Piden en Congreso derogar escudo de impunidad

Reformas electorales: de la oposición a la colaboración con la dictadura

Por: Tomas Andino Mencía

Tremendo alboroto se ha armado por el acuerdo político de las cúpulas de los partidos Nacional, Liberal y LIBRE en torno a las reformas electorales; y no es para menos pues este acuerdo tiene implicaciones funestas para el futuro del movimiento contra la dictadura de JOH.

El acuerdo ha sido justificado por sus defensores, incluido el mismo Mel, con cuatro argumentos principales: 1) LIBRE tiene derecho a tener representante ante el futuro Consejo Nacional Electoral (CNE) y Tribunal de Justicia Electoral (TJE), los órganos que serán creados gracias a esas reformas, además de integrar el RNP con reformas a su Ley orgánica. 2) No hay otra manera de lograr que LIBRE tenga representación en esos organismos que no sea llegar a un acuerdo con los cachurecos porque ellos tienen control del Congreso. 3) La presidencia de esos órganos será rotativa cada 5 años por lo que LIBRE en algún momento tendrá acceso a ese puesto. 4) el Pueblo no tiene capacidad de sacar a JOH de otra forma que no sea con votos. Adicionalmente, nos venden como positivo que los temas de la reelección y la segunda vuelta serán sometidos a plebiscito, porque así será respetada la voluntad popular, dicen.

USAR LA LÓGICA POLÍTICA

Usemos la lógica política para empezar:

Tener un solo representante de nada le sirve a la oposición porque estará en minoría frente a la alianza del bipartidismo, así como actualmente está en minoría en el Congreso Nacional, razón por la cual la mayoría mecánica PN y PL bloquea sus iniciativas. Para creerles tendrían que demostrarnos como es que LIBRE piensa romper la alianza cachureca-liberal que han sostenido por décadas.

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Asumiendo que se logra el milagro de romper la alianza bipartidista y se convence al lado oscuro del Partido Liberal de que lo que más le conviene es hacer dupla con LIBRE contra el Partido Nacional, está el problema de que las resoluciones y fallos del TJE, a petición de parte, podrán quedar sin efecto por sentencia de la Corte Suprema de Justicia, ya que la Constitución tiene a este como tribunal de alzada. ¿Y en manos de quien creen que esta la Corte (por cierto, recién electa en 2016 y que vacará en sus funciones en 2023)? En manos del Partido Nacional.

El argumento de la rotación de la Presidencia en esos órganos, es un mal consuelo. Suponiendo que cachurecos y liberales respetaran el ciclo, es de suponer que el Partido Nacional y el Liberal no serán tan ingenuos de darle tan importante cargo cuando toque un año electoral, si acaso se lo ceden, pues desde ya el bipartidismo ha expresado resistencia en este punto. Con suerte, a LIBRE le toque una Presidencia antes de diez años, si los otros partidos se ponen de acuerdo en darle la cola por turno.

Pero seamos más optimistas y sonemos por un momento que los magistrados cachurecos en la Corte Suprema de Justicia le darán la razón a LIBRE y votarán contra su propio partido. En ese caso, ¿creen que el Partido Nacional estaría dispuesto a ceder el poder sin utilizar el mecanismo último que tiene todo estado burgués para no perder el control de su Estado, los militares? La oligarquía siempre tiene la opción del Golpe de Estado si ve peligrar su hegemonía política.  En el 2009 demostraron que son capaces de hacerlo. Si lo sabemos, ¿por qué se deposita tanta confianza en ellos? ¿Para qué dar semejante rodeo para terminar en lo mismo de 2009?

En cuanto al plebiscito y el referéndum, la Ley Especial que regula esos mecanismos de consulta, está diseñada para que quien tiene el poder defina todo: desde la pregunta, los extremos de las respuestas, hasta el control de la consulta misma. ¿A quién en su sano juicio se le ocurriría confiar en la imparcialidad de un CNE mayoritariamente en manos del bipartidismo? Y lo mismo ocurre en el RNP, la mayoría de sus funcionarios y el poder de decisión, lo reservaran para ellos los partidos tradicionales. La “vigilancia” de la OEA y la UE no es ninguna carta de garantía, ya que obedecen a la agenda políticas de Estados Unidos, como lo evidencio la pasada coyuntura electoral.

Las probabilidades de que estos escenarios fantásticos se hagan realidad para garantizar imparcialidad y respeto a la voluntad popular, son insignificantes o casi nulas. Creerlo va contra toda la experiencia histórica y el conocimiento que se tiene del bipartidismo, y es pecar de una cándida ingenuidad, o de una acción consciente. En el mundo real, lo más probable es que el bipartidismo haga caer a LIBRE en una trampa que lo condenara a nuevas derrotas electorales. No se requiere tener un doctorado en Ciencias Políticas para preverlo. Ya ocurrió en 2013 y 2017, y de seguir así, seguirá ocurriendo.

