Clientelismo electoral

Reglas del juego tardías y confusas para las elecciones del domingo

Por: Redacción CRITERIO.HN

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Tegucigalpa. “Es un desaliento al voto. Me enrolé y me cambiaron mi centro de votación, se pensó que se mejoraría, pero no da confianza el proceso”, dijo Margarita Mejía, una votante de Tegucigalpa, a quién le cambiaron su lugar de votación.

El caso de Margarita se repite en al menos 400 mil hondureños que presentan inconsistencias producto de la ineficiencia del Proyecto Identifícate, manejado por el Registro Nacional de las Personas con la asistencia técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

La semana pasada la consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Rixi Moncada, denunció que 1.6 millones de ciudadanos enrolados fueron afectados por reasignaciones en los centros de votación y que esta acción corresponde a un fraude omisivo porque no podrán ejercer el sufragio en los centros de votación a los que les corresponde por su domicilio.

A raíz de los entuertos atribuidos al RNP las autoridades del CNE han adoptado algunas medidas para superar las irregularidades y supuestamente garantizar el sufragio de la ciudadanía durante las elecciones primarias e internas de este domingo. Esta situación ha provocado malestar entre los votantes e incluso cierta confusión.

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LAS REGLAS DEL JUEGO

A última hora y luego de un periodo de estira y encoge entre los consejeros del CNE, este organismo determinó que podrá ejercer el sufragio todo aquel ciudadano que se encuentre en el cuaderno de votación incorporado en la maleta electoral. Y, en el caso de los partidos Liberal y Libertad y Refundación (Libre) se hará usó de un listado adicional de electores que también ha sido incorporado en la maleta, es decir, que los electores de estos dos partidos políticos que no se encuentren en el Censo Electoral podrán votar siempre y cuando aparezcan en el listado adicional.

En el caso de los militantes del Partido Nacional solo podrán ejercer el sufragio quienes aparezcan en el Censo Electoral.

En virtud que la entrega del nuevo Documento Nacional de Identificación (DNI) ha sido frustrado por problemas técnicos, el CNE ha autorizado para que se pueda votar ya sea con la vieja identidad o con el DNI.

En el caso de los nuevos votantes solo podrán ejercer el sufragio aquellos que hayan logrado obtener el nuevo DNI y las personas que no se enrolaron, así como las que lo hicieron después del 16 de febrero de este año, no podrán votar.

Todo lo anterior ha complicado y pone en precario la transparencia del proceso interno y primario de los partidos Liberal, Nacional y Libre.

“En las urnas se debe reflejar la voluntad del pueblo. No queremos que se repitan los incidentes del 2017, cuando se impuso al ganador”, dice con frustración Margarita.

Para Juan Carlos Elvir, diputado liberal y ahora precandidato a designado presidencial, por el movimiento Yanista, lo que pasó con el censo fue un error. “Era pretender hacer algo que tardaría unos dos años en realizarse y se hizo en seis u ocho meses”, explicó.

Había presión por avanzar, denuncian líderes políticos y esto precipitó las decisiones que incluso complicaron el panorama de intervención en el Registro Nacional de las Personas (RNP), lo que obligó incluso a que actualizarán la base cartográfica, una base que es diferente a la del CNE.

“El tema del censo se complicó con la pandemia, con todos los factores de haber alineado las estrellas con el tema de cooperación externa y recursos. Es obvio que vamos al proceso electoral con nuevo censo y se podrá votar con dos cédulas, porque no hay garantía que para las internas se entregue una cédula nueva”, apuntó Elvir.

Pero según el comisionado del RNP, Rolando Kattán, las irregularidades en el censo se dieron en su mayoría por los cambios de domicilio, situación que según el funcionario se subsanó. “El punto crítico fue para los ciudadanos que cambiaron domicilio a otro municipio o departamento, por eso a muchos se les asignó un lugar diferente, pero la mayoría de los casos reportados fueron subsanados”, dijo.

