Cuarenta años buscando la verdad

Colaboración eficaz, figura clave para la caída de Pérez y Baldetti

Por: Thelma Mejía

Tegucigalpa.- En Guatemala, la figura del “colaborador eficaz” ha sido trascendental para desmantelar la red criminal que manejaba la entonces vicepresidenta de ese país, Roxana Baldetti, y el también presidente, Otto Pérez Molina. Los códigos por medio de los cuales lavaban el dinero, fueron descifrados gracias a una de las personas que trabajaba para ellos en el montaje de las operaciones ilícitas.

Así lo manifestó el colombiano Iván Velásquez, comisionado de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Iván Velásquez, en el marco de una conferencia magistral sobre combate a la gran corrupción. Departieron con él en un panel, el fiscal general, Óscar Chinchilla, el vocero de la MACCIH, Juan Jiménez Mayor y el representante del capítulo Honduras de Transparencia Internacional (TI), Carlos Hernández, coordinador de la ASJ.

¿Cómo operó la red de Pérez y Baldetti?: con códigos cifrados. En la documentación que encontraron sobre el denominado caso “La Línea”, que tumbó a Pérez Molina, el equipo de investigadores de la CICIG encontró frases como “arriba” y “abajo”; iniciales como ICM, entre otras.

Los investigadores hallaron decenas de miles de documentos, y solo clasificarlos les llevó al menos dos meses, explicó Velásquez. Y esos códigos cifrados aparecían en todos los papeles. El caso “La Línea” es una operación delictiva de soborno aduanero que implica a 40 funcionarios del gobierno de Pérez Molina, incluido él y la ex vicepresidenta Baldetti, última que venía con frecuencia a Honduras, en especial a la isla de Roatán donde quería comprar una casa de playa.

Cuando estaban organizando los documentos, apareció el “colaborador eficaz” que les ayudó a descifrar en tiempo récord las operaciones de esta estructura criminal.

“¿Ustedes hallaron en mi computadora iniciales como ICM, verdad?, relata el comisionado Velásquez que les preguntó el colaborador. ICM—les dijo—significa “Incentivo Comercial Monetario” y representa el valor del soborno que se pagaba. Las palabras “arriba” eran para identificar a Pérez Molina y a Baldetti, mientras que la palabra “abajo”, era para identificar el resto de funcionarios que eran parte de la red.

Velásquez dice que ellos tarde o temprano hubieran descifrado esos códigos, pero que gracias a la figura de la “colaboración eficaz”, esa persona que era parte de la estructura criminal y había cooperado para montar el sistema de lavado de dinero, facilitó el desmantelamiento de la red.

De ahí que apoyara la iniciativa que se encuentra en el parlamento hondureño para aprobar una Ley de Colaboración Eficaz que permita destruir también aquí esas redes criminales de corrupción e impunidad.

El proyecto de ley ya está en el parlamento. Son dos las iniciativas las que se encuentran. El primero en empujar el proceso fue el Frente Parlamentario de Apoyo a la MACCIH (FPAM) que introdujo un proyecto con el visto bueno de la Misión. Ello llevó al poder ejecutivo a enviar un proyecto similar que tenía engavetado desde fines del año pasado cuando se lo giró la Misión.

Por la presión social y mediática, la insistencia de la MACCIH y el acompañamiento del FPAM, es que el proyecto de ley finalmente fue turnado a una comisión de dictamen, que no termina de arrancar su trabajo para informar cuando será sometido a la cámara para su discusión.

De lo expuesto por el comisionado de la CICIG es entendible que en el parlamento hondureño, la Ley de Colaboración Eficaz busque ser enfriada, máxime en época electoral, en donde este tipo de leyes o se aprueban con fines proselitistas o se engavetan también con fines proselitistas.

La corrupción, como bien aseguró el comisionado de la CICIG, debe tener rostro e identidad para poder ser censurada y cerrarle caminos de repetición. 
Pero esta lucha no será fácil. No es casual que tanto la CICIG como la MACCIH sean objeto de campañas internacionales y locales de desprestigio para que no terminen, unas de arrancar, y otras de continuar con la excelente labor realizada.

Quizá por ello, un ex presidente sudamericano, señalado presuntamente en serios delitos de violaciones a los derechos humanos, advirtiera recientemente en una visita al país, por qué la “ley de colaboración eficaz”, a veces, no es tan buena.  Puso su veto a la iniciativa y dio aliento así a un sector de la clase política criolla que se siente amenazada.

La presión porque se apruebe la ley de colaboración eficaz en Honduras aumentará tras el retorno de vacaciones de los parlamentarios. En la conferencia del comisionado Velásquez, muchos de ellos estaban ahí.

En Guatemala, un gobierno cayó, en parte por la figura de la colaboración eficaz. En Suramérica, esta figura está dando una vuelta de calcetín con la operación Lava Jato en Brasil y el caso Odebrecht.

Como dijo el comisionado de la CICIG, la “feria de la impunidad” no debe seguir creciendo en nuestros países de América Central. Guatemala y Honduras, no son la excepción. Si la ley de colaboración eficaz se aprueba en este país, cabe preguntarse: ¿podrá identificarse con más rapidez los códigos usados en la corrupción del IHSS? ¿Descubriremos otros códigos en el caso del financiamiento ilícito de campañas? ¿Podremos dar rostro a la red que ha estafado toda el área de la Salud?

Sin duda Iván Velásquez vino al país a dar esperanzas, pero también pistas para saber cómo seguir la ruta a las estructuras criminales e impunes que operan y han operado en estas Honduras.

  • Emy Padilla
    Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo emypadilla@criterio.hn

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