El hundimiento de la dictadura nacionalista

La polémica decisión del gobierno hondureño en apoyar el traslado de la capital de Israel   

Por: Carlos Zelaya Herrera
¿Se cumplen preceptos proféticos apocalípticos? ¿Somos soberanos en política exterior; es más, contamos con una teoría/ práctica o una culturad en política exterior? Lo cierto es que el alineamiento de Honduras a intereses geopolíticos de EEUU nos visibiliza en el ajedrez de regiones, gobiernos y movimientos implicados en el conflicto judío-palestino que data de 1947, cuando la ONU fundó el Estado de Israel.
Conocer a fondo un tema se convierte así en un problema, o casi en un sacrificio de alguien con sumo interés. De este modo podemos llegar a la cuestión de que, si el problema palestino-israelí azuza las tensiones en Oriente Medio, ¿qué pasa con la situación global de los países y movimientos islámicos? 
Aún están vigentes en Argentina y en varios países del mundo las investigaciones de los atentados con bomba contra la embajada de Israel en Buenos Aires y la sede de la Asociación Mutualista Israelí Argentina, (AMIA), el martes 17 de marzo de 1992 y dejó 22 muertos y 242 heridos; y el 18 de julio de 1994 también en Buenos Aires, con 85 víctimas.
Blogs y medios digitales afirman que existe una relación cronológicamente entre ambos actos de terrorismo internacional y el atentado del 4 de noviembre de 1995 contra el Primer Ministro de Israel, Isaac Rabin, asesinado en Tel Aviv por un terrorista judío de derecha.
Recientemente Honduras firmó un convenio de cooperación militar con Israel en el que nuestro país,  de inicio destina unos dos mil millones de lempiras del Presupuesto General de la República para reparar la flota aérea. 
Hace poco el presidente Juan Hernández sufrió un penoso incidente internacional cuando por presiones de partidos políticos y movimientos sociales, que alegaron graves violaciones de DDHH y corrupción, el gobierno israelí retiró la invitación a celebrar los 70 años del Estado de Israel.
Ahora el Congreso Nacional legisla y aprueba una moción que exhorta a Hernández a ratificar el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, una polémica decisión en función de la diplomacia de Donald Trump, un presidente errático en política exterior, tal es el caso de Siria o el delicado cambio de la sede estadounidense que reavivó las llamas de la resistencia palestina contra quienes intervienen en conflictos a favor del Estado guerrero de Israel. 
Vaya sometimiento histórico de Honduras tomando decisiones que le hacen quedar bien con Washington y ahora recién con el sionismo internacional.
Previo a esto no se debe obviar el terrible despojo y saqueo de parte del gobierno de Hernández del patrimonio de unos 70 años de la familia Rosenthal, de linaje judío e influencia en la vida nacional, y que en demanda de sus derechos se comenta ya de una demanda judicial por más de mil millones de dólares por los desafueros y daños que sufrieron.
Junto a Guatemala somos la segunda nación del área, embarcada en acatar las órdenes de Washinghton, y que ya provocaron fuertes reacciones de líderes y gobiernos de países y movimientos árabes afines a la causa Palestina, por lo que tiene a Jerusalén como su capital. 
Ojalá que esto no nos coloque en la incómoda condición de país susceptible a posibles daños colaterales por mezclarnos en una confrontación milenaria del mundo árabe y de tres de las más religiones más importantes del planeta.
  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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Un comentario

  1. Creo que en Honduras estamos atiborrados de problemas de toda índole para que nos preocupemos por latitudes lejos de nosotros. Hay que golpear sobre el desorden de país que nos han construido y no estar viendo problemas lejos de nosotros. Mejor hablemos de la Honduras de aquí no de la Honduras de allá.