Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa.- Honduras es el país de Centroamérica con mayor prevalencia de pobreza y pobreza externa, y con el mayor nivel de desigualdad en la distribución de la riqueza, señala una publicación de abril del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi).
A ello se suma la corrupción, un ineficiente sistema tributario y un bajo índice de desarrollo humano que no dan muchos motivos para celebrar el 200 aniversario de independencia de España, para el cual Honduras se prepara con celebraciones y exposiciones, además de la emisión de un nuevo billete de 200 lempiras conmemorativo.
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“Más que celebrar, este 2021 debe ser un momento para una amplia y madura reflexión social sobre cómo se ha llegado hasta esta correlación de fuerzas que empuja a Centroamérica al autoritarismo, a la precarización humana y, en síntesis, a la debacle de las naciones”, señala el documento titulado “Perfiles Macrofiscales de Centroamérica, por una política fiscal para la democracia y el desarrollo”.
En el caso específico de Honduras, el documento refiere que durante 2020 fue el segundo país de Centroamérica con la mayor contracción económica, con un 9% respecto a su Producto Interno Bruto (PIB). El primer lugar lo ocupa Panamá, con 17.9%.
Este indicador es resultado del impacto «de la pandemia del covid-19, significativos fenómenos climáticos y una muy débil construcción de bases para el bienestar social», señala la publicación.
La economía hondureña también fue afectada por los cierres internacionales y la reducción de todas las actividades económicas con excepción de la de correos y telecomunicaciones, según el Banco Central de Honduras (BCH).
No obstante, las remesas internacionales crecieron 4% respecto del año anterior, lo cual fue de beneficio para la economía así como la contracción de los precios de los combustibles, que significó un ahorro al facilitar la reducción del costo de las importaciones en un 35.7%, según el BCH.
Mientras tanto, la tasa de inflación de Honduras en el 2020 estuvo «dentro de la meta de política establecida del 4% con un rango de un punto, similar a lo logrado en los últimos cuatro años, por lo que el impulso monetario producido por la disminución de la tasa líder de interés, y el efecto causado por el aumento del gasto público, parece haber sido suficiente para compensar la disminución de la demanda interna». Para este año, la meta de política monetaria del BCH se mantendrá invariable.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Comisión Económica para América Latina coinciden en su estimación de que este año Honduras aumentará su PIB en un 4.5%.
Al igual que el resto de países en la región, Honduras tuvo también una fuerte contracción de los flujos turísticos debido al cierre de fronteras, pero el valor de las exportaciones FOB logró reportar un incremento del 0.6%, en parte debido a las exportaciones de palma, azúcar, banano, oro y cigarros. Mientras que actividades como el café (8.1%), melón y sandía (20.9%), papel y cartón (30.8%), y plásticos y sus manufacturas (11.5%) reportaron contracciones en relación al período anterior.
No obstante, para este año y a diferencia del resto del istmo, en el que se espera un «crecimiento significativo» de las exportaciones, Honduras registrará todavía una contracción de alrededor del 8%, según el FMI.
IMPORTACIONES
Las importaciones durante 2020 disminuyeron en un 13.5% respecto a 2019, según el Informe de Comercio Exterior de Mercancías Generales a diciembre de 2020 presentado por el BCH, «teniendo particular efecto la contracción de bienes de consumo que se redujeron en 19%, especialmente en teléfonos, automóviles y monitores, así como
en los bienes de panadería y aguas minerales».
Las materias primas y productos intermedios tuvieron una reducción de 6.9%, especialmente de resinas, papel y cartón, mientras que los bienes de capital lo hicieron en 23%.
POLÍTICA CAMBIARIA Y DESEMPLEO
En materia cambiaria -señala el Icefi- «la relativa estabilidad alcanzada por la disminución de las importaciones en los países de la región y el aumento de las remesas familiares del resto del mundo, permitió un manejo ordenado de la política cambiaria, y facilitó que los países mantuvieran en esencia los mismos lineamentos observados hasta 2019».
