La batalla por la justicia

La fiesta de la luz, el año nuevo y sus cabañuelas: con anhelo del cambio

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

Día y noche, lluvia y sequía, vida y muerte. Yin Yang. Hay cambios naturales y ciclos de la naturaleza que observamos, valoramos y mitificamos desde hace eras. Celebramos un Año Nuevo en casi todas las civilizaciones desde hace unos cuatro milenios. En varias latitudes la alternancia de las estaciones inspira desde inmemorial tiempo la idea de la renovación, y las celebraciones originalmente del cambio y fin del frío y la oscuridad del Invierno (anticipo de la muerte), y la restauración de la luz y el calor de la Primavera que darán vida nueva, el fuego nuevo en India y Mesoamérica, igual que en Irán y China.

El cambio puede ser bueno y es inevitable, ya lo entendía Heráclito. Un glifo maya de ese mismo siglo significa cambio, y otro chino, huang es concepto básico en el I Ching, o Libro de los cambios. De los clásicos más antiguos. Y desde hace unos cuatro siglos –con el ascenso de Occidente y la adopción del calendario Gregoriano, que retrotrajo el inicio del año desde Marzo según la antigua idea agrícola– hoy, se celebra el cambio de año el 1 de Enero con alegría. Incluso bajo la más lúgubre circunstancia, alrededor del mundo. En Asia, a donde he sido destacado, hoy termina el Año del Tigre y se inicia el Año del Dragón Azul. Para Navidad Seúl se cubrió de blanco con la nevada más fuerte desde hace medio siglo. Mi amigo el Profesor Yoo me escribió lo que termina trae la esperanza de un inicio mejor. Millones fingen entre gritos y sirenas, conciertos, cohetes y luces, que lo malo se fue con el año viejo, aunque ¿hay que agradecerle una yegua blanca? Y ¿algo nuevo empieza?  Nada ni nadie debe aplacar tal alegría primaria, desbordante.

El cambio histórico, social, lineal es otra cosa. Más aún, muchas sociedades tradicionales rechazan la idea -privilegiada de la modernidad- de que las cosas cambian necesariamente para bien; o la consideran idea sospechosa, no demostrada. La mayoría sabia no quiere tomar riesgos. (Así como es bueno que las estrellas estén fijas en su sitio y quietas en la esfera de lo perfecto, más allá de la luna y el sol, es mejor que permanezcan los mismos en posiciones de poder, porque son los que mejor saben y forman parte de un orden sancionado.) En América Latina, por rezago de este ancestral conservadurismo, aún en tiempos contemporáneos, prevalecen por largos periodos los regímenes aun fallidos: el PRI hasta fines del milenio, el bipartidismo hondureño de los años 1930s hasta 2021, y el peronismo argentino hasta nuestros días. Y los hondureños somos -en ese sentido, para bien o para mal- uno de los pueblos más conservadores de la regiónMejor malo conocido dice un dicho tradicional reaccionario, que bueno por conocer. ¿Obvio? (Aunque no carece de fundamento: Siempre nos puede ir peor, puede haber progreso y retroceso.) Hoy en Corea, un loco intentó degollar a un líder político de oposición.  Aun así, muchos terminamos apelando con ilusión al cambio histórico. También en la política, el año nuevo sirve para echar una mirada a lo ocurrido y una prospectiva, que nos oriente en lo que viene, con ilusión. Nos comemos las uvas de los deseos, hacemos promesas e invocamos un remedio mágico a nuestros males. Pero no va bien todo, hoy. 

Doquier la política internacional se polariza, y se aleja de los parámetros del derecho, la civilización, la coexistencia y la cooperación internacional, para en su lugar, perpetuar o exacerbar al nacionalismo miope, el delirio racista, el consumismo incontinente que nos asfixia con basura, la injusticia que imposibilita la paz sostenible, y el primitivismo obsoleto que sobrevivió a Pol Pot y R Reagan. Seguimos fracasando frente a las principales amenazas.  

Afloran por todas partes locuras que amagan la democracia. Aun cuando este año habrá en más de 70 países y entre ellos EUA y la India, Inglaterra y otros veinte de la Unión Europea, en Corea, Pakistán e Indonesia elecciones que signarán la siguiente década en todo el mundo, y no solo en esos países que por sí pueblan 4 mil  millones de personas, la mitad de los habitantes del planeta. Mientras tanto se desbocan las guerras detonadas en Rusia y Gaza, por agresiones incitadas, que descomponen en atrición y genocidios, cuyas calamidades demenciales nos rebasan, en la impotencia; y afloran tensiones nucleares además en el Indo Pacifico y el Mar de China. Al tiempo que se estanca la cooperación para detener la degradación ambiental que -con cada año- extiende su condena, inundaciones y desiertos. Nada en el horizonte inspira optimismo. Nada convincente fue la cumbre del ambiente en Arabia; la ONU parece estar hecha de papel mojado en el Medio Oriente y el fracaso de la diplomacia aviva la agresividad de las potencias. 

En nuestra región y  país también tenemos pendientes y no son del todo auspiciosas, las cabañuelas. Pese a una mayoría, no hemos confirmado el proceso hacia una reconstrucción del derecho democrático. No se avanza con una visión trascendente y coordinada de lo que pudiera ser nuestra región. Y los polos opuestos de la opinión pública brindan cada cual por sus causas contrarias. Con Xiomara Honduras debe instrumentar las presidencias de SICA y CELAC para impulsar la integración, superando diferencias variopintas, porque solo como región podemos alcanzar la independencia.

