Vacunas COVID-19 Honduras

Médicos hondureños temen politización de la vacuna anti-COVID-19 en año electoral

Tegucigalpa. –Ana es una madre hondureña de 44 años, vive en la capital junto a sus dos hijos y su esposo. Ve con preocupación el manejo que se le da al proceso de vacunación en Honduras y teme que una infección por Covid-19 deje huérfanos a sus hijos. «Dicen que el programa de inmunización en Honduras es uno de los mejores en América Latina, pero ¿de qué sirve si no hay vacunas, no hay orden, no hay seguridad?», cuestionó.

Desearía junto a su esposo, ser parte de esa privilegiada lista de los 70 mil hondureños, que según circula, ya viajaron a Estados Unidos a vacunarse, sin embargo, ella y su familia cuentan con recursos apenas suficientes para sobrevivir y ni soñar con obtener un visado estadounidense para su esposo en medio de la pandemia. «Es difícil vivir con el temor permanente de sufrir un contagio, no sobrevivir y dejar niños aún pequeños», dice angustiada.

Como Ana, miles de hondureños se cuestionan cuándo podrán vacunarse contra la COVID-19. Temen que el tema de vacunación sufra el mismo fin de los prometidos hospitales móviles, en los que el gobierno destinó más de US $47 millones, y de los cuales ninguno funciona en la actualidad para la atención de pacientes con Covid-19 o incluso termine siendo utilizado como parte de la estrategia asistencialista del Partido Nacional de cara a las elecciones generales de noviembre de 2021.

Una inquietud que comparte también el personal de salud hondureño. Criterio.hn conversó con los médicos Carlos Umaña y Marco Eliud Girón y ambos coinciden en que la improvisación que muestra la administración Hernández en el tema de inmunización contra la Covid-19 en año electoral, da pie para que no se respeten los grupos prioritarios y se cuelen muchos.

Para la doctora en filosofía y representante de la sociedad civil en el Comité de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAH, Xiomara Bú, en un contexto de crisis debe prevalecer la solidaridad, por lo que cualquier instrumentalización de la vacuna en busca de votos sería condenable y totalmente contraria a la ética y la bioética

LA IMPROVISACIÓN REINA EN LA SECRETARÍA DE SALUD

Carlos Umaña compartió que durante el primer proceso de inmunización con la vacuna Moderna donada por Israel «tuvimos muchos errores, hasta gente que se coló para vacunarse […] porque no se contaba con un censo del personal sanitario que realmente fuera de primera línea y dejaron al albedrío de los directores de los hospitales hacer la lista».

Para el presidente de la asociación de médicos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en San Pedro Sula las campañas de vacunación «han sido demasiado improvisadas porque no hay un verdadero censo de la población del sector sanitario». Mucho menos si pensamos en la población en general.

Umaña contó a Criterio.hn que al interior de la Secretaría de Salud se «ha intentado establecer un censo, pero siempre que lo están haciendo lo terminan suspendiendo por X o Y razón». Esto provoca temor entre el personal sanitario, explicó, pues temen no se respeten los grupos prioritarios ya que no existe más que el cuestionado censo para el Documento de Identidad Nacional (DIN) realizado a través del Registro Nacional de las Personas (RNP).

Vacunas COVID-19 Honduras
Personal de salud violentó el jueves pasado el acceso del equipo de Criterio.hn al Polideportivo de la UNAH para verificar el proceso de vacunación de los adultos mayores.

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«Esto nos dice que siempre campea prácticamente la improvisación y lo vimos en las colas que también se están formando por parte del sector sanitario que todavía no se la ha puesto la vacuna por primera vez. Este censo de vacunación es importante porque de cara a un año electoral la vacuna puede ser utilizada de manera política para pedir votos y esto no es correcto, esto no debe ser así. Todos los hondureños deben tener alcance a la vacuna en su respectivo núcleo poblacional e irlo haciendo poco a poco», afirmó.

Criterio.hn conoció que en efecto cada centro asistencial público y privado se encarga de levantar su propio censo de empleados, pero de parte de la Secretaría de Salud no hay un censo oficial, lo que en efecto se presta a la discrecionalidad de los directores de dichos centros de atención sanitaria.

