Policía de Honduras en la mira tras muerte violenta de joven que agredió a una agente policial

Tegucigalpa. De agredir a una oficial de policía durante un partido de futbol el domingo, pasó a ser la persona más buscada en Honduras y 48 horas después fue abatido por policías en un hecho sospechoso, que abre nuevamente el debate sobre una institución armada represora y violenta.

Wilson Ariel Pérez Hernández, es el nombre del joven de 21 años, originario del municipio de Villanueva, departamento de Cortés, asesinado en horas de la tarde del martes por elementos de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), supuestamente tras un enfrentamiento, versión que contradicen sus familiares que aseguran que el joven había anunciado, hora antes, que se entregaría.

Durante la final del futbol hondureño, que se disputó el pasado domingo en el Estadio Olímpico Metropolitano, de San Pedro Sula, entre los equipos Real España, anfitrión, y Motagua de Tegucigalpa, la violencia se apoderó de cientos de aficionados del club sampedrano lo que desató agresiones contra jugadores, árbitros, aficionados, en especial, contra agentes de la Policía Nacional.

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La subinspectora Denia Michell Contreras, de 23 años, sufrió una brutal agresión por parte de Pérez que le provocó una estrepitosa caída por las gradas donde se encontraba la afición mientras impedía los conatos de violencia.

El video se volvió masivo a través de redes sociales y medios de comunicación, escenario que motivó a la Policía Nacional a ponerle precio a la cabeza del agresor al ofrecer una recompensa de 100 mil lempiras por su paradero, pasando por alto que los organismos de seguridad del Estado cuentan con unidades de inteligencia para capturar criminales.

Horas después, la Policía aseguró que el agresor, a quien en ese momento no habían identificado, quería huir del país por la frontera de Corinto, Cortés, queriendo justificar que no quería enfrentar la justicia.

Posteriormente, se exhibieron fotos y videos de más agresiones que provocó el escarnio público con mayor intensidad y se puso en riesgo la integridad de terceros como los familiares, incluso de otro ciudadano que tiene rasgos parecidos con Pérez Hernández.

Alexander Cruz Méndez, de 29 años, del departamento de Colón, fue la persona que expusieron en fotos como el responsable de la agresión, convirtiéndose de inmediato en víctima de amenazas y agresiones arbitrarias debido al mal accionar investigativo de la Policía Nacional.

“Me han manchado. Yo no tengo nada que ver. Yo casi no salgo, a veces salgo a trabajar a ciertas partes, la mera verdad ya no puede salir a ningún lado. En mensajes me dicen que cuando me vean me van a matar”, declaró con pánico.

Méndez y su familia, que toleraron amenazas contra su integridad física y psicológica, se vieron obligados a aclarar en medios de comunicación que no tenían nada que ver con el hecho e incluso manifestaron el miedo ante una posible captura.

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ABATIDO POR LA POLICÍA, LA VINCULACIÓN CON ESTRUCTURA CRIMINAL Y LA ENTREGA

Según la versión del titular del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (CODEH), Hugo Maldonado, Pérez se entregaría de forma voluntaria a la Policía Nacional debido a la persecución en su contra.

Según “otra persona que se contactó conmigo, para preparar la entrega, él estaba escondido en otro municipio, pero con todo el estigma que se había levantado, el hombre andaba miedoso, temeroso de lo que pudiera haber pasado, tenía en contra a la policía ofreciendo 100 mil lempiras, tenía en contra a todos”, dijo.

Maldonado agregó que, durante el trayecto para entregarse a la justicia, Pérez Hernández se encontró con una patrulla de la FNAMP y aduce que desconoce lo que pasó, sin embargo, la Policía Nacional informó, en su defensa, que Pérez Hernández había sido abatido al enfrentarse a disparos con los agentes de seguridad.

 

“El incidente se dio con elementos de la FNAMP en un enfrentamiento, lamentablemente salió una persona herida y falleció; desgraciadamente, en este incidente fallece la persona que se vio involucrada en los incidentes violentos en el marco de la final del futbol hondureño”, expuso Gustavo Sánchez, director de la Policía Nacional.

El supuesto enfrentamiento se suscitó en la colonia Juan Lindo, sector de los bordos, San Pedro Sula entre elementos de la FNAMP y miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13). La policía arguye que recibió información del lugar donde se encontraba Pérez Hernández, aduciendo que es un sector controlado por la estructura criminal MS-13, organización a la que aseguran, el fallecido, formaba parte y era conocido con el alias de “Palabrero”.

