deserción escolar en Honduras causada por la pobreza

Niñez excluida: deserción escolar en Honduras causada por la pobreza y falta de oportunidades

El hecho que la niñez hondureña no goza del pleno derecho a la educación, es una realidad que se encrudece, debido a una gama extensa de factores, desde la pobreza, delincuencia, violencia, inseguridad, falta de oportunidades, pésima calidad educativa, exclusión en la apertura de carreras, coinciden especialistas en el tema de educación

 

Redacción: Viena Hernández

Tegucigalpa. – La extensión de la pobreza y la deserción escolar van de la mano, cuando una crece la otra también. La niñez hondureña no solo se enfrenta a un panorama sombrío de violencia y hostilidad, crecen consientes de la falta de oportunidades, muchos con la mira a migrar o trabajar desde temprano para ayudar a sus familias, tomando así las riendas de un desequilibrado hogar que pone en sus espaldas las responsabilidades de un adulto.

Iris Baquedano, estudiante de nutrición de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), compartió con Criterio.hn que, no ha sido fácil llegar a la educación superior, por muchos años tuvo que desertar, lo cual la atrasó para graduarse en el tiempo que estipula su carrera.

Desde pequeña, en su proceso educativo vio reflejados los problemas económicos familiares, tuvo que vender paletas de dulce cuando era una niña, en la comunidad de San Bernardo, municipio de Namasigüe, Choluteca.

Sus padres no tenían para darles de comer a ella y sus hermanos. Desde que tenía ocho años trabajó y estudió, a la secundaria pudo ingresar hasta que cumplió los 16 años, pero siempre con muchas dificultades.

Las ganas de graduarse y ser una profesional han sido siempre su principal aspiración, mejorar su calidad de vida es lo que la ha mantenido con los ánimos de no claudicar en los estudios, tuvo que dedicarse al trabajo doméstico y otras labores, pero actualmente está a solo su práctica profesional de culminar esa etapa de estudios que le costó cada lágrima, hambre y desvelos, en un país que define con tantas limitantes y más obstáculos que oportunidades.

Esa situación se repite en los hogares hondureños y no todos tienen las mismas expectativas. Según el informe de Progreso Educativo Honduras 2022, de los 758 mil menores que quedaron rezagados del sistema educativo, al menos 200 mil no quieren continuar con sus estudios. Además, la exclusión del proceso educativo es grave, puesto que de 10 alumnos que ingresan a primer grado, solo tres concluyen la secundaria.

El documento resaltó que hasta 2021, 758, 095 alumnos entre los cinco y 17 años fueron excluidos del sistema educativo, de estos, la mayoría, unos 50.2% (380 mil) expresaron que el principal problema es la falta de recursos económicos, mientras que el 26.3% (200 mil) justificaron que lo impartido en las aulas de clase realmente no les ayudará a encontrar trabajo.

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En un reciente congreso magisterial, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), enfatizó la reducida cobertura educativa que impera en Honduras, en este caso a nivel superior, en las 21 universidades públicas y privadas del país solo existe un registro de 200 mil habitantes, de estos el 56% podría desertar. Una de las recomendaciones realizadas es la educación técnica universitaria vinculada a la empleabilidad.

Según la Unesco, la cobertura de la educación a nivel superior más baja está en Honduras y Guatemala. El director de la Unesco-Iesalc, Francesc Pedró, apuntó que Honduras cuenta con una taza de participación de educación superior muy baja, en las mejores estimaciones se encuentra en el 19%, mientras que el conjunto de Latinoamérica está en 25%.

CULMINAR LA EDUCACIÓN, UN CAMINO DE OBSTÁCULOS

Para la niñez el panorama no luce alentador, quienes sueñan con entrar a la universidad y graduarse ven distintos obstáculos en el camino, solo el 17% de los jóvenes con opción para ingresar a la universidad están matriculados. Además, solo el 46% de quienes ingresan se gradúan y son más del 50% los que desertarán.

Uno de los problemas es que existen carreras saturadas, pero no hay apertura para la empleabilidad en otras. El escenario de la empleabilidad y mejora de recursos económicos, luce más alentador para quienes cursaron la educación superior que para quienes solo cursaron la educación media.

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El economista y rector de la Universidad José Cecilio del Valle, Julio Raudales, expresó que “la probabilidad de que el jefe de hogar que se graduó de la universidad sea pobre es de apenas un 2%, y de una familia que no terminó la educación básica sea pobre es del 78%, es una gran diferencia”.

Por su parte, el director ejecutivo de la Coordinadora de Instituciones Privadas Pro los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus derechos (Coiproden), Wilmer Vásquez, señaló a Criterio.hn que, existen grandes debilidades en el marco de los centros educativos a nivel de infraestructura educativa sin las condiciones necesarias para la niñez en aprendizaje.

“Es un sistema educativo que ha sido excluyente, no satisface las necesidades y demandas que tiene la población infantil, está debilitado, sin laboratorios de inglés, de computación, sin biblioteca, sin libros de texto, sin merienda escolar, sin pupitres, sin iluminación adecuada, con techos que se están cayendo”, destacó.

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Cuando ese es el escenario de la educación para personas que de por sí viven en condiciones de miseria, exclusión social, se ven obligados a decir entre estudiar o trabajar para contribuir con el sustento de la familia.

Los niños y niñas, deciden abandonar las escuelas para trabajar o para migrar y huir del país–expresó Vásquez-, al tiempo que reprochó que son obligados asumir las responsabilidades que no son acordes a su edad.

“Es importante la decisión que tomó este gobierno de incrementar el presupuesto para educación y salud, dando la posibilidad que se pueda invertir en infraestructura educativa y generar mejores condiciones para que haya centros educativos y un sistema educativo nacional mucho más atractivo e inclusivo”, agregó Vásquez.

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