DE LA OPOSICIÓN AL OPORTUNISMO

Aparte que la lógica política nos dice que no es una buena decisión confiar en delincuentes políticos, hay tal vez otros temas más graves a considerar.

Desde el punto de vista estratégico, hacer una insurrección supone desconocer la legitimidad del dictador que se quiere sacar; también es incompatible con llegar a acuerdos de gobernabilidad con este, porque al hacerlo, se le da la estabilidad que necesita para seguir afectando al Pueblo. No es casual que al hablar de insurrección hagamos acopio del Artículo 3 constitucional, que considera al gobernante un “usurpador”. En esa línea, el acuerdo de LIBRE con el Partido Nacional y el Partido Liberal, equivale a renunciar al objetivo de sacar a JOH del poder durante los siguientes tres años, mediante una verdadera insurrección, y por consiguiente, a darle estabilidad en ese periodo. Siento decirlo, pero eso es oportunismo y una traición al Pueblo.

El argumento de que solo se puede sacar a JOH en elecciones seria verdadero si en Honduras hubiera un Estado de derecho, democrático, que respeta la independencia de poderes, los pesos y contrapesos, la alternabilidad en el poder y la libertad de expresión. Pero si somos serios al decir que estamos ante una dictadura, ese argumento es falso.

 En el caso de Honduras, la vía electoral ha demostrado ser la forma más inútil para sacar al dictador, en vista del control que este tiene del Estado. Si no, véase lo que paso en las elecciones de 2009, 2013 y 2017. En realidad, la forma más efectiva es basarse en la masiva movilización popular, e insurreccionar al Pueblo, saliéndose del juego del dictador, para lo cual es necesaria una estrategia de acumulación de fuerzas y aprovechar las oportunidades del contexto. Eso sí, con una dirigencia con las agallas y la determinación de ir hasta el final en el propósito para infundir confianza en la población.

Otro argumento falaz con el que justifican sus maromas conciliadoras con el régimen, es decir que tienen que hacerlo así porque el Pueblo no quiere salir a enfrentar a la policía y al ejército, ni a tomar las armas. Me gustaría que repitieran esa idea ante los cadáveres de casi 40 asesinados por la dictadura, ante los miles de heridos y golpeados; ante los presos políticos por insurreccionarse de verdad. La historia se ha encargado desmentir esa idea. ¿Quiénes semi paralizaron el país en noviembre de 2017, tomando centenares de tramos carreteros en los que se enfrentó de manera masivamente a una Policía Militar bien armada? No fueron marcianos, fue el valeroso Pueblo hondureño, en especial su juventud. De hecho, para diciembre de ese año, las masas enardecidas estaban haciendo retroceder a policías y militares, y comenzaban a pedir (y en algunos casos, a resolver) el tema del armamento para enfrentar la criminal represión del dictador.

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En realidad, durante el levantamiento popular de noviembre-diciembre 2017, las cosas ocurrieron al revés de cómo nos las pintan: ¿Quién le dijo al Pueblo que la insurrección popular debía ser “pacifica” y desautorizo responder con armas a la violencia gubernamental? ¿Quién dijo que debía hacerse un alto en la lucha cerca de la Navidad, cuando el gobierno estaba asfixiándose por el paro nacional, en su momento de mayor debilidad? Correcto, Mel Zelaya, el mismo que dijo que debíamos dejar las trincheras para ir a hacer nacatamales. ¿Quién dijo a la gente, viniendo de un viaje de Estados Unidos, que debían suspenderse las acciones de lucha “porque los gringos apoyan al gobierno” y que por eso “no hay nada que hacer”? Acerto: Salvador Nasralla. Por tanto, sería más honesto de parte de quienes critican la “falta de disposición del Pueblo”, que digan que quienes demostraron no tener esa disposición, es el liderazgo caudillezco de la oposición y no el Pueblo rebelde de Honduras.

El Pueblo da muestras de arrojo cuando percibe coherencia política y contundencia en sus líderes, de lo contrario se refugia en la desconfianza y la desesperanza, como ocurre actualmente. En buena medida, eso explica el éxodo que muchos hondureños decidieron hacer desde el año pasado.

El punto anterior nos lleva a un problema ético: se le está vendiendo al Pueblo la falsa idea de que los “Comandos Insurreccionales” son colectivos con los que se sacara a JOH mediante acciones de insurrección, cuando en realidad su cúpula está pensando en usarlos como una especie de Comandos de campaña en la calle, y a futuro, como Comandos de defensa del voto, de cara al proceso electoral de 2021. Más que preparar un verdadero levantamiento popular, los movimientos del líder de LIBRE apuntan a su posicionamiento como candidato, mediante asambleas, mítines, banderillazos, todos disfrazados de “insurrección”.

