Tegucigalpa. – En varias ocasiones, como ser en los discursos frente a la IX Cumbre de las Américas y en una reunión de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, con la presidenta Iris Xiomara Castro Sarmiento (2022-2026), después de su toma de posesión, Estados Unidos ha prometido el combate de los factores que originan la migración, no obstante, sus políticas van más enfocadas en retener y devolver a los migrantes.
Especialistas en derechos humanos y analista han mencionado que se observa más que las políticas migratorias de Estados Unidos parecen haberse desviado de la promesa de la lucha contra la corrupción, la pobreza, la desigualdad, la impunidad y traer mejoras en la salud y la educación para evitar la migración.
Actualmente, los migrantes sobre todo los venezolanos sufren violación a sus derechos humanos, siendo obstruido su derecho a la migración y más que un trabajo en conjunto con los gobiernos del triángulo norte para mejorar las condiciones que viven en sus países, los migrantes son atacados, criminalizados y discriminados por huir del deterioro social de sus naciones.
El académico, investigador y especialista en temas de migración y desplazamiento forzado, Ricardo Puerta, señaló a Criterio.hn que, evidentemente existe un mal enfoque, partiendo desde el punto que la migración es una necesidad del sistema laboral de Estados Unidos.
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“Olvidemos el beneficio que pueda producir para estos países, no tienen identificadas las estrategias migratorias. La mejor estrategia migratoria no es la que la gente quiere, que la gente lo que quiere es irse y no volver, la mejor estrategia es trabajar temporalmente en Estados Unidos por poco menos de 12 meses e ir a este país por varios años seguidos y regresar”, expresó Puerta.
De esa forma, explicó que, al trabajar temporalmente en la nación del norte no hay nada que perder, tomando en cuenta que la persona mantiene sus documentos y las ganancias que hace con su trabajo se convierten en remesas y dinero que trae en sus bolsillos.
Pero ya no importa mucho si los migrantes ejercen su derecho de salir en busca de oportunidades de trabajo para mejorar su economía, con el propósito de sostener a sus familias, o si buscan resguardar sus vidas en otro país al ser víctimas del crimen organizado.
Cabe recordar que, en Honduras, tampoco existen buenos antecedentes en el tema migratorio que hayan sido dejados por el gobierno anterior, el cual fue dirigido por el actualmente encarcelado en una prisión de New York por cargos de narcotráfico, Juan Orlando Hernández Alvarado (2014-2021).
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COMBATIRÍAN FACTORES FAVORECEDORES DE MIGRACIÓN
El 27 de enero, la presidenta Castro y Kamala Harris, conversaron sobre diversos temas de interés, entre ellos, sobre cómo profundizar la cooperación de las naciones en temas migratorios, económicos y en el combate contra la corrupción, siendo este último, según comentó Harris, una prioridad compartida con el nuevo gobierno.
En ese entonces, Harris señaló que donarían USD 1,8 millones de dólares a Honduras para mejorar centros de salud y educación además para el combate del covid-19. A su vez, destacó el interés en trabajar para abordar la prosperidad económica del país.
Aunque han transcurrido casi 10 meses desde el inicio del nuevo gabinete de gobierno, aún no se ha ejecutado un plan de emergencia enfocada en la crisis humanitaria por migración.
César Ramos, sociólogo y especialista en temas migratorios, comentó para Criterio.hn que, lo que puede apreciarse es que la narrativa de políticas públicas y los discursos que, según los Estados son para respetar los derechos humanos de las poblaciones migrantes, son muy distintas a los hechos y las acciones contra los migrantes.
En junio, en la Cumbre de las Américas, Estados Unidos señaló que invertirían USD 1, 900 millones para Honduras, Guatemala y El Salvador en nuevas inversiones de unas 10 compañías.
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Países de los cuales, según cifras internacionales, proceden la mayoría de los cerca de 7,500 migrantes irregulares que pasan por la frontera entre Estados Unidos y México cada día, en su mayoría cansado de la miseria, el miedo, la corrupción y la violencia.
Según habían señalado, tomaría en cuenta documentos enfocados en áreas clave, como ser: la gobernanza democrática, la salud y la resiliencia, el cambio climático, la sostenibilidad ambiental, la transición a la energía limpia y la transformación digital.
Por esa razón, Ramos señaló que es necesario seguir cuestionando y desenmascarando el discurso oficial, tanto de Estados Unidos, como del gobierno de México, Guatemala y de la misma Honduras, pues lo que pasa realmente, es que han dejado de lado la responsabilidad que corresponde a los gobiernos, sobre todo como garantes de los derechos.
Las promesas del gobierno de Joe Biden de invertir USD 4 mil millones, según se creyó, iniciarían a hacerse efectivos en el triángulo cuando ese gobierno empezara sus funciones, pero hasta hoy realmente no se ven los efectos de esa inversión.
“Si Estados Unidos prometió ayuda para invertir en empresas para generar empleo y controlar la migración, pues lo que vemos es que eso no está pasando y la realidad de este país es una emergencia, hay una crisis humanitaria jamás antes vista”, reprochó Ramos.
De esa forma, el sociólogo apuntó que mientras no se atiendan esas debilidades con un carácter estructural de emergencia, la gente seguirá enfrentando las políticas anti migratorias de Estados Unidos y los cambios para que la gente deje de migrar seguirán en promesas.