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Sin embargo, sus familiares contradicen la versión y afirman que los agentes ingresaron por la fuerza al domicilio, sin orden judicial, agrediéndolos y acabando con la vida del joven.

“Él no era miembro de la MS-13 y tampoco falleció en un enfrentamiento. Me hubiera dado más gusto verlo detenido, que pagara si cometió un delito, que verlo ahora como lo tengo, sin vida. Yo nunca me imaginé que estas cosas llegarían hasta este punto de llevarme el cuerpo de mi hermano”, declaró Paola Pérez, hermana del ahora difunto.

Jerry Pérez, uno de los 14 hermanos de Wilson, aseveró que su familiar iba a entregarse a las autoridades de derechos humanos en Tegucigalpa, pero antes fue interceptado por los agentes que “lo desviaron y lo mataron”.

“Todo lo que dicen es mentira porque nunca hubo un enfrentamiento, ellos vinieron a buscar documentos y él no estaba aquí. Vinieron a hacer tiros y me golpearon”, denunció Jerry.

Gustavo Sánchez, director de la Policía Nacional dijo que la inspectoría de esa institución de seguridad, la Dirección de Asuntos Disciplinarios Policiales (DIDAPOL) y la fiscalía se encuentran investigando los hechos para que quede esclarecido.

El abogado y defensor de derechos humanos, Edy Tábora, cuestionó que la Policía Nacional salga con comunicados queriendo justificar que el asesinato fue en el “uso legítimo de la fuerza”, versión que considera nadie creerá y la gran interrogante radica en, ¿quién va a investigar?

A juicio de la periodista de Radio Progreso, Sandra Maribel Sánchez, urge una investigación rigurosa científica que clarifique las circunstancias de esta muerte y que la investigación no sea realizada por la misma policía.

El congresista del oficialista Partido Libertad y Refundación (Libre), Jari Dixon Herrera, reprochó el asesinato contra el agresor policial que terminó siendo víctima de las ansias de venganza por un hecho de violencia durante un partido de fútbol.

“Terrible el asesinato del seguidor del Real España, creo que merecía un castigo por la justicia hondureña por lo que hizo, pero asesinarlo solo demuestra un alto nivel de salvajismo, debemos mejorar, ese tipo de cosas son inaceptables”, dijo el congresista.

La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, prometió que se realizará la investigación por parte de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) del Ministerio Público y resaltó que durante el supuesto enfrentamiento un policía estuvo a punto de morir.

“Policía de Honduras garantiza transparencia en la investigación de la muerte del joven Wilson Pérez ocurrida en enfrentamiento. La ATIC investiga los hechos, la autopsia con estudios toxicológicos y la escena son cruciales. Un joven policía estuvo cerca de morir, el chaleco salvó su vida”, manifestó.

Las actividades deportivas en Honduras se han visto empañadas por acciones violentas perpetradas en los estadios. El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos estima que de 2010 a la fecha se han registrado más de 100 muertes violentas producto de enfrentamientos entre barras.

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Según el informe Índice de Impunidad y Respuesta Institucional ante el abuso sexual infantil en Honduras de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), el 67% de los hondureños no confía en la Policía Nacional.

La policía de Honduras siempre ha estado en la mira por acciones criminales. El caso más reciente que involucra a miembros policiales en asesinatos es el de Keyla Martínez, una joven estudiante de enfermería que fue asesinada la madrugada del domingo 7 de febrero de 2021, dentro de una posta policial en la ciudad de La Esperanza, Intibucá. El caso, que inicialmente fue alegado por los policías como un suicidio, sigue en la impunidad, hasta el momento solo un policía ha sido enjuiciado.

Además, la Policía Nacional históricamente ha sido penetrada por estructuras criminales y actividades del narcotráfico, de hecho, varios de sus miembros han participado en asesinados extrajudiciales sin que los responsables enfrenten la justicia.

Un ejemplo de la podredumbre que salpica a esta institución es que el exdirector Juan Carlos “El Tigre” Bonilla se enfrenta a un juicio en Estados Unidos por delitos de narcotráfico al igual que el exmandatario Juan Orlando Hernández, quien instauró una estructura criminal en Honduras en la que la Policía Nacional y el “El Tigre” Bonilla fue pieza fundamental.

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Un comentario

  1. Dudó mucho que vayan a investigar y menos que enjuicien a un policía por la muerte de esa persona que se dejo llevar por la euforia del momento, claro que merecía un castigo pero no quitarle la vida,

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