Hay otros consensos sin salida. En El Salvador, que es el país más creíble de CA, no se ha terminado de explicar ¿cómo se va a sostener la política de encarcelar un quintil de la población? En Guatemala aún no culmina la transición hacia el gobierno del Presidente electo, por la resistencia estructural contra el cambio. Nicaragua parece persistir en lo que un poeta llamó una guerra cultural y su vetusta revolución empieza a sufrir de artrosis aislada. Costa Rica sigue a la deriva de su vía solitaria. Honduras no ha resuelto su problema de inseguridad y está fallando también en educación, no consigue despegar y no ha logrado enarbolar una visión compartida.

Hay cosas positivas en el escenario. Libre es custodio de un proyecto de hondo cambio democrático sostenible, y su gobierno ha mostrado seriedad y disciplina, para garantizar estabilidad.   Nadie termina de explicar bien ¿por qué aumentan las reservas y  las exportaciones, además de las remesas?  Pero ahí está.  Un crecimiento más compartido con estabilidad es el punto de partida para despegar y la próxima elección parece segura.

Pero nada está resuelto. También en Honduras, se inicia un año político que será definitorio. La Presidenta ha anunciado un nuevo gabinete, con que espera liberar la dinámica política e impulsar la administración, relanzando políticas básicas. Aun cuando circulan rumores de que la clase política está entrando en razón, en medio  de tormentas invernales, continua ardiente la confrontación enfrascada en el diálogo de sordos y la radicalización sin fundamentos de posiciones encontradas. La oposición obtusa alerta contra el lobo inventado e  insiste que LIBRE (en control del Poder Ejecutivo y que solo ha conseguido soluciones interinas) ¡conduce el país a una dictadura! Para sus propios fines, los EUA fingen tragarse el cuento paranoico del peligro chino y el comunismo, y quieren proteger al opositor indiscriminadamente, pero ¡no tienen a quien apadrinar! (Nadie quiere saber de ellos). No es bueno, para nadie, que se represe sin conductor a la oposición, cuya fuerza potencial destructiva es inmensa, pero no hay oposición viable, ni siquiera interna, hoy, y no por que se haya perseguido a nadie por opositor (al revés ha habido hasta indebido acomodo), si no que los contrarios se han desprestigiado solos. Y pese a la comunicación manipulada, hay una conciencia profunda de los peligros de volver a… y con los mismos de antes, a la lacra del viejo régimen bipartidista, un consenso amplio sobre la imposibilidad del retorno. Volver atrás ahora sería otro cambio y paradójicamente, el instinto conservador de la gente juega más bien contra la reacción, que ya nadie sabe quién es y nadie abandera sin estar imputado.

Mientras que -demasiado cómodo en esa inercia y falto de sentido de estado- el Partido pretende neutralizar las resistencias y amenazas fingidas conspirando e improvisando motines; y busca emprender el año que viene con nuevos bríos, pero también –ojo- desvaríos sectarios y desmanes. Y no es bastante con ganar la próxima elección por no haber opción y sin definitiva mayoría parlamentaria. Para construir soluciones definitivas necesitamos compromiso popular disciplinado. El poder del voto leal se consigue con la protección del servicio público de calidad, la eficacia de la gestión, y la promesa -creíble todavía- de una mejor condición general futura y  una democracia más sustancial. Y no vamos a conseguir un apoyo masivo de la ciudadanía, y la continuidad por ende del proyecto por default o por la vía de la retórica exacerbada, la revancha y más amenazas  inverosímiles. Más bien, para movilizar a la masa en apoyo al ímpetu de LIBRE, se ocupa credibilidad, profesionalismo administrativo, cuadros técnicos alineados con una sólida política radical por realista, afinada e ilustrada, para mejorar la condición de la mayoría  rápido, una capacidad de comunicación eficaz. Y una visión de desarrollo a largo plazo. Si no despegamos ese desarrollo (y eso solo se hace con un plan) y no respondemos a las necesidades inmediatas de la gente (y eso solo se consigue con una gestión técnica profesional, del estado) habremos perdido una oportunidad histórica, que no se va a repetir.

Más allá del rigor, la visión. Los grandes proyectos que comportan riesgos podrían cambiar por completo la ubicación del país, de productor de postres a eje o hub dicen del comercio mundial. Y con visión, pueden arrancar ya los proyectos de reforestación masiva, construcción de las represas y desarrollo del corredor interoceánico.  Las tecnologías nuevas pueden servir para el mal, como siempre, desde que se inventó el hacha de piedra, pero son el camino del futuro. Si además de reparar las escuelas, las conectamos, regulamos esas tecnologías de la inteligencia y aprendemos a usarlas bien -incluida la Inteligencia Artificial- nos abrirán nuevas puertas y oportunidades para cerrar la  brecha educativa tanto de cobertura como calidad. (Aunque servirán más en El Salvador en donde el gobierno ha dado a los pupilos computadoras que pueden conectarse.) Los rezagos si no, se acumulan y se reproducen. Aunque para eso se ocupa, como dicen que repetía Goethe en su lecho de muerte y transformación, ¡Más luz

¡Encendamos la luz! ¡Celebremos con Melo un año más de lucha, la luz de la estrella de Belén, de la menorah, árbol ardiente de vida y fe en el desierto! Brindemos esta fantasía de año nuevo, y recibamos con confianza la fiesta de reyes, de los gobernantes justos que pueden consolidar naciones, si atienden a las necesidades de todos, primero los pobres. Sin dejarnos arrebatar la idea, ni hacernos falsas ilusiones; buscando las opciones revolucionarias, que son las reales, las que sirven a todos y a las siguientes generaciones, y no sólo al político de turno. Comprometidos con la paz, propia, de la familia, de la nación y la del mundo.

México-Seúl, 2 de Enero de 2024

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