Estado de sitio en Honduras

El gobierno y la peste

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

Emergencia y administración pública, JOH y LIBRE, bitácora 6

             a Carlos Urbizo, cachureco keynesiano y a José R del Cid

No es cuestión ideológica. Tienes una izquierda permisiva hasta la irresponsabilidad en Nicaragua y ¿México? y otras autoritarias como las de China y Cuba. Tienes una derecha anárquica en EUA y Brasilia y también otra rigurosa, como alguna de Europa y el Mediterráneo. Izquierdistas palpotéanos que creen que la economía es algo que hacen los ricos aprovechándose de los pobres para lucrarse. E ideólogos libertarios que no se plantean ¿para quién salvar el pisto? Hay circunstancias distintas

 Y se ocupa pensar ¿Qué van a hacer ahora con miles de enfermos graves? La antigua cultura china plantea que no es el mal natural el problemático, sino la manera de abordarlo. El inconveniente no nos lo opone la naturaleza sino la imprevisión y la incapacidad para enfrentarlo. Esa torpeza es la que, en su historiográfica milenaria explica las caídas de los emperadores o tambaleos de las dinastías. El éxito para superar el mal natural, al contrario, corroboraba el favor del cielo y consagraba. Del emperador que controlaba las inundaciones construyendo canales, se decía que ¡había domesticado las aguas! La raíz del mal es el mal gobierno.

 Solo el gobernante que se debe al pueblo piensa en el pueblo.

Por ajeno y mal gobierno es que van a linchar a este, al final del día. Y no sorprende nada, aunque se hubiera podido pensar que lo drástico del asunto les hubiera inspirado, a último momento, aunque fuera una exigua responsabilidad y una rectificación….

 Pero es que este no previó nunca nada, JOH. Catástrofes hubo muchas que pudieron enseñarle y no aprendió jamás del pasado. La sequía extrema del 2018-2019 que solo ha disminuido un poco, antes, el Mitch, que exigió una reconstrucción, crónicamente el dengue, que mata a cientos de inocentes al año pudo enseñarle a prever, enseñarle que debía estar listo. El SARS o gripe porcina.  Y no es únicamente un problema de la administración hacendaria. Porque después de todo, aún bajo estos sucesivos gobiernos de JOH, en distintas ocasiones se han asignado recursos abundantes al Ministerio de Salud, sin que pudieran los administradores siquiera ejecutar sus proyectos y presupuestos, ¡de modo que terminaban devolviendo 300 o 400 millones al fisco, al final de año! Pero también ese es un problema de mal gobierno, porque significa que se escogió –políticamente- mal a los encargados, o se hizo tan engorroso el desembolso y la ejecución, que ¡no se pudo!

Más allá de la incapacidad hay un problema de prioridades. ¿Cómo es que tenemos la policía mejor equipada para recoger ocasionalmente un paciente, e incluso ahora tienen ropas de bioseguridad, mascarillas, guantes y desinfectantes de que carecen los enfermeros y enfermeras, los médicos y los laboratoristas, que tienen que exponerse continuamente al contagio de enfermos graves? ¿Por qué tenemos barcos de alcance trasatlántico, pero no hay respiradores en los hospitales? ¿Por qué tanta bomba lacrimógena y equipo de espionaje, si no alcanza para cloroquina?

Tienen once años de estar en el poder y el mejor ejército ¡pero no han construido centros de salud, clínicas, hospitales regionales ni centrales! ¡Para cubrir el déficit que ya había, no digamos para el aumento de la población! Y ¿están tan alegremente entregados a robar que no piensan en el futuro, en la cárcel, ni en la infamia?

 Ciertamente, la corrupción tiene mucho que ver. El concepto de emergencia ha servido repetidamente para encubrirla. Acabamos de ver la estúpida compra de centenares de ventiladores inútiles en Nueva York, que la FFAA se ufanaba de transportar hace una semana. Se sigue acallando aún hoy el escándalo de la compra -por emergencia- de equipamiento de General Electric para los hospitales públicos, por un monto superior a los $1200 millones sobrevalorado. ¿Cuánta gente hay detenida, Fiscal? ¿Cuántas líneas están bajo investigación, por los contratos corruptos de esa compra que, en el congreso, selló JOH? Hay que encontrar el centro y pensar con rigor y preguntarse por las consecuencias.

 ¿Qué busca el gobierno cuando permite la devaluación de la moneda por especulación? ¿Por qué restringir el acceso a la moneda? ¿Acaso el problema es la inflación? ¿Cómo se justifica andar comprando quien sabe a quién, los insumos de las canastas, o bolsas que se arman, con el retrato del ilegítimo, y reparten a domicilio con el padrón electoral del Partido de gobierno?

 Y también es un problema administrativo, de la pura burocracia de Hacienda, que se dispone a ahorrar a costa de la cultura que tanto nos hace falta, para que por ejemplo la población coopere en emergencias, pero no controla los recursos del proselitismo. Ahí estaba Rocío Tabora (que me perdone la amiga) repitiendo el mantra presidencial de los seiscientos millones para la emergencia. Y respondiendo a los alcaldes –que reclaman las transferencias porque no tienen insumos ni condiciones en sus centros de salud— que ella tiene unos 450 millones para distribuir a los municipios, y no les desembolsa porque tienen que liquidar los fondos con el Ministerio de Gobernación. Es que ¡cómo les cuesta a los burócratas entregar los recursos que pertenecen a la gente! ¡Cómo inventan obstáculos y precauciones para justificar su control!

¡No hombre Rocío!, estás peor que aquel-que-te-conté y al menos pretendía hacer sus propias liquidaciones. Vos ¡vas a depender de las del ministerio político! Dales, frente a todos lo que es de sus pueblos, y deja que los pobladores les reclamen. Que en todo caso los linchen a ellos por déspotas o derrochadores, por rateros o incapaces, y no a vos por mezquina, que no es tuyo el pisto.  

 LIBRE por su parte publicó entre el 18 y 21 de marzo una serie de propuestas, de las que se puede discutir el detalle, pero no la sabiduría de fondo. Resumo cuatro que me parecen principales.

  1. Fortalecer el sistema de salud, juntando recursos públicos y privados, dotándolo de todo el presupuesto que requiera y allegar las ayudas externas que se puedan obtener de países que quieran ser amigos, garantizando un trato justo y digno a todos.
  2. Distribuir dinero, no bolsas, a razón de un salario por familia, por el tiempo que dure la cuarentena en las zonas afectadas, lo cual, para obviar corruptelas, se podría hacer a quienes lo soliciten con una tarjeta de identidad, según el Censo, en las agencias bancarias y puntos de venta de comercios.
  3. Bajar el encaje bancario para impulsar el crédito y hacer acopio de un fondo especial que se ponga a disposición de los productores, con el fin de garantizar el empleo y asegurar la producción estratégica de alimentos y básicos.
  4. Implementar medidas de prórroga de pago por los meses que dure y en los municipios bajo cuarentena, tanto de impuestos y servicios públicos como de las obligaciones privadas, que se cobrarán diferidas, sin acumularles multas ni castigos. Al menos también piensan en otra cosa y no solamente en medidas de fuerza

Y propone LIBRE sustentar la necesidad de esas medidas en un Gran Acuerdo Nacional de las fuerzas sociales y políticas.

 

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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