Mismo programa de limpieza social de Colombia se aplica en Honduras: COPINH

Por: Redacción CRITERIO

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Tegucigalpa.-El mismo programa de limpieza social contra los jóvenes, que se ejecuta en Colombia, se aplica en Honduras, dijo el secretario de actas del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), José Asunción Martínez.

El narcotráfico no afecta solo a las grandes ciudades sino todos las comunidades de Honduras,  sean estas urbanas o rurales,  dijo José Asunción Martínez secretario de actas del COPINH.

Y lo más grave de todo es que no hay una verdadera agenda, una auténtica política de Estado que pueda dar solución a este problema y lo que se ha hecho es militarizar los municipios con la supuesta finalidad de combatir el crimen organizado y el narcotráfico, pero lo que realmente sucede es que la policía y el ejército van a reprimir las comunidades que están en la defensa del territorio y sus recursos naturales.

Y sucede que el narcotráfico se está dando desde los mismos funcionarios del Estado hondureño, porque de todos es conocido que hay alcalde  y diputados involucrados en estas actividades que son una grave amenaza para el país, señaló Martínez.

Por esa razón nosotros en el COPINH creemos que debemos luchar desde adentro de las comunidades y crear conciencia desde nuestros hogares, escuelas y círculos de trabajo para ir haciendo una formación popular más adecuada y más alternativa, principalmente para que nuestros jóvenes no caigan en ese riesgo.

“El ejército está haciendo un trabajo muy peligroso similar al de Colombia y lo digo porque conozco ese país, donde el mismo ejército asesina a los jóvenes haciendo limpieza social y los mismos militares les ponen drogas y armas ilegales y lo hacen para ir desapareciendo a la juventud y el mismo programa está en nuestro país.

Apuntó que, los indígenas lencas de las comunidades fronterizas con El Salvador lo viven en carne propia cuando los militares llegan acusando a los jóvenes de estar en maras y pandillas y esto provoca que muchos jóvenes emigren de sus comunidades por miedo a que los asesine el ejército o la policía y porque tampoco encuentran fuentes de trabajo.