Hospital móvil de Tegucigalpa

Hospital móvil de Tegucigalpa no es apto para atender pacientes con Covid: CNA

Revela 37 irregularidades que lo hacen inviable para atender pacientes con COVID-19, pero que la junta interventora de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H), con conocimiento pleno del hecho, decidió poner en marcha

Por: Redacción CRITERIO.HN

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Tegucigalpa.- El Consejo Nacional Anticorrupción presentó este lunes el informe de seguimiento a la compra del hospital móvil de Tegucigalpa y dentro de las conclusiones señaladas establece que el hospital de aislamiento modular de Tegucigalpa no es apto para la atención de pacientes infectados por el COVID-19.

Esto de acuerdo con lo constatado por los expertos multidisciplinarios del CNA y lo expuesto por el equipo técnico de especialistas del Hospital Escuela Universitario (HEU),  revela 37 irregularidades que lo hacen inviable para atender pacientes con COVID-19, pero que la junta interventora de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H), con conocimiento pleno del hecho, decidió poner en marcha.

Estos hallazgos mortíferos se centran en cinco ejes, tales como la estructura, agua potable, climatización, distribución física y energía eléctrica.
Sobre el primer eje se expone que este presenta zonas deterioradas, oxidadas y con alto nivel de corrosión; no hay sistema de drenaje de agua lluvia y falta un espacio para la preparación de medicamentos, así como el área de evacuación de cadáveres, que no es el recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el tema del agua potable, no existe pedido de evaluación del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa); por lo que, la tubería residual no es apta; además, carece de válvulas para los reservorios y solo tiene capacidad de almacenar líquido para 10 días.

Si se habla de climatización, existe una deficiencia crítica, pues el sistema central no enfría, lo cual es impermisible; por lo tanto, la proliferación del virus será inminente, dentro y fuera de las instalaciones.

En distribución física, el distanciamiento de camas en los módulos y en cuidados intensivos no es la apropiada. Tampoco es apto para realizar traqueotomías y la pureza del generador de oxígeno está comprometida, pues se está mezclando con otro proveedor, ya que no tiene capacidad para atender alta demanda, sin olvidar que solo se colocaron 71 camas de las 91 que correspondían.

El informe señala además que es necesaria una adecuación al hospital; situación que propicia que el Estado incurra en gastos innecesarios, dado que, si hubiese existido mayor estrategia y se hubiese consultado a especialistas antes de adquirir este hospital, seguramente no habría tantos problemas como lo que ya tenemos ahora.

Se logró demostrar las falencias en la infraestructura, en los aspectos civiles, eléctricos, agua potable, climatización, equipos biomédicos y la distribución de espacios de este hospital modular; todos estos errores en conjunto permiten que este centro asistencial no se encuentre en condiciones mínimas para un buen uso y tratamiento a pacientes contagiados por COVID-19, ya que en lugar de recuperar la vida de las personas, podría empeorar el estado de salud de los pacientes y el personal médico, por lo que, si no se hacen las correcciones básicas descritas en este documento, no es viable la puesta en marcha del mismo.

El hospital modular no cuenta con instalaciones para tener un área de cuidados intensivos. En caso de una emergencia cardiorrespiratoria, no existen espacios para brindar respuestas inmediatas, como ser áreas de reanimación anestésica, quirófanos y otros espacios con posibilidades de acondicionamiento para tratamiento intensivo.

Por su parte, las autoridades del Hospital Escuela expresaron que, si un paciente se coloca en una situación crítica de salud, el mismo debería ser remitido y trasladado al HEU, ya que el centro asistencial no tiene las condiciones ni los espacios para el buen tratamiento de un paciente en estado delicado de salud.

Se demostró cómo en infraestructura el hospital modular está presentando deterioros e indicios de oxidación y corrosión en su parte externa e interna; asimismo, las áreas de acceso al hospital se encuentran a la intemperie, por lo tanto, se trata de una situación que dificulta el acceso de pacientes en tiempos de lluvia, visto que la estructura no cuenta con un sistema de evacuación de agua de lluvia; circunstancia que puede propiciar que la parte exterior sea de proliferación de enfermedades por los zancudos y otros organismos que predominan en aguas estancadas. Adicionalmente, este hospital no presenta facilidades arquitectónicas requeridas para poder atender pacientes en estado crítico. Por otra parte, en el sistema de agua potable hay serias deficiencias; una de ellas es que no hay agua suficiente para abastecer por más de 10 días el hospital, ya que los tubos que conducen este líquido carecen de estabilidad.

