Centroamérica COVID-19

Manejo de la crisis y sobrevivencia colectiva

Los guarismos y la política de la peste en Honduras

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

En un par de países de la región, Chile, Perú, Costa Rica, quizás ahora México, los gobiernos entendieron, y se sinceraron. Hicieron a un lado consideraciones mezquinas. Convocaron a académicos, ex ministros, opositores y actores alternativos del poder y los integraron a la lucha en Frentes o Mesas, a las que se encargó la política y manejo de la crisis. Ahí se confió en el profesionalismo calificado para tomar decisiones. La empresa comprometida entendió lo que estaba en riesgo y el imperativo de cooperar y se sumó a los esfuerzos gubernamentales, para enfrentar la calamidad. Todos encontraron un interlocutor. Dan señal de que van a tener éxito, esos países. Son quienes estarán ahí el día después, ¡no de que se acabe, el virus (vino a quedarse), sino de que se amanse!

Los gobernantes responsables delegan así el manejo de la crisis a encargados exclusivos y a equipos interdisciplinarios. Trump -a medias- designa a Pence, Fauci, Britt, aunque luego ¿los ignora? y sigue dividiendo. (Ayer pretendió desconocer el pacto federal, hoy le cortó fondos a la Organización Mundial de la Salud y amenaza con cerrar el capitolio). En México, AMLO ha confiado en Ebrard. En Brasil aunque Bolsonaro lo quiso despedir, con el apoyo de su gremio, el Ministro Netto Braga, tomó las riendas de la crisis hace ya un mes. Convocó, y alcanzó a rectificar el rumbo, ya no a remediar las consecuencias de la irresponsabilidad. En el gabinete de JOH no hay con quien. JOH no tiene compañeros sino mandaderos, no tiene sucesores sino herederos, ¿no tiene opositores? El desorden y la desconfianza en todo nivel es producto de su falta de legitimidad. Manejar bien la crisis exige genuino liderazgo, autoridad institucional, unidad nacional, transparencia operativa, las que no puede dar JOH porque no tiene. ¡Ni sus correligionarios creen en él! Entienden que urge quitarlo incluso quienes le tiemblan.

En un mismo día, en el ente ¿competente? Copeco se emiten tres instructivos contradictorios y se confunde a la autoridad encargada de implementar las medidas, renuncian funcionarios del Sinager protestando por la politización de las ayudas y otros son destituidos por corruptos. No es fácil para quien tiene que vivir oculto, volverse transparente y revelar el secreto del cadáver enterrado en el traspatio. El Jefe del ejecutivo se llena la boca diciendo que va a castigar a quien conspire contra el bien común, pero al mismo tiempo aprovecha la crisis para soltar a Barrabás, que ayer le ayudaba a asaltar el tesoro público. Por supuesto que el Ministerio de Hacienda tiene que decir a qué destina los fondos, aunque sean los destinatarios los obligados a liquidar.

Pero es inaceptable que compren equipos inservibles, percoladores y televisores, mientras hay médicos y enfermeros muertos y  entubados porque, 2500 millones después sigue sin proveérseles insumos de bioseguridad, batas, guantes, desinfectantes y mascarillas que un liso compra a tres veces su precio ¿para que un resbaloso revenda? Que se traigan 26 mil pruebas pero no haya reactivos. Como la reina de barajas en el cuento de Alicia, JOH cree sanear cortando cabezas. Limpiar su imagen ¿destituyendo a un administrador por desviar y defraudar como se le instruyó que hiciera? Pero ¡tampoco se trata solamente de falta de transparencia! También lo que se puede ver… está mal.

No se trata de una receta, de adoptar esta o aquella medida específica, porque la haya recomendado un técnico nacional o extranjero, que ninguno es infalible. Ni nada puede sustituir el análisis y continuado de datos fidedignos con la propia cabeza. Ningún gremio por sí, tampoco el de los médicos, puede diseñar solo una política de Estado frente a la crisis que no es solamente de salud, sino socioeconómica, total, pues la pandemia sacó a flote y puso sobre el escenario nuestras miserias  más escondidas.

Honduras es uno de los países que más pronto adoptó las medidas de distanciamiento, y aun así, tenemos una de las tasas de mortalidad más elevadas, y de contagios cada día es más difícil medir debido al ocultamiento de los datos. A Honduras con su altísima dependencia externa, le va a pegar la crisis posterior peor que a nadie. Por supuesto que, con el calamitoso estado del servicio de salud, se necesitaba y habrá que prolongar aún el distanciamiento, las cuarentenas y los toques de queda. Pero no es cierto que esas medidas se puedan prorrogar indefinidamente. Pronto tendrán que empezar a relajarse en forma gradual, para que la gente respire, compre lo esencial y el país pueda reconstruir su planta de empleo y producir lo indispensable.

Menos aún se trata de inventar el agua tibia. Sonriente JOH trae a los militares a marchas redobladas. Manda la virgen a pasear. Al tonto Pastor a predicar que la peste se va a acabar. Ha conseguido que los empresarios le renueven sus votos de fidelidad, aunque reclamen transparencia, soto voce. USAID le va a seguir ayudado, junto con El Salvador y Guatemala, declaró Pompeo. Para afianzar la estabilidad en la región. Y el mago de Juan se entrega a las incontinentes fantasías y ocurrencias de un power point para activar la producción, con que delira en cadenas interminables de radio y televisión. 

Cree que con decretos puede alterar el funcionamiento estructural del sistema, Tiene a Ruiz, a Guevara y Aparicio que le aplaudan sus declaraciones de ventrílocuo, agradeciéndole que les va a dar crédito y procurar tierras nacionales. ¿Buscando huevitos de oro pascuales, en los escondites que quedan de los entes del estado? 

No creen en JOH los productores que conocen sus mentiras, sus haciendas con ganados confiscados. Ni en sus cosechadoras de agua, a reactivar, porque desviaron sus fondos, para su politiquería. Para producir los productores no necesitamos privilegios, sino seguridad contra abusos, acceso a los insumos y los equipos, cuyos proveedores están cerrados, acceso a los mercados y sobre todo clientes que puedan comprar lo que producimos, porque hoy se han quedado sin empleo, a dónde ir, ni con qué comprar.  Apoyar a los empleadores para mantener sus planillas y a los desempleados para comprar lo básico en vez de criminalizar la miseria. ¡Eso es lo que puede sortear la catástrofe ante nuestros pies! Ya hay hambre y desilusión y la desilusión es peor. Ya no queremos enterarnos, puesto que anticipamos la desesperanza. Desbandada de los paniaguados y anarquía a la vista. ¿Qué hará la guardia cuando tenga que cuidar a la totalidad del país, y no solo el palacio, y los hot spots? Trump no ni Putin ¿Quién se apiadara de nosotros?

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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