error de Yani Rosenthal no sumarse a la alianza

Confundir

Por: Edmundo Orellana

Esta es la orden del día emanada desde el gobierno para todos los que tienen compromiso con éste. En lugar de ofrecer datos legibles, presentan fórmulas matemáticas para fundamentar lo que nadie, aplicando el sentido común, logra entender.

Es curioso, por ejemplo, que luego de ofrecer datos en los que resultaba evidente que la tendencia favorecía ampliamente a Nasralla, el TSE guardara un prolongado silencio que aprovechó el gobierno para presentar a una compañía nacional- cuyo propietario es un empleado de este gobierno y, a su vez, líder máximo de un partido pequeño que tiene representante en el TSE- presentando un informe de las elecciones a nivel presidencial, en el que resulta vencedor el inconstitucional proyecto continuista del Presidente-candidato.  Curioso, porque inmediatamente después de esa presentación comenzó a ofrecer información el TSE en la que aparecía acumulando votos el Presidente- candidato.

Luce como una estrategia, en la que estaba previsto que la presentación de la empresa, del que también es empleado del gobierno, sin interrupción, desde el Presidente Reina, sirviera para preparar el ambiente para lo que haría después el TSE, es decir, ofrecer datos que favorecían al Presidente- candidato. Saturó la presentación de fórmulas matemáticas que desorientaron al periodista que cedió el espacio de su programa para la misma, por lo que sus preguntas no lograron desentrañar esa telaraña de fórmulas y se quedaron en la epidermis de la cuestión. Nadie comprendió realmente la presentación, ni siquiera el periodista, que en los programas siguientes ha tratado de buscarle un sentido. Nadie entendió por qué tendría que resultar vencedor el Presidente- candidato, según lo dicho por el empresario- empleado público- político; sin embargo, quedó clarísimo que la intensión fue convencer de que Nasralla no ganó las elecciones.

Esa empresa no es confiable porque en su propietario concurren cualidades incompatibles entre sí. Además de ser el propietario de esta empresa, es empleado del gobierno y, en su condición de líder supremo de la Democracia Cristiana, tiene un representante en el TSE. Es evidente, pues, que su lealtad está comprometida. ¿Por qué creer en él entonces? ¿Por qué atribuirle más credibilidad que a la información que difunden los partidos o el mismo TSE?

Ese largo silencio del TSE que cubrió la empresa que generó esa tremenda confusión en un programa de tv, aumenta la sospecha que todos tenemos de ese organismo electoral, porque sus integrantes no son magistrados, aunque la ley así los llame, son simples representantes de los partidos políticos, con la responsabilidad de hacer lo que tienen que hacer para favorecer a sus representados, que, en este caso, se da la particularidad de que el partido de gobierno tiene mayoría.

Ahora resulta que la distancia entre Nasralla y el Presidente- candidato se acorta aceleradamente, amenazando aventajarlo holgadamente. Nadie sabe lo que ha pasado, pero la explicación, en la que curiosamente coinciden, el PN y el TSE, es que el voto rural está definiendo la elección del nivel presidencial, apoyada en una movilización de la policía militar cuya presencia parece más intimidación que protección.

La percepción generalizada es que nada de esto es real. Que se trata de una maquinación para quitarle el triunfo a La Alianza. La palabra, entonces, la tiene esta organización política, cuyos máximos líderes tienen en su pasado errores imperdonables. Mel, que no defendió con la energía necesaria el triunfo que, según él, obtuvo la candidata de Libre en las elecciones pasadas; Nasralla, que permitió el secuestro ilegal del PAC por parte del TSE, sin oponer resistencia visible. El momento exige actitudes enérgicas y decisiones determinantes para evitar que lo que claramente se percibe ocurra. Es el orden constitucional el centro de esta cuestión.

Si las actas en su poder arrojan que la victoria es de La Alianza, deben acreditarlo y defender el triunfo con energía. Si actúan como en el pasado, su futuro político está sellado.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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