Lo peor es que a estas personas se les expone a la represión e, incluso, a perder la vida en acciones que tienen un fin distinto al proclamado, mientras, por otro lado, su liderazgo se sienta a dialogar con el dictador para llegar a acuerdos pacíficamente.  ¿Qué sentido tiene juramentar en público, ante las cámaras de los cuerpos de inteligencia, a los integrantes de los comandos insurreccionales, en un acto que no puedo calificar de otro modo que irresponsable? ¿Qué sentido tiene convocar a un paro un día domingo, cuando no afecta el sistema económico de la oligarquía? El único sentido que tiene es que no se piensa hacer ninguna insurrección real sino una campaña política.

Es un principio básico en toda negociación, que ambas partes ceden y a la vez ganan. ¿Qué gana el bipartidismo? Según la reforma, el Partido Nacional y el Liberal ganan estabilizando al régimen porque todo el descontento social existente, se pospone para ser canalizado al punto muerto de las elecciones, donde ellos tienen el control. Ganan porque, según el acuerdo, el tema de la reelección será sometido a plebiscito y en el mismo JOH tiene la oportunidad de “legalizar” sus pretensiones reeleccionistas sin necesidad de una Constituyente, contra lo cual ofrendaron su vida muchos compañeros y compañeras. Ganan porque al acercar al principal partido de oposición al bloque de poder, dividen a esta dándole más oportunidad de perpetuarse en el gobierno. Ganan porque al cerrar la representación del CNE, TJP y RNP a tres magistrados, miembros de los tres partidos mayoritarios, secuestran a estos organismos del control ciudadano, blindándose respecto a otras fuerzas políticas que podrían hacer contrapeso al oficialismo. Ganan porque al estabilizarse en el poder, evitaran ser vulnerables a las extradiciones, los juicios políticos, por su vinculación con el narcotráfico y la corrupción. Y en cuanto a perdidas, hasta ahora no he podido encontrarles ninguna.

¿Qué gana LIBRE?

Gana una representación decorativa en el futuro CNE, TJE y RNP, que estará maniatada ante la aplanadora chacureca liberal. Gana que se le permitirá contratar a unos cuantos centenares de burócratas como empleados de esos organismos. Gana Mel porque tendría la oportunidad de hacer campaña abierta a favor de la reelección. Y pare de contar. ¿Qué perdió? Perdió la oportunidad de ser un partido de vanguardia de la verdadera insurrección que sigue siendo una necesidad en el país, porque ahora se ha integrado a la gobernanza de la dictadura. Perdió credibilidad ante muchos de su misma base, que dieron el pellejo en la calle, luchando contra lo que ahora sus dirigentes permiten: la reelección.

En el balance, es claro que, con ese acuerdo, hay más ganancias para la dictadura y el bipartidismo y más pérdidas para la gente consecuente de LIBRE y de la oposición.

 Esto me trae al último punto ¿Por qué LIBRE se niega a integrar la Acción Ciudadana contra la Dictadura para dar más fuerza a la lucha contra JOH? He leído argumentos como; “Ahí están los golpistas y oportunistas”, “LIBRE es la verdadera oposición” o “Ese es un proyecto de la Embajada” y cosas por el estilo. Pero ¿acaso Mauricio Oliva y el lado oscuro del liberalismo, liderado por el tenebroso Carlos Flores Facusse, con quienes negocian y llegan a acuerdos políticos los dirigentes de LIBRE, son menos “golpistas y oportunistas”? Oliva y Carlos Flores son los perros de garra del régimen actual. Y en cuanto a la Embajada gringa: ¿A favor de quien se manifiesta la Encargada de Negocios Fulton cada vez que abre la boca: de JOH o de la oposición?

Comparto que muchos de los personajes de la Plataforma Ciudadana, son nefastos como tales, algunos de ellos golpistas, pero coinciden con nosotros en algo: por sus propios motivos, se oponen al dictador y se puede explotar esa contradicción principal, restándole aliados al enemigo. Al final las guerras se ganan debilitando al enemigo, todo depende del bando en el que uno se quiera colocar, con tal (y esto es una advertencia) que los sectores populares no renuncien nunca a sus propios planteamientos. Por otro lado, no puede negarse que en la ACD se encuentra la única coalición de organizaciones populares que ha hecho llamados a la movilización contra el neoliberalismo, contra la reelección y contra la dictadura por fuera de intereses partidarios: me refiero a la Convergencia contra el Continuismo. Por eso, negarse a unificar a todas las fuerzas de oposición contra la dictadura para hacer acciones de calle es un acto divisionista que le hace un gran favor al enemigo principal: JOH.  Eso se ve reflejado en la debilidad de los actos públicos que cada sector convoca por separado. Así que no les luce darse baños de pureza, cuando transan con lo más podrido del sistema político hondureño.

En conclusión, la dirigencia de LIBRE solo tiene dos opciones: O rompe con ese juego y apuesta verdaderamente a hacer una lucha unificada contra el dictador, o se une a su bloque de poder, conformándose con las migajas que le reserven por sus buenos servicios.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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