Tegucigalpa.- La Conferencia Episcopal se pronunció sobre la situación política de Honduras instando a las autoridades gobernar “sin mediocridad”, al tiempo que reflejó inquietud sobre la promesa de la presidenta Xiomara Castro de refundar la nación.
Mediante un mensaje al pueblo hondureño y tras la elección de sus nuevas autoridades al mando del sacerdote Roberto Camilleri, los obispos aglutinados en la Conferencia Episcopal, expusieron varias inquietudes sobre los problemas que enfrentan las nuevas autoridades de gobierno tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo.
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Según expone el documento, el país vive una nueva etapa, pero que enfrenta los mismos problemas que tradicionalmente impiden un mejor camino de justicia y desarrollo, con la diferencia que se suma la promesa de refundar la patria sin conocer cómo se ejecutaría.
“La refundación es una palabra que sugiere examinar los cimientos sobre los cuales se desea construir. Para ello, se necesitan líneas claras del gobierno y participación de personas competentes y con valores morales”, exponen.
De acuerdo con los obispos, se debe implementar un diálogo nacional en el que se debatan los problemas de nación y las soluciones que den paso a una verdadera “reconciliación”.
“Es ahora cuando se debe implementar un serio diálogo social, una búsqueda del bien común para que podamos avanzar hacia una auténtica refundación de Honduras y abrir las puertas a la reconciliación”, detalla.
Señalando varias directrices al gobierno de Castro, añaden que los problemas enraizados están produciendo una pérdida de esperanza en la población hondureña lo que genera migración, principalmente entre los jóvenes.
“Los problemas nacionales no son simplemente coyunturales sino estructurales. Las estructuras siguen siendo la misma. La corrupción y la impunidad aún están dejando sombras que podrían frustrar las legítimas expectativas del electorado que votó por un cambio necesario”, exponen.
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Sin referirse a la dictadura que instauró el conservador Partido Nacional tras doce años en el poder y que convirtió a Honduras en un país cooptado por estructuras criminales, la Conferencia Episcopal resalta que el país no le pertenece a un grupo determinado por lo que instan dejar el revanchismo político, la polarización y la “búsqueda de intereses particulares y partidistas que dañan seriamente la auténtica democracia”.
Además, señalan la necesidad de crear nuevas formas de “hacer una buena política, profesionalizándola y ocupándose del bien común y de los bienes comunes demandando una elección de los nuevos magistrados a la Corte Suprema de Justicia y del fiscal general de la república que respondan a los intereses nacionales.
“La elección de los nuevos magistrados a la Corte Suprema de Justicia y del fiscal general del Estado constituye un punto culminante y decisivo para el futuro de Honduras, no se debe ceder a la tentación de seguir con más de lo mismo”, cuestionan.
Consideran que se debe elegir a buenos hondureños, hombres y mujeres que cuenten con la capacidad de liderazgo, el profesionalismo, y que sean respetados y valiosos para la sociedad.
“No se puede gobernar con la mediocridad y el sectarismo. La democracia se construye con demócratas”, agrega el documento.
UN MEJOR SISTEMA DE SALUD Y EDUCACIÓN
La Conferencia Episcopal expone que uno de los problemas que dejó la pandemia del SARS-CoV-2 fue potenciar el individualismo, por lo que solicitan promover un mejor sistema de salud capaz de ofrecer a los hondureños en condición de pobreza cobertura y calidad sanitaria.
Asimismo, reprochan que existe una deuda histórica a nivel del sistema educativo y es la mala calidad que vino a agravarse por la devastación causada por los huracanes Eta y Iota, en octubre y noviembre de 2020, sumado a los efectos de la pandemia.
“Las respuestas que se publicitan suelen dejar muchas dudas. Hay que propiciar soluciones realistas. Hacemos un llamado a una renovación del sistema educativo involucrando a todos los sectores afectados”, expresan.
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Finalmente, dejaron a entrever su reclamo a la presidenta Castro quien decidió no participar en la novena Cumbre de las Américas que se desarrolló en Estados Unidos de la cual se excluyó a Venezuela, Cuba y Nicaragua, situación que consideran una postura ideológica que afecta a los hondureños.
“No es prudente encerrarse en una trinchera ideológica privando a los hondureños de los beneficios que la apertura aportaría a todos los sectores y niveles de la vida nacional. Hacer política es buscar el bien común no intentar favorecer una postura personal o de grupo”, concluyen.
Cabe indicar que la Conferencia Episcopal en los primeros años de gobierno del conservador Partido Nacional guardó silencio ante las denuncias de actos de corrupción y las vinculaciones del expresidente Juan Orlando Hernández en la narcoactividad, fue recientemente que comenzó con una postura opositora diferente a la líneas oficialista que históricamente abanderó.
Un comentario
La solución a nuestra crisis pasa por contratar las personas idóneas sin ningún sesgo político. Es la meritocracia la salida.
El Poder de la Nación tampo es un cheque en blanco en manos de irresponsables.
Cuando despertemos y entendamos que Honduras es de todos, entonces la defenderemos.
Mientras de afuera decidan por nosotros seguiremos igual de pobres, miserables y sin dignidad.