“Las mujeres de color ya enfrentan múltiples obstáculos para acceder a la atención médica, y este fallo reforzará aún más las restricciones racistas que impedirán que las mujeres negras, indígenas y latinas tengan el control de sus propios cuerpos”: presidenta de la junta directiva de Alianza América, Mirtha Colón
Foto portada: Kenny Castillo
Tegucigalpa.- La comunidad latina en Estados Unidos desde ya advierte sobre el impacto que tendrá en la vida de las mujeres indocumentadas la decisión de la Corte Suprema tras anular el aborto como un derecho constitucional.
La directora ejecutiva de Centro Presente, Patricia Montes, una organización de defensa de los derechos de las personas migrantes con sede en Boston, subrayó que “este revés sin precedentes contra el derecho a la privacidad y la salud reproductiva tendrá un gran impacto en las mujeres indocumentadas, quienes corren el riesgo de ser detenidas por ICE [Servicio de Control de Inmigración y Aduanas] si viajan fuera de su estado para acceder al aborto”.
Agregó que “así como el gobierno de los EE. UU. roba la libertad de las personas migrantes al encerrarlas en centros de detención, este fallo nos roba la libertad sobre nuestros propios cuerpos”.
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En la misma línea se expresó Odilia Romero, directora ejecutiva de la organización CIELO, dirigida por mujeres indígenas con sede en Los Ángeles, quien manifestó que esta decisión pone en peligro de manera desproporcionada la salud de las mujeres de color y las comunidades de bajos ingresos.
Romero señaló que tres cuartas partes de las pacientes que abortan tienen bajos ingresos, de estas el 28 por ciento son negras y el 25 por ciento son hispanas. “Este es otro injusto capítulo en la horrible historia de las autoridades predominantemente blancas tratando de controlar la fertilidad de las mujeres negras y latinas”, dijo la directora ejecutiva de CIELO.
La presidenta de la junta directiva de Alianza Américas, y presidenta de Hondureños Contra el SIDA y de la Organización Negra Centroamericana (ONECA), Mirtha Colón, declaró que la sentencia niega a las mujeres el derecho a ejercer la autonomía sobre su propio cuerpo y su salud.
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“Las mujeres de color ya enfrentan múltiples obstáculos para acceder a la atención médica, y este fallo reforzará aún más las restricciones racistas que impedirán que las mujeres negras, indígenas y latinas tengan el control de sus propios cuerpos”, sostuvo Colón.
El derecho constitucional al aborto fue establecido en Estados Unidos hace casi 50 años en el polémico caso de Roe v. Wade. No obstante, mediante el caso Dobbs v. Jackson Women Health Organization, este fue anulado por la Corte Suprema tras decidir que la constitución no protege el derecho al aborto, dejando la decisión sobre prohibir o legalizar el aborto en manos de los estados y menoscabando la independencia y autonomía física de las mujeres.
La decisión de seis de los nueve jueces de la Corte Suprema, tres de los cuales fueron nominados por Donald Trump, es una victoria para el movimiento conservador y fundamentalista de los Estados Unidos que durante décadas ha planificado la abolición de Roe como su máxima prioridad.
Estos mismos movimientos fundamentalistas han echado raíces en Honduras e incluso decisiones tan simples como la legalización de la Pastilla Anticonceptiva de Emergencia, conocida como PAE, es tema tabú, sin mencionar la legalización del aborto bajo tres causales: en casos de violación o incesto, cuando la vida de las mujeres esté en peligro o si el feto es inviable.
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En julio de 2021, la Corte Suprema de Justicia de Honduras admitió un recurso de inconstitucionalidad contra el artículo 196 del Código Penal que penaliza el aborto en su totalidad. Además, pide la revisión de la reforma constitucional aprobada en enero a través del artículo 1 del decreto legislativo 192-2020, ratificado por el decreto legislativo 3-2021, que reforma el artículo 67 de la Constitución que prohíbe el aborto constitucionalmente, detalló.
