«La verdadera crisis infantil no está en la frontera de Estados Unidos; está en las comunidades más pobres del norte de Centroamérica y México», expresó el director regional de UNICEF para Latinoamérica y el Caribe, Jean Gough
Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés) informó que desde el inicio de 2021, el número de niñas y niños migrantes reportados en México se ha incrementado de 380 a casi 3,500. Con un promedio diario de 275 menores migrantes detectados por las autoridades mexicanas.
El director regional de UNICEF para Latinoamérica y el Caribe, Jean Gough, expresó preocupación porque la mayoría de los refugios que visito en México ya están superpoblados y no pueden acomodar al creciente número de niños y familias que migran. «Nos preocupa profundamente que las condiciones de vida de los niños y las madres migrantes en México pronto se deterioren aún más», declaró.
En muchos de los refugios, la niñez representa el 30 por ciento de la población migrante. La mitad de ellos viajan sin sus padres, una de las proporciones más altas registradas en México, compartió UNICEF mediante un comunicado de prensa. Asimismo, agregó que ese país se ha convertido en un país de origen, tránsito y retorno de estos niños migrantes provenientes en su mayoría de Honduras, Guatemala, El Salvador y México.
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Sobre el recorrido que enfrentan los menores que viajan desde Centroamérica hacia Estados Unidos, la organización afirmó que el mismo puede durar hasta dos meses en condiciones «muy duras». Los testimonios proporcionados por familias migrantes a integrantes de UNICEF en Ciudad Juárez y Tijuana, indican graves abusos a los derechos humanos durante el viaje, incluyendo extorsión, abuso sexual, secuestro y trata de personas.
«Algunas mujeres migrantes centroamericanas, llorando, contaron a UNICEF que las privaron de comida, les confiscaron sus pertenencias como teléfonos celulares, durmieron en el piso y cubrieron a sus hijos con sus propios cuerpos para mantenerlos calientes por la noche», lee el documento de prensa.
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El director regional de UNICEF sostuvo que «las familias centroamericanas no están migrando, están huyendo». Asimismo, manifestó: “Estos niños y sus padres que ahora están en México escaparon de la criminalidad de las pandillas, la violencia doméstica, la pobreza, los devastadores huracanes y la pérdida de empleos debido a la pandemia en sus países de origen. Entonces, ¿por qué regresarían? A menudo, no hay nada a lo que puedan volver».
Gough indicó que la mejor manera de dar a las familias migrantes una razón para permanecer en sus comunidades y no enfrentarse al peligroso viaje, es invertir en el futuro de la niñez a nivel local. «La verdadera crisis infantil no está en la frontera de Estados Unidos; está en las comunidades más pobres del norte de Centroamérica y México», concluyó.
El coordinador de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Honduras, Roberto Canizales, dijo que Honduras debe profundizar en las causas que provocan la migración de menores de edad no acompañados hacia Estados Unidos para poder conocer la magnitud del fenómeno y de esta forma plantear soluciones.
La violencia, falta de oportunidades y poco acceso al sistema educativo, son unas de las principales causas asociadas a la migración infantil en Honduras, de acuerdo a datos recolectados por la Facultad de Ciencias Sociales de Honduras (FLACSO-Honduras) y el Foro Dakar Honduras.
Pese a las múltiples caravanas migrantes que han salido de Honduras desde 2018, dos en el 2021, el gobierno de Honduras se niega a enfrentar la crisis social y económica que obliga a miles de hondureñas y hondureños a abandonar el país. Recientemente, la coordinadora general de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), Mirian Miranda, expresó que Honduras vive una crisis humanitaria, acompañada por un plan de vaciamiento territorial.