Otro de los señalamientos es que hay un estado serio y crítico del sistema de climatización, ya que puede ocasionar problemas para poder generar la presión negativa que se requiere dentro de estos hospitales, donde se colocaron aires acondicionados de 60 mil BTU mediante la recirculación de aire, mismos que hacen todo lo contrario a lo que se requiere en un espacio de alto contagio. A su vez, se identificaron fallas no permisibles, dado que el sistema central no funciona para el enfriamiento a lo interior del hospital y estos problemas con los aires permiten la recirculación del virus dentro y fuera del centro médico.

El informe del CNA señala que no hay lavamanos en las unidades de cuidados intensivos, representando de esta forma, una condición perjudicial, ya que estas áreas son sumamente vitales, además de constatar que no existe una sala de quirófano, en los casos que se requiera traqueotomía.

Por otro lado, destaca que las UCI no cumplen los requerimientos mínimos para tratar pacientes en estados críticos ni las medidas de distanciamiento de una cama con otra, igualmente, los pisos no son adecuados, pues no tienen las condiciones asépticas que debería existir en un hospital. Por sugerencias de los especialistas, algunas áreas del hospital no se utilizarán, como la de cocina, lavandería, laboratorio y farmacia, debido a que este último está incompleto y por el nivel de contagio del virus no se podrá cocinar alimentos en el interior del hospital, por lo que, estas áreas se utilizarán como centros de almacenaje. Simultáneamente, la ruta de evacuación de los cadáveres no es la más recomendada, visto que la OMS ya determina un proceso y un flujo de este procedimiento para pacientes contagiados por el COVID-19.

Se demostró que la planta de tratamiento de residuos con un valor de ochenta y siete mil quinientos dólares americanos (USD 87,500.00), equivalentes a dos millones ciento sesenta y cinco mil doscientos setenta y cinco lempiras (L 2,165,275.00), no serán utilizados por este hospital ni ninguno de los otros seis centros, debido a que, según médicos y especialistas en la materia, no recomiendan usarlos, dada la alta exposición de contagio y proliferación viral que puede existir al operar este tipo de máquinas.

Cada módulo hospitalario en Honduras cuenta con su propio manual de procedimientos y protocolo de actuación para desechos biológicos, así pues, este equipo queda totalmente inutilizable. El no uso de esta planta de tratamientos genera una inversión desperdiciada por un monto de seiscientos doce mil quinientos dólares (USD 612,500.00), es decir, aproximadamente quince millones trescientos doce mil quinientos lempiras (L 15,312,500.00).

Se constató que, al presentarse cortes de energía, existe un retraso de aproximadamente 1 minuto con 20 segundos para la activación y estabilización de la corriente eléctrica completa con los generadores, lo cual hace que un paciente que está conectado a un ventilador mecánico o cualquier otro equipo de emergencia no podrá recibirlo, pues ese tiempo será de suma mortalidad para el paciente en estado crítico.

Por otro lado, los equipos adquiridos funcionan en ciclos energéticos de 50Hz y Honduras utiliza equipos a 60Hz, lo que en el pasar del tiempo, estos se dañarán en un lapso menor a lo previsto por no contar con la secuencia de energía requerida.

Se identificó que los equipos médicos que estos hospitales traían no son suficientes para la atención de pacientes y que no tienen un distribuidor en el país, lo cual dificulta la obtención de repuestos y mantenimiento de estos. También, según las verificaciones realizadas del plomado de las salas, existe una exposición a radiación hacia el área del comedor.

Este “hospital” podría funcionar quizás como un centro de triaje, sin embargo, este ya comenzó a ser utilizado a partir de las 12 del mediodía del 29 de enero de 2021.

Tal y como el CNA ha resaltado en los informes denominados: La corrupción en tiempos del COVID-19 y como la comisión interventora de Invest-H ha expresado sobre la compra de estos hospitales, no existe contrato ni tampoco garantías para poder ejecutarlas en contra del proveedor, lo que ocasiona que el Estado es quien asuma esta responsabilidad en efectuar todas estas mejoras, aunque ya se hayan pagado casi 8 millones de dólares por este hospital. Desgraciadamente, hay que seguir incurriendo en gastos para poder adecuar este centro asignado en Tegucigalpa.

El presidente de la comisión interventora de Invest-H reconoce que no existen vías de reclamo para exigirle el reparo por los desperfectos al proveedor de estos hospitales; producto de ello, han buscado mecanismos de negociación diplomática para que el proveedor pueda acceder en ciertos puntos; sin embargo, desde el CNA, manifestamos que nos preocupa esta diplomacia con la que están tratando una persona que vendió 7 hospitales móviles de aislamiento a casi 1,200 millones de lempiras sin ninguna garantía, con una sobrevaloración mayor a los 800 millones de lempiras.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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Un comentario

  1. Esa era una muerte ya anunciada.Se sabia que los hospitales moviles no llenaban los requerimientos para pacientes criticos .
    El gobierno es responsable una vez mas de las muertes.