La historia tiende a reproducirse

La historia tiende a reproducirse por ciclos más que por imitaciones: Leticia Salomón

 

Por Glenn Flores*

Leticia Salomón es la académica social que más ha publicado e investigado sobre la gobernabilidad, militarización y democracia en Honduras. Salomón ha viajado por toda América estudiando la realidad de nuestro continente y es miembro del Consejo Latinoamericano de las Ciencias Sociales (CLACSO).

En un intercambio de impresiones con criterio.hn Leticia Salomón, socióloga, conferencista e investigadora, compartió sus criterios académicos sobre los poderes fácticos (el ejército, la iglesia, los medios corporativos de comunicación y la oligarquía) en Latino América.

¿Fue el golpe de Estado del 2009 una prueba de laboratorio de lo que ha ocurrido después en Paraguay, Brasil y Bolivia?

LS/ La historia tiende a reproducirse por ciclos más que por imitaciones. Aunque los elementos externos juegan su papel para impulsar o retardar determinados cambios, son los elementos internos, anclados a las particularidades de cada país, los que determinan los avances y retrocesos. Desafortunadamente para nosotros como país, fue aquí en donde coincidieron las fuerzas retrógradas para definir el giro conservador que experimentamos con el golpe de Estado de 2009 con el cual se visibilizaron como amenaza los sectores que luego hicieron lo mismo en otros países de la región.

Los ejércitos de América Latina tienden a estar del lado de los sectores más conservadores del continente: ¿A qué se debe esto, cuando la mayoría de los militares son originarios de los estratos sociales más pobres del América?

LS/ Las fuerzas armadas, más que los ejércitos, que son una de las tres fuerzas que las conforman (tierra, mar y aire), constituyen hoy, y siempre lo han hecho, el brazo armado de quienes ejercen el poder político en nuestros países. Esto ha ocurrido con algunas excepciones en las que han impulsado un reformismo militar que caracterizó, entre otros, a Velasco Alvarado en Perú, a Omar Torrijos en Panamá y a los autodenominados oficiales jóvenes en Honduras con el golpe de Estado de 1972. Al margen del origen social de los militares, su inserción en una institución vertical, cerrada y lejana hizo que desarrollaran un “espíritu de cuerpo” que los hace sentir diferentes y superiores a los civiles, políticos o no, a los cuales miran con cierto desprecio: el término “civilones” como los denominan, los retratan de cuerpo entero.

¿Puede haber democracia con el comportamiento tradicional que han tenido los ejércitos de América? ¿Cómo se puede cambiar esto?

LS/ Las fuerzas armadas tienen una función originaria (defensa de la soberanía e integridad territorial) que va perdiendo vigencia con el paso del tiempo y en la medida en que se van solucionando los problemas limítrofes con los países vecinos. De ahí su necesidad, apoyada muchas veces por políticos ambiciosos o ignorantes, de buscar otras funciones que les permitan recuperar beligerancia y poderío ante la sociedad, para enfrentar de esa manera la tendencia ineludible a su reducción o desaparición. La recuperación de protagonismo, sumado a su autoidentificación como superiores y poderosos, les lleva con facilidad a considerarse con el derecho a decidir el destino de un país quitando o contribuyendo a quitar a presidentes electos por la voluntad mayoritaria de los ciudadanos que le dieron el triunfo en los sufragios. De ahí entonces que exista una relación inversamente proporcional entre militares y democracia que conduce a afirmar que, a mayor desarrollo democrático, menor presencia militar en la vida pública de un país y mayor subordinación a los civiles. Y al revés: a menor desarrollo democrático, mayor presencia y poderío militar en la vida pública y menor subordinación o mayor autonomía de los militares. La única manera de cambiar esto es consolidando la democracia y propiciando el surgimiento de líderes políticos informados del verdadero papel que deben asumir los militares en tiempos de democracia.

