Por: Carlos Zelaya Herrera
Alcaldes de varias ciudades de EEUU, reunidos en Tomillo, Texas, exigen en una rueda de prensa al presidente Donald Trump, que derogue la ley Tolerancia Cero, cuya crueldad y secuelas de separar a refugiados sin papeles de Honduras y El Salvador, parecen haber despertado a la sociedad estadounidense.
Escuché a los alcaldes de Los Ángeles y Nueva York, en particular, muy ofendidos por el daño infringido por Trump a la tradición inmigrante de este país y el atrevimiento de utilizar a los niños, en horrorosa similitud a la Alemania nazi, como piezas de cambio en la consecución de sus promesas de campaña, política migratoria y estilo de gobierno.
Y no es para menos, las expresiones de Trump de «infestación»
Ambos alcaldes dijeron haber visitado las cárceles improvisadas en carpas, y el encierro de pequeños de todas las edades angustiados, clamando por su mamá y papá, mientras los más grandecitos sustituían los deberes de sus padres.
El edil neoyorquino reafirmó que no cesarán en la lucha por reunificar a las familias de inmigrantes sin documentos, de los tantos miles de familias jóvenes hondureños y hondureñas que huyen del desastre de un golpe de Estado tres fraudes electorales y una reelección ilegal e ilegítima del régimen de JOH.
Donald Trump ha vivido la explosión en el rostro de su torpeza y falta de humanidad, su gobierno quedará marcado por un crimen porque el sufrimiento de los niños, sus padres, familias y resto de la sociedad, tras la ola de rechazo mundial, quedan marcados como torturas psicológicas imborrables en la mente de los perjudicados.
Pero la villanía oculta, la cara más siniestra de lo que hemos visto, oído y leído desde mediados de mayo pasado, es que el modelo económico neoliberal ahondado a rajatabla desde el 28 de junio de 2009, seguirá reproduciéndose a causa del Estado fallido, inseguridad, exclusión, desempleo, falta de oportunidades, violencia y criminalización social, seguirá expulsando fuera del país a miles de connacionales.
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La búsqueda del «sueño americano», cada vez más riesgosa ante la presencia de redes de traficantes de personas, grupos criminales y el falso interés de los gobiernos.
La sensibilidad transmitida por cada uno de los y las alcaldesas que tomaron la palabra en esa rueda de prensa en Texas, parecen mostrar que el dolor de niños y niñas separados por el Servicio de Inmigración caló profundamente la dermis de este país, lo que es bueno pero insuficiente mientras subsista este cruel y despiadado neoliberalismo a ultranza.
7 comentarios
El gobierno de Honduras esta haciendo todo lo posible para tener al los pobres más pobre, no hay fuente de trabajo, las instalaciones gubernamentales ya no existe todo paso a ser privatizado, el coste de la canasta básica se dispara la gente ya no haya que hacer, los índices de delincuentes esta a cada esquina, empezando por los que trabajan con el gobierno, ¿y como no delinquir? Si el mismo presidente es un delincuente.
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Amo a honduras pero me avergüenza el narcopresidente.
Esa es la Obra de los cachurecos corruptos hdp
Si no hubiese tanto ladrón y corrupto, la situación del pueblo fuera otra, la insensibilidad de gobernantes que quedan bien con los organismos internacionales antes que con el pueblo…sátrapas…
Cual modelo económico esas producto de la corrupción
Cierto x todos los delincuentes políticos q an hecho de hondura y países latinos su propia hacienda