La batalla por la justicia

Superando a Cero, la peste en Honduras, evolución y secuelas

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

 

                                              a mi madre nonagenaria y a los huérfanos

La peste es un antiguo fenómeno global y recurrente que siempre ha dejado a la vista desigualdades sociales y fragilidades políticas. La literatura alude a la peste con horror desde milenios antes de Cristo, en Grecia, en donde la Esfinge la lleva e instala en la rica y mítica Tebas, igual que en Egipto, donde se dice que sirvió para liberar al judío cautivo del faraón. Y las grandes epidemias han dejado la impronta profunda de transformaciones históricas.[1]

Para el registro histórico, sin embargo, solamente siete u ocho pandemias que duraron décadas, desde la Antonina hasta el Cólera morbos pasando por la bubónica (que mataron a cientos de millones, cuando era mucho mas pequeña la población mundial) alteraron el curso de la historia universal, obligando a cambios económicos profundos, destruyeron imperios y religiones, y fundaron otros tantos.  Nuestro mundo actual tanto más conectado e interdependiente es vulnerable, pero gracias a la ciencia, el Covid no alcanzará esa dimensión. Muchos suponen incluso que se disipará hasta dejar de ser una amenaza pública.

Luego de dos años, cuando este bajo control el 2022, habrá del Covid a nivel global unos diez millones de muertos, a los que según nuestras proyecciones, Honduras contribuirá el doble de lo que le correspondería proporcionalmente. Por supuesto hay diferencias en la propagación, en la letalidad del Covid en distintas latitudes y las habrá con respecto a sus consecuencias. No terminamos de entender del todo, pero no es pareja la propagación y repartición del virus. En África casi no exagero diciendo que hubo poco Covid. En otros países de nuestra región, en Nicaragua y Venezuela, hubo afectación menor, una extraña indemnidad que no se termina aun de ponderar.  En Honduras en cambio, se ha exacerbado la virulencia de la peste, debido en parte a una gran vulnerabilidad, marginalidad y mala condición física y por el mal manejo de la crisis sanitaria. Aquí el virus llegó desde EUA, y su letalidad ha sido ¡muy superior a la media mundial! Pese a las manipulaciones oficiales, que insisten en que solo ha habido 5 mil decesos de 220 mil casos detectados, los modelos matemáticos sugieren que, luego de año y medio de peste, habrán muerto por esta enfermedad mas de 20 mil paisanos, ¡más personas por supuesto que en cualquier guerra o revolución de la historia independiente bicentenaria! ¡Mas, que en todas esas guerras juntas, aun sumando víctimas de represión de los 1930s y 80s!

Es bueno recordar la explicación que dio Salvador Moncada la semana anterior sobre la injusticia en el desigual acceso internacional a la vacuna, para entender las grandes diferencias en las tasas de vacunación. EUA ha vacunado ya el 35% de la población, Israel más del 80%, México, al que no le llega la vacuna comprada, solo ha vacunado al 6.6%. Pero el dinero no es el único factor. También hay países mejor organizados que otros. Canadá -que tenia todas las conexiones y recursos- únicamente alcanza el 3.5% de vacunados, mientras que el pulgarcito de Centroamérica, El Salvador casi llega ya al 20%.[2] Y en Honduras tenemos Cero, aun hoy, ¡a saber menos del 1%! ¡Fácil de superar!

Aun puede ser que, al final, éste mal bicho ayude a botar aquí al dictador. Por ahora, más lo ha beneficiado. Refrendándole el tiempo, asustando a la gente para mantenerla encerrada. Cuando JOH estaba a punto de tirar la toalla y autorizar el negocio para ¡comerciar con la vida y la muerte por Covid! ¿le llega un aliento desde la esfera del poder terrenal? Gracias a la novel diplomacia de la vacuna y al Covax. ¡Albricias! En efecto –felizmente- esta semana pasada han llegado al país donadas por la OMS casi 200 mil vacunas AstraZeneca, que a EUA le sobran, porque no las ha aprobado para su uso interno propio.  Y ese lote esta sirviendo ya para recomenzar la vacuna a los más vulnerables al personal de salud, de la primera línea, como debe ser, por regiones.

Aun con el consuetudinario desorden -que otros han superado- se continuó ayer vacunándolos. Después siguen con los bomberos, policías y personal de emergencia. Dentro de otras semanas, se vacunará a los mayores de 75. De ser así, a la vuelta de un mes, tendremos a unas 100 mil personas vacunadas, ¡el 1% de diez millones! Dicen que, además, aunque comprada al doble de precio mundial y a una empresa chueca, se espera que en pocos días llegue la vacuna rusa Sputnik. ¡Gracias a Dios, a la Suyapa y a Putin! Porque en las últimas semanas, se han estado perdiendo sin remedio por el covid ¡más de cien vidas al día! incluidas algunas de médicos que habían recibido una dosis. Después, le quedaran a Honduras otros ¡8 meses para vacunar a otro 35%, antes que los primeros inmunizados empiecen a perder indemnidad!

