrede todo lo que pueda. Para que se ahorque solito en la salida de su propio mal parto.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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