Miskitos rechazan construcción de cárcel en Gracias a Dios

Como alternativa a la construcción del Centro de Reclusión de Emergencia en Gracias a Dios, proponen: invertir en la prevención del delito y construir cárceles en zonas donde no se encuentren poblaciones indígenas ni áreas protegidas.

Tegucigalpa. – El rechazo a la construcción del Centro de Reclusión de Emergencia en La Moskitia hondureña continúa, pese a los intentos del gobierno central de maquillarlo como una solución a la criminalidad que opera en el país.

La Organización de Jóvenes Miskitus de Brus Laguna (DIWAT por sus siglas en miskito) rechazó la construcción de una cárcel de alta seguridad en el departamento de Gracias a Dios, señalando que el proyecto representa una “grave amenaza” a los derechos culturales y ambientales de su población.

“[E]xigimos la cancelación inmediata de este proyecto y la búsqueda de alternativas que no perjudiquen a nuestro pueblo ni a nuestra tierra ni al sistema ecológico que garantiza la relación y la convivencia hombre naturaleza”, lee parte del comunicado publicado el 18 de junio.

El territorio del departamento nororiental de Gracias a Dios está habitado mayoritariamente por cuatro pueblos indígenas: Miskitos, Tawahkas, Garífunas y Pech. Estas poblaciones, su territorio y su forma de vida es amenazado por grupos vinculados al narcotráfico, la tala ilegal de madera preciosa y la ganadería extensiva, entre otros.

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DIWAT fundamenta su oposición indicando que el gobierno no ha consultado a los pueblos indígenas de la zona sobre la creación del centro de reclusión, pese a que Honduras es signatario del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los pueblos Indígenas.

Los habitantes de la Moskitia recordaron al gobierno central que la construcción de un centro de reclusión sin una consulta previa, libre e informada violenta los derechos de los pueblos indígenas que habitan el departamento de Gracias a Dios. Foto: Horacio Lorca/Criterio.hn

“La construcción de la cárcel en La Moskitia sin el consentimiento del pueblo Miskitu constituye una violación flagrante de este derecho”, señaló la organización. A la vez que recordó que la Constitución de la República reconoce la autonomía de los pueblos indígenas y que el Estado debe proteger sus derechos. “La construcción de la cárcel en La Moskitia viola este principio constitucional”, cierra.

IMPACTOS NEGATIVOS A PUEBLOS INDIGENAS Y AMBIENTE

Desde DIWAT [Drapaptara Indian Wuahmika Asla Takanka] enumeran la violación de los derechos humanos, destrucción del medio ambiente, y la perdida cultural del pueblo Miskito, entre los impactos negativos que desencadenaría la construcción del Centro de Reclusión de Emergencia.

Señalan que la construcción de un centro de reclusión en la zona implicaría la destrucción de extensas áreas de bosque tropical, afectando “gravemente la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de la región”. A la vez que se podría generar un proceso de aculturación y pérdida de la identidad cultural de las poblaciones indígenas.

Como alternativa a la construcción del Centro de Reclusión de Emergencia en Gracias a Dios, la organización propuso al gobierno central: invertir en la prevención del delito, construir cárceles en zonas donde no se encuentren poblaciones indígenas ni áreas protegidas, y aplicar medidas alternas al encarcelamiento como la justicia restaurativa y el trabajo comunitario.

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La orden para la construcción del centro de reclusión de emergencia entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios, con capacidad para 20 mil privados de libertad, fue anunciado dentro del plan de “las acciones radicales del plan solución contra el crimen” emitido por el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS) de Honduras.

El Acuerdo No. CNDS-003/2024 incluye además de la construcción del CRE, la edificación del centro de reclusión penitenciario en las Islas del Cisne, un parque marino protegido a más de 250 kilómetros del territorio continental de Honduras.

La decisión de construir centros de reclusión en áreas protegidas ha ocasionado un fuerte rechazo por parte de la academia, defensores de derechos humanos, organismos internacionales, colegios profesionales y parte de la sociedad.

  • Marcia Perdomo
    Amante de la historia y la lectura, en permanente búsqueda del ritmo en las narrativas. Soy una periodista incisiva, las contradicciones son una invitación a investigar y la normalidad está sobrevalorada. Me rehúso a sobrevivir dentro de los pensamientos erróneos de una sociedad asfixiante. Investigo y construyo reportajes sobre el modelo extractivista y su impacto en los derechos humanos de los pueblos ancestrales, grupos vulnerabilizados y sociedad en general. Ver todas las entradas

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