Por: Redacción CRITERIO.HN
Tegucigalpa. – Honduras conmemorara este 1 de mayo con protestas el Día Internacional del Trabajo, después de que el año pasado los obreros se mantuvieran en confinamiento por la pandemia de la COVID-19, obligados por la imposición de medidas de distanciamiento social que les impidió salir a las calles a exigir sus históricas demandas.
Mientras los sindicatos y sectores populares se aprestan a iniciar una movilización por las calles de Tegucigalpa, en otro sector, precisamente en las afueras del imponente edificio “Centro Cívico Gubernamental”, sede del Poder Ejecutivo, los fotoperiodistas Jorge Cabrera y Fredy Rodríguez, servían café.
Coffeegraphy es una cafetería móvil propiedad de los dos fotoperiodistas quienes, golpeados por el desempleo, se vieron obligados a reinventarse y emprender su propio medio de subsistencia y navegar en el competitivo mercado informal que sumerge a más del 70 % de la Población Económicamente Activa (PEA) de Honduras.
Jorge, quien es nicaragüense radicado en Honduras durante los últimos años como fotorreportero de la agencia Reuters, dice sentirse cómodo en su negocio. De hecho, confesó que, desde antes de ser despedido de la agencia de noticias, ya tenía la idea de fundar un café móvil y alternarlo con su oficio el que sigue realizando de manera freelance.
Tony Díaz, un transportista escolar, que transportaba niños en diversos puntos de la capital quedó sin empleo al cerrarse las escuelas, producto del ingreso de la pandemia al país. La crisis sanitaria obligó a la población hondureña al confinamiento de más de cinco meses y eso hizo que Tony dejará su ocupación de más de doce años y abriera una pequeña pulpería (pequeña tienda de abarrotes). Este negocio se ha convertido en el motor de la economía de su hogar el que junto a su esposa comparten y echan para adelante día a día.
Tony aún mantiene su vehículo, pero confesó a Criterio.hn que varios de sus compañeros se vieron obligados a venderlos por la premura económica ante la falta de ingresos.
Estimaciones del Departamento de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), establecen que el 70 % de los trabajadores que tenían un empleo formal, han caído en la categoría de subempleado.
Asimismo, que la pobreza en Honduras pasó del 59.3 % en el 2019 a más del 70 % actualmente. Se estima además que el 53.4 % de los hondureños están viviendo debajo de la línea de pobreza, esto implica que la población no puede satisfacer las necesidades alimentarias necesarias.
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Las frías cifras proyectadas por los economistas de la academia se reflejan en la vida de Sagrario Velásquez Flores, una señora de 71 años, quien, para ganarse el pan de cada día sale con su chiclera desde muy tempranas horas de la mañana. Confesó que la situación es difícil para ella, ya que debido a la poca circulación de la población casi no vende. Esta situación agobia a Sagrario, pues dice que a veces le toca aguantar hambre.
Los ingresos de Sagrario son de apenas 40 lempiras diarios ($1.66), una cantidad muy limitada para sobrevivir. Cuenta que con 20 lempiras come al día y con los restantes 20 lempiras paga un pequeño “cuartito” donde duerme después de la larga y extendida jornada en las calles.
Durante los cinco meses del confinamiento experimentó la peor situación porque no pudo salir a trabajar y porque el gobierno nunca la atendió con los víveres del programa social “Bolsa Solidaria”. “Durante los cinco meses, ni una bolsa solidaria pasaron dejando por donde yo vivo, no pasaban carros dando nada, aguantaba hambre y lo que yo hacía era ir al mercado a recoger (de la basura) verduras, coserlas y comerlas”, manifestó Flores.
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Por su parte el dirigente de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MIPYMES), Efraín Rodríguez, estima que más de 50 mil pequeñas y medianas empresas han cerrado en Honduras debido a la pandemia, dejando a alrededor de 350 mil nuevos desempleados.
En Honduras el desempleo ha aumentado, con el cierre de negocios y después de los huracanes Eta e Iota, muchas empresas tuvieron que cerrar y se perdieron miles de empleos en el país.
Según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) un 40 % de las empresas cerraron operaciones en el 2020 debido a los efectos adversos de la pandemia por el coronavirus y por las tormentas tropicales Eta y Iota. La falta de empleo en Honduras solo mostró el punto de quiebre el año pasado, pues en los últimos diez años las fuentes de empleo se han venido cerrando producto de la inestabilidad política que comenzó con el golpe de Estado de 2009 y que continuó en el 2017 con la reelección ilegítima y el fraude electoral perpetrado por el presidente, Juan Hernández.
A raíz de la crisis política permanente, más los señalamientos por corrupción y los supuestos vínculos del gobernante con el narcotráfico, muchas de las empresas nacionales e internacionales dejaron de operar.
