Tegucigalpa. – Es muy importante resaltar los avances logrados en cuanto a los derechos de las mujeres se deben a sus luchas afines a reivindicar sus derechos, sin embargo, a pesar de ser más del 60% de las graduadas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), eso no se refleja en los altos puestos de mando, tomas de decisión en empresas, instituciones y cargos públicos.
Cristina Alvarado, integrante de Visitación Padilla, dijo a Criterio.hn que, la tendencia a que existan más hombres que mujeres en altos cargos y en puestos de dirección pese a tener mejor preparación técnica, profesional para ejercer las mismas funciones obedece a un prejuicio machista más que a otra situación.
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MUJERES SE PREPARAN MAS QUE LOS HOMBRES
La UNAH hizo este 2022, una comparación del comportamiento de sus graduados en el período 2017-2021, cuyos resultados fueron contundentes en revelar que en ese tiempo se graduaron 37,285 estudiantes, de esos, el 63.5% (23,694) son mujeres y el otro 36.5% (13,591) son varones.
Eso puso en evidencia que, las mujeres están preparándose más que los hombres a nivel universitario, resultando contradictoria la gran brecha de desigualdad al momento de conseguir un empleo, sobre todo si es de mando.
“Debemos entender que en una sociedad machista que legitima el espacio público, prevalecen los criterios machistas al momento de escoger y otorgar cargos públicos como ejercicio exclusivo para los hombres y delegan a las mujeres al rol doméstico del cuidado de los hijos”, expresó Alvarado.
La defensora de los derechos de las mujeres, Regina Fonseca, expresó a Criterio.hn que, ese comportamiento es unos de los resultados del “patriarcado puro y duro”.
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ESTIGMATIZACIÓN DE LAS MUJERES EN DIVERSAS PROFESIONES
Hace 20 años las mujeres tenían menos escolaridad y menos matrícula que los hombres en la secundaria y en la universidad, en este momento superamos la proporción de mujeres que estudian siendo mayor que la de los hombres.
La defensora de las mujeres cuestionó que no haya oportunidades o posibilidades a aspirar a mejores puestos para las mujeres. Por un lado, destacó que, aunque en parte tiene que ver con el tipo de carrera también las mujeres eligen más carreras orientadas a la “identidad femenina de cuidar a otros”, como ser la enfermería, pedagogía, psicología, etcétera.
“Aun así para las profesionales de otras carreras el estigma que persiste, por ejemplo, en la ingeniería, es producto del patriarcado. Tenemos menos acceso a esos cargos que los hombres y, al tenerlo, los ingresos que percibimos las mujeres andan en un 10% o 15% menos que los hombres en los mismos puestos de trabajo”, comparó Fonseca.
Es un hecho palpable que se limita que las mujeres puedan dirigir empresas y ser titulares en los distintos espacios de poder de la sociedad, sean compañías, instituciones y de todo el entramado público.
Al desglosar los datos de la UNAH, destacaron que de cada 100 estudiantes que culminaron sus estudios y se graduaron, al menos 64 fueron mujeres y cerca de 36 fueron hombres. Además, es oportuno subrayar que ese comportamiento es similar en esos cinco años.
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Alvarado explicó que el pensamiento machista prevalece y se ejercita a través de varias situaciones, permitiendo que casi siempre o siempre se coloque en duda las capacidades de las mujeres. Lo anterior, provoca que se establezca toda una meritocracia para que esa mujer pueda llegar a un cargo público o pueda dirigir.
El 2021 fue el año en que más estudiantes se graduaron, pues se registró la cantidad de 9,812 graduados, de ese total, el 62% (6,104) fueron mujeres y el 38% (6,104) hombres.
En ese sentido, se debe observar en la práctica que en todos los ámbitos se refleja que la mujer es mayoritariamente excluida o se enfrenta a mayores obstáculos para lograr ascender, aunque su nivel de preparación sea superior.
Para la líder feminista, Adelay Carias, sucede que a pesar de los avances que se han logrado en equiparar el nivel educativo de las mujeres y los hombres, en Honduras y en el resto del mundo, los hombres siguen ocupando los puestos y cargos de dirección en los Estados, en las empresas, y en los movimientos sociales.
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“Esto se debe a que siguen prevaleciendo prejuicios y estereotipos culturales según los cuales las mujeres no estamos capacitadas para dirigir y mandar, ya que son los sentimientos y no la razón la que guía nuestras decisiones y actos”, expuso Carias en conversación con Criterio.hn.
Al realizar una comparativa, la feminista señaló que esta dicotomía donde la mujer es sinónimo de naturaleza, sentimientos, subjetividad, se enfrenta a los que se mantienen respecto a los hombres, a quienes el sistema patriarcal define como gozoso de cultura, razón, objetividad.
En base a lo anterior, se ha enfocado el fundamento filosófico para excluir a las mujeres del poder, ya que define a las mujeres como seres irracionales y volubles, incapaces de ser objetivas y racionales.
