La música nos hace volver a vivir

La refundación de los programas de música en el currículo educativo nacional

Por: Sergio Rodríguez*

“Con dedicatoria a los ministros de Educación, Cultura y rectores universitarios”.

Desde hace varias décadas la educación musical ha sido segada a la mayoría de nuestros niños y jóvenes. Es inaceptable que NO EXISTE en el currículo nacional la cátedra de música. Si bien es cierto que años atrás se ofrecía esta cátedra, esta era enfocada en lo teórico musical, ya que las instituciones educativas carecían de instrumentos musicales y no eran incluidos en el presupuesto del Ministerio de Educación.

En la actualidad son pocas las instituciones de nivel universitario y técnico, que forman profesores de música, como son La Universidad Pedagógica, El Conservatorio Nelia Chavarría (antes Esc. Nacional de Música), y los institutos de formación instrumentistas como el Conservatorio Díaz Zelaya, El Conservatorio Victoriano López, y el departamento de Arte de la Universidad Nacional Autónoma e instituciones privadas.

De todos es sabido que científicamente los estudiantes de música sobresalen académicamente y llegan a ser excelentes profesionales, los mejores líderes estatales, y además la fuerza motora de nuestras sociedades.

En las investigaciones de la Universidad de Harvard los científicos Gottfried Schlaug y Ellen Winner descubrieron que “Los niños y jóvenes que tienen acceso a una educación musical y a un entorno de actividades sociales mejoran su rendimiento escolar y aumentan la probabilidad de avanzar hacia etapas superiores de la educación formal”. De estos resultados hay miles de ejemplos de cómo la música es un bastión indispensable para la enseñanza – aprendizaje y fuentes de trabajo sostenibles en nuestras comunidades.

En Venezuela a través del programa nacional “El Sistema” en la que miles de niños y jóvenes se educan en el área de la música; instrumentistas, canto, compositores, y directores de orquestas. Este exitoso programa educativo es subvencionado por el gobierno y es parte obligatoria del presupuesto estatal. Este innovador programa ha rescatado a miles de jóvenes de un futuro incierto y es hoy uno de los países que más bien exporta artistas de todas las ramas al extranjero y son miembros prominentes en las instituciones artísticas y educativas de las principales ciudades del mundo.

Según lo establece la constitución de nuestra República, El artículo No. 131, emitida en 1880/1981, «El Estado tiene el primordial deber de fomentar y proteger la instrucción pública en sus DIVERSOS ramos: La instrucción primaria es obligatoria laica y gratuita». Es decir que este artículo constitucional no se cumple a cabalidad y nuestra juventud solo recibe un mínimo de educación y está enfocada en lo elemental de la educación básica.

Si el lector observa que desde las primeras constituciones el artículo que se refiere a la educación continúa en los mismos términos, o sea no hay un plan o revisión curricular que ayude a nuestra educación hacer un quántum leap hacia el futuro y poder desarrollar un nuevo hondureño con las destrezas y conocimiento necesario para refundar una nación en la que nuestros hijos y jóvenes tengan oportunidades de desarrollar sus talentos y ser parte motora de los profesionales que honduras necesita, un hondureño que pueda vivir con la dignidad y felicidad de un trabajo e implícitamente el desarrollo de la nación. Un hondureño que no tenga la necesidad de irse a sacrificar a vivir a otro país, porque en su propia tierra, no hay oportunidades.

Por consiguiente, es determinante que en las escuelas elementarías se introduzca las clases de instrumentos en los alumnos de cinco a seis años, con una secuencia progresiva a los niveles de primaria, y secundaria. De esta manera se estará creando un estudiante con altos niveles técnicos musicales que luego vendría a ser los académicos de música en las universidades y conservatorios, y posteriormente los artistas de excelencia en las ramas de producción, composición, orquestas de cámara, sinfónico, y bandas de todas las ciudades del país.

Como ejemplo tendríamos los grupos de músicos que acampanarían en vivo a solistas como Cesia Sáenz con los arreglos orquestales acordes a la tesitura de voz de los solistas.

El Conservatorio Nelia Chavarría, deberá convertirse junto con la Universidad Pedagógica en la formadora de licenciados en música con especialización didáctica en cuerdas, vientos, coros, percusión, Orff Schulerk, y Dalcroze, con extensiones a cada departamento del país. Lo mismo que a los conservatorios de música al incluir en su pénsum la carrera de formación pedagógica, con convenios con la Universidad Pedagógica. 

Invertir en la educación musical es ganancia, aumentaría los ingresos económicos de nuestro PIB, con la cual podremos sostener la inversión inicial y subvencionar las otras necesidades sociales del país. Para ilustrar, los economistas Robert Stoner and Jéssica Dutra en sus investigaciones declaran que, en Estados Unidos, solamente la industria musical aporta $170 mil millones al PIB y crea fuentes de trabajo a cerca de dos y medio millones de ciudadanos. Por ende, invertir en la educación musical no limita el presupuesto del Estado, más bien lo hace crecer económicamente.

En concreto en nuestro microcosmo social, podemos atestiguar que los niños egresados de las únicas escuelas de primaria de educación musical como la “Escuelita Experimental de Música” en Tegucigalpa y San Pedro Sula, sus egresados son exitosos profesionales artísticos y ejecutivos en diferentes carreras en el engranaje de nuestra nación incluyendo a Shirley Dayana Paz canta autora y promotora musical, y la internacional Venus Ixchel barda y docente universitaria entre muchos más que hoy sobresalen aquí y en otros países en sus respectivas carreras.

En conclusión, proponemos una reforma curricular en la que se incluya la clase de música instrumental entre los innovadores métodos de Orff, Dalcroze, coro, cuerdas, banda y percusión a nivel nacional, y con el presupuesto acorde al acceso de instrumentos musicales y materiales didácticos como un legado permanente a nuestros hijos, nuestra juventud y a nuestra refundación.

*Sergio Rodríguez
Violinista, compositor, y director de orquestas.
Premio Excelencia en Educación, Atlanta, GA
www.sergioraulrodriguez.com
sergio.raulrodriguez@gmail.com

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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