El economista del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), Ismael Zepeda, vaticina que un tercio de las empresas que han sobrevivido a los embates de la pandemia y a las tormentas tropicales Eta y Iota, podrían cerrar en el transcurso del 2021.
Como ejemplo de los altos niveles de corrupción que salpican al actual Gobierno, Zepeda recordó las compras sobrevaloradas y no funcionales de los siete hospitales móviles e insumos y equipo médico durante la pandemia. “Hay un gobierno que está enfocado totalmente en robarse los recursos y no generarle bienestar a la mayoría y la corrupción crea un clima desfavorable a la atracción de inversiones y estas inversiones no logran generar empleo, sueldos y salarios a las familias”, acotó el economista.
Valoró además que en Honduras no existe un plan de generación de empleo por parte del Gobierno, aunque éste diga lo contrario. “Se creo supuestamente un plan de reconstrucción, hay un consejo consultivo que creó algunos apuntes para mejorar la situación, pero un plan de reconstrucción de país no lo hay por parte del gobierno”, finalizo Zepeda.
Debido a la falta de empleo y por las altas tasas de inseguridad los hondureños comenzaron a migrar en caravanas hacia los Estados Unidos a partir de 2018. Solo este año, según cifras del Instituto del Servicio Exterior de EE. UU. más de 70 mil hondureños han sido detenidos en lo que va de 2021 en la frontera sur de la nación del norte.
Se estima que al menos 700 mil hondureños están enviando remesas desde EE. UU. y fuentes gubernamentales de Honduras establecieron recientemente que el país recibió en el primer trimestre del 2021 $ 1,570 millones en remesas, lo que representa un incremento del 29 % con respecto a lo recibido el año pasado durante el mismo periodo.
Para la defensora de los Derechos Humanos, Itsmania Platero, la falta de oportunidades es lo que genera la migración y lamentó que fuentes oficiales y expertos hablan de un millón de personas desempleadas.
“La evidencia es clara y es la gran cantidad, casi 50 mil hondureños que tenemos en el cruce de frontera solicitando la oportunidad de tener seguridad y de entrar a los Estados Unidos”, expresó Platero.
En Honduras no solo la pandemia y los huracanes están oprimiendo a los obreros que buscan ganarse el pan de cada día de manera honrada. Cintia Vásquez, una vendedora de artículos de uso personal del Paseo Liquidámbar del centro de la capital, se queja porque la policía municipal no la deja trabajar porque, con el argumento de garantizar el orden, les decomisan los productos y artículos, los que en la mayoría de los casos no les son devueltos, incluso, en algunas ocasiones hasta los agredan físicamente.
El dirigente de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MIPYMES), Efraín Rodríguez, manifestó el pasado 15 de abril que más de 50 mil pequeñas y medianas empresas han cerrado en Honduras, ocasionado con ello la pérdida de más de 350 mil empleos.
Bajo un clima adverso por la corrupción, filtración del narcotráfico y crimen organizado en el gobierno, inseguridad, pobreza, alto costo de la vida, migraciones masivas, una pandemia y más, los trabajadores han sido convocados a partir de las 7:00 de la mañana de hoy 1 de mayo, para conmemorar el Día Internacional del Trabajo. Como de costumbre la convocatoria ha sido girada por los movimientos sociales e iniciará con la tradicional movilización desde el barrio La Granja de Comayagüela y concluirá en el parque central de Tegucigalpa con la lectura de un manifiesto público por parte de las tres centrales obreras.
Los trabajadores hondureños han visto disminuidos sus derechos a partir del 2014 con la entrada en vigencia de la Ley de Empleo por Hora, que dio al traste con las conquistas alcanzadas en el Código del Trabajo, el mayor logro alcanzado por los obreros hondureños como resultado de la huelga bananera de 1954.
Los trabajadores, además de reiterar sus históricas demandas por mejoras salariales y condiciones laborales y sociales, exigirán la gratuidad de la vacuna contra la COVID-19, ya que la incapacidad del gobierno en el manejo de la pandemia mantiene a Honduras a la zaga a nivel mundial en el proceso de inmunización con apenas el 0.6 % de la cobertura de la población.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas
Un comentario
Los problemas en nuestro país son estructurales en todos los ámbitos, urge una nueva carta magna que beneficie a las grandes mayorías, donde la riqueza sea distribuida equitativamente. Que hayan leyes que combatan directamente el flagelo de corrupción que es un cáncer año interno de nuestro país que devora las carnes de los excluidos del sistema. Leyes que castiguen a los políticos y empresarios inescrupulosos, leyes contra los monopolios y una nueva generación de politicos que amen nuestra patria y quieran el bienestar de nuestra patria.