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La politización parece que sigue siendo la amenaza en los nuevos comicios y eso lo denuncia Salvador Nasralla, candidato a la presidencia por el partido Salvador de Honduras, quien asegura que lo que ocurre es que el RNP está politizado, porque son tres partidos tradicionales los que tienen el control. “Está politizado, el RNP es dirigido por un representante de cada uno de los tres partidos tradicionales Nacional, Liberal y Libre, pero los tres controlados por una fuerza superior que es Juan Orlando Hernández que es quien les dice lo que tienen que hacer. Honduras es el único país del mundo donde algo tan importante como la identidad es emitida y la gente es enrolada por un ente de políticos”, cuestiona el político.

Entonces no hay confianza en el censo, ni en la nueva identidad, ni la ley electoral, aseguran varios analistas, que temen un nuevo manoseo que impida que las elecciones sean transparentes porque pese a que se esperaba que el PNUD diera visos de transparencia en el nuevo proceso, y fuera un ente supervisor, Nasralla dice que se convirtió en un cómplice de un negocio de 71 millones de dólares que salió mal.

“Lo he venido denunciando desde hace un año y medio. Al principio se cayó la adjudicación que hicieron a unas empresas, después la hicieron a un consorcio y todo ha sido en secreto pudiéndose hacer la identidad en Honduras la están haciendo en Polonia”, dijo el candidato.

LAS FALSAS EXPECTATIVAS DEL CENSO

 Cuando se anunció un nuevo censo depurado, en base cero, se pensó que, por fin, los hondureños acudirían a las urnas con un sistema ideal para evitar, por ejemplo, que los muertos votaran. Pero cuando el 1 de diciembre del 2020, el RNP entregó la base registral de los ciudadanos enrolados en todo el país al CNE, todo se tradujo en frustración. “Las expectativas que hizo el RNP y CNE, fue un censo nuevo, base cero desde su concepción hasta su realización, pero, no fue real, todo quedó en un ideal. Se negó cuál era el principio para conformar el censo”, dijo el exmagistrado del desaparecido Tribunal Supremo Electoral (TSE), Dennis Gómez.

La Ley electoral vigente establece que el censo electoral comienza a conformarse y actualizarse inmediatamente después de las elecciones generales, esto entonces debió iniciar desde noviembre del 2017, pero no fue así.

El producto que tienen los hondureños es un censo que ha presentado irregularidades y que, según expertos, no necesariamente el RNP se encargó de depurar. “Estamos a pocas horas para ir a elecciones primarias. La población irá con dos tarjetas de identidad, la que le llaman la blanca, o sea la actual, que llegará al final de vigencia el 31 de mayo”, dijo Gómez.

Pero ante todos los obstáculos presentados con el censo, el escenario que predicen es que la depuración esperada del censo en su base no se depuró. “La base de datos del proyecto Identifícate no estará depurada y menos ahora que existen personas que han muerto en la pandemia y no se han registrado. El trabajo no ha sido realizado completamente y es un proceso en el que al menos hay unas 16 inconsistencias identificadas tanto por Naciones Unidas como por el mismo RNP”, refirió el exmagistrado.

Dentro de las inconsistencias detectadas está la usurpación o sustitución de tarjetas de identidad, en las que se reporta duplicidad con nombres diferentes. Muertos o migrantes que aparecerán votando porque según denuncias, no está totalmente limpia la base de datos y esto genera dudas porque si votan los muertos quién entonces colocó las huellas. Otro problema es el domicilio de votantes, que no es corroborado, porque basta con presentar un recibo de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica para acreditar el lugar, pero no hay seguridad que las personas radiquen en el punto indicado.

En diciembre del 2020, Mario Pérez, secretario del Congreso Nacional, dijo que las personas tenían derecho a elegir a dónde quieren votar, en vista que a muchos se les cambió de centro de votación porque se les colocó el lugar donde se enroló y no dónde con anterioridad ejercía el voto. Pero esta iniciativa de Pérez no pasó y cada hondureño deberá votar en el lugar donde el censo electoral acredita como habilitado para votar. Se exceptúa de esta determinación a los electores que presentan inconsistencias en los partidos Liberal y Libre.