DEBILITAMIENTO DEL PAI y LA INSTRUMENTALIZACIÓN DE LAS VACUNAS

En diciembre del año pasado, la presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), Suyapa Figueroa, no descartó la posibilidad que en año electoral la vacuna fuese utilizada como instrumento político por parte del gobierno para buscar votos que favorezcan la permanencia en el poder del Partido Nacional.

El médico especialista en salud pública, Marco Eliud Girón, lamenta que a estas alturas las Unidades de Salud, manejadas por el personal de enfermería que está altamente capacitado desde hace muchas décadas en vacunación, no estén siendo tomadas en cuenta en el proceso de vacunación.

El Programa Ampliado de Inmunización (PAI), es el único programa de Salud que sobrevivió al neoliberalismo y hasta hace poco gozaba de prestigio a nivel latinoamericano, pero con el Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19 el mismo decayó a causa de la falta de planificación de la administración Hernández en la adquisición directa de vacunas.

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En espera de las vacunas donadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) mediante el mecanismo Covax, el gobierno no planificó la compra directa de dosis de vacunas y ahora se dificulta la adquisición de estas a las farmacéuticas y ha tenido que depender de donaciones a cuentagotas.

A la fecha, la administración Hernández llegó a un acuerdo de suministro con la empresa rusa de responsabilidad limitada «Human Vaccine» para la compra de 2,115,000 tratamientos de Sputnik-V (cada tratamiento corresponde a dos dosis de la vacuna) a un precio, según el gobierno, de US $19.90 cada tratamiento. Sin embargo, la primera entrega ya sufrió retrasos.

Este acuerdo de suministro generó resquemores de opacidad, luego que el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) resolvió dar lugar a la solicitud de clasificación de información pública como reservada en relación a las cláusulas relacionadas a la propiedad intelectual y los datos bancarios que contiene el documento con la compañía.

En fin, para el galeno Marco Eliud Girón hay algo de decisión política en no hacer uso de un censo de vacunación porque de esta forma no se respeta las fases del plan de vacunación. «Al no aplicar el censo se presta a manipulación y también al compadrazgo y a que los políticos metan la mano en la vacunación y eso es peligroso para la población en general porque no sería de una forma ordenada, sino que sería más bien de acuerdo como han manejado la pandemia desde el inicio». Prestándose a la politización partidaria, explicó.

Girón dice que la pandemia por COVID-19 nos dejó una serie de antecedentes al respecto. «Con el confinamiento se politizó la entrega de la bolsa solidaria, se politizó la entrega del tratamiento MAIZ, se politizó la entrega de las ayudas económicas y por consiguiente de acuerdo a todos esos antecedentes y al no utilizar el censo se presta también para politizar la vacuna para que por recomendación política se vacune».

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De hecho, el galeno consideró que esto ya estaría ocurriendo, con activistas del Partido Nacional levantando censos de partidarios afines mayores de edad en barrios y colonias para «llamarlos a ser vacunados, en detrimento de la población en general. Vuelven a hacer lo mismo: vacunar solamente a los miembros del partido de gobierno».

Sobre el tema, Criterio.hn consultó con la doctora en Filosofía y representante de la sociedad civil en el Comité de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAH, Xiomara Bú, quien compartió que cualquier instrumentalización de la vacuna contra la Covid-19 en búsqueda de ganar votos sería condenable y totalmente contrario a la ética y la bioética. En un contexto de crisis debe prevalecer la solidaridad y la sororidad, subrayó. 

«En el ámbito de la salud y de la actual pandemia, que es una crisis global, aquí no debería haber atadura de ningún tipo de interés partidista, ni ningún condicionamiento en procesos electorales» para que la población reciba la vacuna, pues el Estado debe «apostar realmente por la vida, por la salud de todas las personas sin dejar a nadie por fuera».

¿Qué hacer para transparentar el proceso de vacunación que recién inicia? El especialista en Salud Pública Marco Eliud Girón concluyó que esto requeriría que la administración Hernández entregase el control del proceso a los técnicos de las Unidades de Salud que cuentan con experiencia en el tema y son los que «han vacunado siempre a la población», acompañados por auditoria y veeduría social e institucional para que verifiquen su cumplimiento.

Sin embargo, eso podría ser un soñar más en la democracia hondureña, donde «A sangre y fuego Juan Hernández ha secuestrado el poder en Honduras», carcomiendo desde adentro la poca institucionalidad con la que contaba Honduras, todo para mantenerse en el poder.

  • Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas
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