En el continente todos los países son laicos, sin embargo, las iglesias tienen mucha incidencia en las sociedades y tienden a estar cerca de las clases dominantes y no a favor de los pueblos: ¿Hasta cuándo vamos a tener un verdadero continente laico?

LS/ Yo no me atrevería a generalizar pues se observan muchas disparidades en América Latina. Sin embargo, es importante señalar que fuerzas armadas e iglesias se ubican en el mismo nivel de amenaza a la democracia cuando salen de su espacio y pretenden invadir el espacio público que incluye a la institucionalidad del Estado. Las iglesias pertenecen al ámbito privado de la misma manera que las preferencias religiosas son un derecho individual que se ubica en el ámbito privado. De ahí la importancia de la laicidad del Estado, para que tenga la suficiente autonomía de una u otra iglesia que le permita garantizar a todos los ciudadanos su preferencia por una u otra o por ninguna, tal como lo establece la Constitución de la República. Pero la jerarquía de estas iglesias se fascina con el poder político para recibir prebendas, reconocimientos, protección particular y una buena parte del presupuesto público, y terminan intimidando a los políticos con “el poder de la palabra” y con su capacidad de mover a la feligresía para apoyar o rechazar a uno u otro partido, a uno u otro candidato. De ahí que esta jerarquía tienda a ser conservadora porque no desea que se altere su statu quo y se alinea con facilidad a favor de los que ostentan el poder y en contra de los que son excluidos del mismo. Al igual que las fuerzas armadas, las iglesias necesitan un liderazgo político verdaderamente lúcido que les recuerde a ambos cuál es su papel en la democracia.

No puede haber democracia sin medios de comunicación, sin embargo, el papel de estos ha sido de manipulación a favor del neoliberalismo y de los sectores conservadores: ¿Como se ha ido contrarrestando esta situación?

LS/ Los medios de comunicación corporativos comparten con las iglesias su papel de control ideológico de la sociedad y con las fuerzas armadas su poder de control (aunque estas por la vía de la represión o de la amenaza de uso de la fuerza) y, además, su fascinación con el poder y con los beneficios que obtienen de su cercanía e incondicionalidad. De ahí que podemos ver un alineamiento vergonzante de estos medios con quienes ejercen el poder político porque eso se traduce en prebendas, reconocimientos, negocios con el Estado, pautas publicitarias para construir imagen, destruir a los adversarios y alinearse con el discurso oficial. Esto hace que la ciudadanía permanezca indefensa ante la violación de la libertad de expresión, hecho que va de la mano con el derecho a recibir una información veraz y sin mayor compromiso que con la verdad. Todas esas instancias: militares, iglesias y medios de comunicación son culpables de manipular la conciencia ciudadana, promover una visión maniquea de buenos contra malos y encubrir las barbaridades que se cometen en el ejercicio del poder. El aparecimiento de medios alternativos o contestatarios representa una fisura en esta tendencia y una oportunidad para la ciudadanía de tomar conciencia sobre lo que realmente sucede en nuestro país. Es una tendencia que debe apoyarse y fortalecerse porque constituyen una poderosa herramienta para contrarrestar la visión oficial de la realidad repetida una y otra vez y de manera uniforme y constante.

Con el golpe en Bolivia y con la presidencia actual de Brasil se mira que no ha desaparecido el racismo en el continente. ¿Cree licenciada que, si en Honduras llegara a la presidencia un indígena o garífuna progresista, nuestras élites sacarían sus resabios racistas o ya en el país hemos superado este mal?

LS/ Recuerde usted que tanto en Bolivia como en Brasil el componente indígena en uno o de raza negra en otro es muy elevado y, por lo tanto, la reivindicación de sus territorios o de su cultura tiene una fuerza que es capaz de crear identidades y liderazgos que representen sus propios intereses en contra de los intereses dominantes. No creo que sea el caso de Honduras, por lo menos en este momento. La construcción de identidades propias no representa hoy una amenaza al sistema, pero si llegara a ocurrir, lo más seguro es que reaccionarían de la misma forma porque todos ellos hacen hasta lo imposible por mantener su poderío inalterable y libre de amenazas, y de ello hay muchos ejemplos en nuestra historia, incluyendo el golpe de Estado de 2009.