Otras inconsistencias que se han detectado son los nombres mal escritos en la base de datos a los que piden que las autoridades deben dar la atención debida. “El nuevo censo no es garantía aún de un proceso transparente, porque el proceso de enrolamiento ha estado cooptado por tres partidos políticos, especialmente por el Partido Nacional. Es un enrolamiento que ha generado desconfianza por las empresas que han contratado para imprimir estas identidades”, manifestó David Reyes, diputado del Partido Innovación y Unidad Social Demócrata (PINU-SD), por Choluteca.

¿Olor a nuevo fraude?

Las denuncias de fraude son comunes y lamentablemente ahora los partidos no pierden porque les ganaron, sino porque hicieron fraude. “Hay mucha denuncia, pero poca prueba y por supuesto que los electores habilitados y que estamos con vida tenemos derecho a elegir y ser electos, pero la duda está en la disfuncionalidad que todos dicen que siguen votando los muertos. Ese subregistro de defunciones es un problema en el país, se ha bajado brechas, pero aún no es lo ideal”, apuntó Dennis Gómez.

Pero también preocupa que se va a ir a elecciones internas con la nueva y vieja tarjeta de identidad y otro punto que deja más dudas es la tradicional práctica de los cambios en los centros de votación. “Los cambios para los centros de votación es un proceso viciado porque los alcaldes tienen el control de las personas que andan enrolando y hacen los traslados conforme a los intereses de ellos”, dijo el diputado Reyes.

Según denunció Reyes, se tiene información que, en los municipios de Concepción de María y El Triunfo en el departamento de Choluteca, que son municipios fronterizos con Nicaragua, así como los departamentos fronterizos en el Occidente con El Salvador, se están trasladando personas. “Muchos alcaldes tienen la posibilidad de nacionalizar o darle identidad a personas que están al otro lado de la frontera y que para las elecciones les pagan para que vengan a votar por ellas y ese es un proceso viciado”, denunció el congresista.

La única manera de combatir el fraude, aseguran los líderes políticos, es salir a votar masivamente, que la población fiscalice y que esté atenta a los escrutinios en cada poblado.

PIDEN AUDITORÍA INTERNACIONAL

Tras las elecciones primarias, los partidos políticos piden una auditoría internacional con el afán de buscar las deficiencias detectadas y que no se repitan en el proceso general previsto para noviembre. “Es una auditoría con un énfasis más técnico y no político para tener un censo mejor depurado, si no se hace esa depuración partiremos con una condición negativa al proceso general”, apuntó Gómez.

Transparentar el proceso es una prioridad, es la exigencia de los hondureños, por lo que el censo es un punto clave. No se concretó que se depurara, no es el censo que se prometió. “Un censo lo mejor depurado es una condición internacional cuando una elección es democrática y auténtica” dijo el exmagistrado.

Hubo un compromiso en diciembre, cuando en una de las propuestas planteadas al PNUD por el Partido Salvador de Honduras, había un compromiso de aceptar la propuesta de una auditoría internacional, pero la están retrasando, le están dando largas. “Lo que quieren hacer es ganar tiempo como si fueran parte interesada y nos dijeron en diciembre, después que la presentamos el 2 de diciembre, después que a finales de febrero. Sin embargo, piensan empezar a entregar identidades ahora y paralelamente dicen que van a usar la identidad para las elecciones primarias, lo cual es una arbitrariedad”, reprochó Nasralla.

Si no hay auditoría internacional, algunos candidatos opinan que no hay garantía de transparencia para nada, ni en el PNUD ni en ningún otro organismo internacional. “El PNUD es cómplice y culpable porque estaban advertidos de los errores que estaban cometiendo desde hace un año y no cumplieron con cambiar las cosas”, señaló Salvador Nasralla.

¿CÉDULA NUEVA O CÉDULA VIEJA?