Claramente, no nos va a ir a todos igual. Como consecuencia de esas diferencias, hay pocos países en donde no hubo cuarentena y varios en que ya se procedió a aperturas totales, por estar el Covid bajo control, en China, Australia, Corea y el Pacifico Sur, gracias a la vacunación en Israel, pronto, Europa y EUA, en El Salvador Costa Rica y Chile. Pero en Honduras ¡aun no se pueden abrir escuelas y colegios! museos y bibliotecas, cines, restaurantes…. Inevitablemente, ya hubo y habrá hondas consecuencias sociales y económicas, de corto y largo plazo. Sobre la condición física y moral de la población, su capacidad de producción y de convivir.

Ni hablar de los miles de microempresas que eran las mayores empleadoras y que quebraron sin dejar huella, por lo que se ha perdido una cuarta parte de la planta de empleo. Las utilidades de los rubros más fuertes de la economía han bajado en un 40%. Y la mora o sea endeudamiento difícil de recuperar en los bancos ha aumentado ¡un 70%!  Hay rubros estratégicos de la economía que a pesar de la demanda, la maquila y la mayor parte del comercio, no se podrán sin riesgo reactivar aun por meses, sin hablar del sistema de salud, quebrado. Infiero otras secuelas más sutiles del registro histórico.

Quizás el contagio de la peste incidió antes muchas veces en conquistas pretéritas. Desde mediados del s. XX, los historiadores de la demografía descubrieron. Y muchos entendimos que las epidemias, como la viruela que traía aquí la hueste conquistadora del s. XVI y que eran letales para las poblaciones nativas sin experiencia de ellas, funcionaron como temible vanguardia en las guerras de conquista de América.  Y después condicionaron la quiebra del primer sistema colonial español.[3] Luego de la mortandad, esas oleadas pandémicas repercuten en una grave desarticulación social como captan los registros de los indígenas.

Grande era la pudrición de los cadáveres. Después de sucumbir nuestros padres y abuelos, la mitad de la gente huyó hacia los montes. Los perros y los zopilotes devoraban los cadáveres. …Murieron vuestros abuelos…Y así fue como quedamos huérfanos, cuando éramos jóvenes. Todos quedamos huérfanos. (Y entendimos que) Nacimos para morir. El Memorial de Sololá edición de Recinos 1950, con mi reedición)

El Memorial describe una epidemia en Guatemala hacia 1520, antes incluso que cayera Tenochtitlan, cuatro años antes que llegara Pedro de Alvarado quien –antes- tuvo que conquistar Oaxaca. Pero aun exponiéndome a que me regañen Mario y Yesenia por falta de rigor, ese texto me parece pertinente a lo que llamaría la desconocida historia de las epidemias en Honduras.[4]

Un año después de la toma de Iximche, por orden de H. Cortes, con cuatro, Bernal Díaz del Castillo atraviesa la Costa, desde el Motagua hasta Trujillo, pero solo encuentra pueblos abandonados, que interpreta como evidencia de fuga y miedo ¿pero a quien temían o a que? Más bien luce esa geografía como un paisaje asolado por la peste. La mortandad que provoca la desarticulación y el miedo. Asustan ese miedo y ese desanimo incorpóreo.

¿Quiénes fueron los muertos del Covid aquí? No esta claro que nadie sepa. El responsable de acumular los expedientes es el estado, y lo primero que hizo JOH fue ocultar y negar esa dimensión de mortalidad. ¿Cuáles son los perfiles de las victimas, que consecuencias se derivaran de esas circunstancias?  Sabemos generalidades. Desproporcionadamente, eran pobres, y mayores.

Salvo excepciones que no cuentan en el análisis sociológico, los mayores somos menos productivos en el ámbito económico. De modo que, en términos del balance material a largo plazo, el desviejadero que provoca la peste pudo ser positivo. Pero fuera de lo económico hay otras esferas en donde los viejos tenemos mayores capacidades productivas, las simbólicas, por ejemplo. Los abuelos y abuelas a veces podemos mantener unida la familia, y a la nación, somos los custodios de la identidad que nos cohesiona, el corazón del colectivo. Al morir los dejamos huérfanos de ese numen secreto. Esa podría ser una de las pérdidas más devastadoras. Aunque nadie lo entienda todavía. Quedarnos huérfanos, ¿sin quien nos aconseje? Miren si no….

10 de mayo 2021, El Carmen San Pedro Sula

[1] . Noah Harari, historiador quien, cuando deviene futurólogo, anticipa que Honduras desaparecerá como estado nación en 30 años incluye a la peste junto con las armas y las hambrunas como los tres grandes determinantes de la historia. 

[2] El Salvador en efecto ha vacunado mas de un millón de personas, de 6.5 millones de residentes, y en Honduras los municipios del Occidente que en otra etapa histórica estaban mas ligados allá, suplican a Bukele que asuma la responsabilidad que ha incumplido el gobierno hondureño. Y hay una fiesta.

[3]La encomienda. Una catástrofe demográfica según la extensísima literatura que gira en torno a los aportes geniales de Woodrow Borah y la Escuela de Berkeley. Igual en México como muestra Borah que en Centroamérica.

[4] Linda Newson en The Cost of Conquest documentó mejor que otros la despoblación de Honduras, como se llamaba a la Costa desde la Punta de Catoche hasta la de Gracias a Dios, una de las mayores catástrofes en el continente, desconocida digo porque sabemos lo que paso, pero no como….

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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