Tanto en Honduras, Bolivia y Brasil los gobiernos depuestos habían mejorado los índices económicos, sin embargo, aun así, las oligarquías locales conspiraron contra estos gobiernos: ¿A qué se debe esto?

LS/ Yo creo que todo lo que está ocurriendo en América Latina constituye un desafío para las ciencias sociales, en el sentido de analizar las acciones y reacciones de la gente, las instituciones, los militares, los políticos, las iglesias, los medios de comunicación y la justicia. No siempre se hacen las lecturas correctas y a veces se analizan los acontecimientos con mucha ligereza. Es importante estudiar porqué si determinados gobiernos logran importantes avances en el combate a la pobreza, la reducción de la desigualdad y el aumento de las oportunidades de ascenso social, la ciudadanía los castiga con el rechazo a sus liderazgos y se inclina a favorecer con el voto a quienes siempre los han marginado y excluido. Ha llegado el momento de analizar nuevamente el comportamiento de esa masa electoral que no es incondicional de uno u otro partido (voto duro) y concentrarse en esa masa votante que se desplaza hacia uno u otro partido en cada elección, dependiendo de las frustraciones, el desencanto o el entusiasmo de los liderazgos, para comprender en todo su significado estos triunfos y fracasos que a primera vista lucen inexplicables. Lo de la conspiración de las oligarquías luce un poco más fácil de entender: anteponen sus intereses inmediatos que les dan satisfacciones, a la visión estratégica que les debe dar tranquilidad. Esto los lleva a incomodarse con políticas públicas que atienden las necesidades de los más necesitados a costa de un mínimo sacrificio fiscal de parte de ellas, y caen con bastante frecuencia en caracterizar estas iniciativas como peligrosas veleidades socialistas.

El comportamiento de los poderes fácticos es similar en todo el continente: ¿Qué esperanzas tienen los pueblos para cambiar esta forma de dominación?

LS/ En eso sí hay un gran parecido. Van acumulando miserias, incomodidades y rechazos, listos para ejercer su poder amenazante sobre aquellos que detentan el poder o que vacilan sobre el apoyo financiero solicitado y esperado: hoy atacan para convencer y mañana alaban para agradecer. Están ahí y son una amenaza cuando no tienen vocación democrática y cuando utilizan su poderío para obtener prebendas y ganancias; se alían entre sí o con las fuerzas más retrógradas para dar golpes de Estado y sacar a los mandatarios que les incomodan; se alinean con el mismo discurso que califica a todos los que se oponen, critican y protestan, como peligrosos subversivos que tienen la osadía de pensar. Han crecido en poderío y en apoyo político; han salido del mundo privado o de sus espacios particulares para irrumpir en la vida pública y han deformado su papel vigilante para asegurar el bienestar de toda la sociedad y no sólo el de algunos grupos interesados. Han crecido tanto que va a ser difícil, muy difícil el desmontaje de sus influencias y del usufructo de los recursos públicos pero todo ello será posible con una ciudadanía informada, beligerante, crítica y propositiva, capaz de presionar a los líderes políticos y sociales para que reivindiquen lo público ante lo privado y para que exijan el respeto al interés general de la sociedad antes que los intereses de sectores y grupos particulares.

*Articulista libre y Docente

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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Un comentario

  1. Como siempre muy acertada en sus analisis y percepciones ,si nuestra gente se tomara el tiempo para interpretarr , analisar y cuestionar las noticias y las informaciones manipuladas que nos transmiten esos poderes facticos ,sus acciones y programas ,podriamos tener ls esperanza de un despertar y accionar para elegir en favor de las mayorias ,en favor de nosotros mismos y no al reves como frecuentemente sucede ! Gracias por ilustrarnos y enseñarnos con su conocimiento y experiencia !