A pocas horas los militantes de los tres partidos mayoritarios irán a un proceso electoral primario e interno y se permitirá que los votantes acudan con una de las dos cédulas, la vieja o la nueva.

Para confiar en el proceso electoral, los candidatos opinan que se necesita primero, que no se vote con la identidad vieja y nueva, porque tácitamente al votar con la vieja, quiere decir que se va a hacer con el censo viejo y ese censo viejo aseguran que está lleno de muertos y de personas que viven en Estados Unidos y no han regresado en 30 años. “El censo está lleno de muertos de los últimos 20 años porque la ley les impide borrarlos. Entonces la votación tanto en primarias como en generales tiene que hacerse con la identidad actual, puesto que la nueva es claramente un desfalco, un robo contra el Estado y no sirve, no da ninguna seguridad” expuso Salvador Nasralla.

Si el nuevo censo generaba desconfianza en el proceso ahora lo es más con la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE), que oficializó en el mes de enero de este año que no habrá Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), en las elecciones primarias.

“No da ninguna confiabilidad este proceso electoral porque dicen que no habrá TREP, y aunque alegan que solo será para las elecciones primarias, los tres partidos minoritarios que en eso se han convertido liberales, nacionalistas y Libre, están de acuerdo en que no haya TREP, porque están ensayando las argucias que implementarán en las elecciones generales y van a decir funcionó y al no tener TREP en las primarias no vamos a tener TREP en las generales, es la forma como actúan estos delincuentes”, dijo el candidato del Partido Salvador de Honduras.

Si las elecciones primarias apuntan a una competencia dura, las generales serán de mucha más descalificación, trabas, trampas y eso, dicen expertos, se va a ir incrementando a medida se llegue a noviembre.

FALTA DE LIDERAZGO Y ANTIVALORES PREDOMINAN

 

“Las reformas electorales son cosméticas, vamos al proceso electoral con las mismas reglas, con la misma ley nada más que con distinta pasta”, dijo el diputado David Reyes, quien considera que la nueva ley electoral fue más bulla, porque con los cambios que se hicieron solo se hubiera necesitado una sesión y una sola reforma. “Este proceso no devuelve la confianza y credibilidad que necesitamos los hondureños”, continuó diciendo Reyes.

Esto lo comparte también Nasralla quien dijo a Criterio.hn que tampoco hay credibilidad en el proceso si pretenden meter una nueva ley electoral. “Únicamente persiguen que Salvador Nasralla no tenga representantes en las mesas electorales. Yo exijo que continuemos con la ley electoral actual, la nueva no presenta ninguna ventaja, lo único que hace es eliminar a mi partido los representantes de las mesas electorales”.

Otro factor que impera en el proceso electoral es la crisis de valores y la falta de liderazgo. Además de la situación de pobreza, hambre y poca educación y no solamente en los bajos estratos económicos de la población, sino de las mismas élites, que son analfabetas hablando democráticamente, por lo que el tema de los antivalores debe ser resaltado en los procesos electorales de Honduras, señalan analistas.

“Esto tiene raíces en la pobreza y falta de educación cívica, la pobreza hace que un candidato pueda gastar hasta 540 millones de lempiras y tome dinero caliente de donde venga y ve para otro lado para no saber de dónde llega el dinero de su campaña”, dice el analista Raúl Pineda Alvarado.

El analista asegura que el país cambiará cuando tenga una campaña electoral corta y barata y con fondos limpios. “Cuando entendamos que los intereses del crimen organizado destruyen la institucionalidad y los valores, vamos a tener candidatos sin contaminación ni bajo sospecha”, manifestó Pineda.

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Los últimos presidentes de Honduras han sido mencionados en las Cortes de Estados Unidos, Porfirio Lobo, Manuel Zelaya Rosales y Juan Hernández, por recibir dinero del crimen organizado. Lo mismo ha pasado en otros países de América Latina y esto refleja un modelo democrático disfuncional orientado más a ganar a cualquier costo que a ganar para servir y esto pone el aparato estatal al servicio del narcotráfico que ahora no solo es un poder económico, sino también político.

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