Honduras cerró 2020 con un tipo de cambio de L24.75 por dólar, una depreciación del 0.3%, por debajo del nivel de inflación del 4.1% reportado, «por lo que se puede afirmar preliminarmente que Honduras continuó deteriorando su tipo de cambio real y por ende su competitividad internacional».
En cuanto al empleo, en Honduras aumentó el nivel de desempleo de un 5.6% reportado en 2019 a un 9.4% de la Población Económica Activa (PEA) al cierre de 2020.
200 AÑOS ¿DE INDEPENDENCIA?
De cara a la conmemoración de los 200 años de independencia de España, “es importante evaluar si el momento histórico es propicio para celebrar o al menos conmemorar la teórica independencia de la región”, indica el Icefi.
Aunque las constituciones de Centroamérica “evidencian una notable coincidencia en las áreas económica, social, política y ambiental, pues expresan los propósitos que anhelan las sociedades del istmo” en términos de un mayor crecimiento económico para la totalidad de la población la realidad es diferente al discurso.
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Mientras las autoridades y las élites económicas beneficiadas a lo largo de la historia, muchas con la riqueza que heredaron de los grupos criollos que tomaron el poder ante la separación política de España, “tienen intereses comunes en la celebración: cumplen 200 años de preservar un estilo de crecimiento afín a sus particulares intereses y celebran que la estructura del Estado actual propicia el mantenimiento de sus privilegios y poder”, para el resto de los habitantes de la región la historia es otra.
En el caso de Honduras, ocupa el último lugar en el istmo en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) con el puesto 132. El IDH mide la cobertura y calidad de los sistemas de salud, la expectativa de vida y la cobertura educativa, entre otros.
Para el caso, es el tercer país con mayor esperanza de vida de la región centroamericana, con un promedio de 75.3 años; el último en escolaridad con 6.6 años en promedio, el mismo que Guatemala; y el penúltimo en el PIB per cápita, con 5,308 dólares.
Honduras también ocupa el último lugar en disponibilidad de médicos, con 3.1 por cada 10,000 habitantes, solo por encima de los países del África Subsahariana, donde es de 2.3 por cada 10,000 habitantes.
En cuanto a disponibilidad de camas, la de Honduras es de 6 por cada 10,000 habitantes, solo arriba de Guatemala (4 por cada 10,000) y similar al de los países pobres del sudeste de Asia (6 por cada 10,000 habitantes).
Honduras es el penúltimo país con menor población rural con acceso a electricidad, con un 81.1%, solo por encima de Nicaragua (71.4%).
Además, el país tiene un 58.6% de pobreza y un 26.1% de pobreza extrema, las más altas de Centroamérica, pero en contraste tiene el nivel más alto de concentración del ingreso, según el Índice de Gini, con un 52.1%.}
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“En forma complementaria, si se analiza la relación entre el porcentaje de riqueza retenida por el 10.0% de la población con mayores ingresos, respecto del 40.0% retenido por los más pobres, se observa que el resultado de Honduras es el más grande de la región, y es, con toda seguridad, uno de mayores del mundo”, dice el informe.
En cuanto al Índice de Democracia, Honduras ocupa el lugar 89, el tercer peor de la región y es considerado un régimen híbrido.
Honduras es también el segundo país con mayor mano de obra no calificada, con un 28.2; el primer lugar lo tiene Nicaragua, 30.5%.
La poca disponibilidad de mano de obra calificada deriva en parte “de la escasa complejidad de la producción, que durante muchos años ha descansado en un esquema agroexportador monocultivista que utiliza como estrategia primaria de competitividad, la disponibilidad de mano de obra barata”.
Estos son parte de los indicadores que impulsan la migración y que “provocan la percepción social de que no existen oportunidades y de que la situación no cambiará en un plazo corto”.
Además, con estos indicadores, “es fácil concluir que por lo menos para los países del CA-4”, Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua, “no existen condiciones que beneficien a la mayoría de la población” y por lo tanto “no existen razones para celebrar una teórica emancipación política”, concluye el Icefi.
La excepción son los grupos que detentan la riqueza nacional, “que en muchos casos disponen de recursos heredados desde el preciso momento de la Independencia”.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas