El mensaje “La Policía no hizo justicia, la población tuvo que hacerla” fue exhibido por los habitantes de Cofradía luego de asesinar a un individuo acusado de robo, quien había sido liberado por las autoridades tras su arresto previo.
Tegucigalpa, Honduras.- En Honduras, la creciente desconfianza hacia las autoridades policiales y judiciales ha llevado a los ciudadanos a tomar medidas extremas frente a la impunidad de crímenes como robos y asesinatos. Recientemente, se ha notado un aumento en la disposición de los hondureños para enfrentar y capturar a aquellos que presuntamente han cometido estos actos delictivos.
Los incidentes más destacados han ocurrido en Tegucigalpa, la capital de Honduras, como en San Pedro Sula, la capital industrial ubicada en el departamento de Cortés, al norte de Honduras. En estos lugares, los ciudadanos enfurecidos han capturado a los supuestos criminales, atándolos para luego lincharlos con golpes, piedras y otros objetos.
Paralelamente, se han observado conflictos y altercados entre ciudadanos, frecuentemente causados por el estrés del tráfico, y que son registrados por las cámaras de seguridad del sistema 911.
Expertos en comportamiento social y psicología consultados por Criterio.hn atribuyen estas acciones violentas a un malestar generalizado en la sociedad. Según ellos, estas manifestaciones de violencia son el reflejo de una sociedad en convulsión, agobiada por problemas internos y sociales, en el que la violencia se ha convertido en el único medio de expresión y escape ante la frustración acumulada.
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HONDUREÑOS ESTÁN TOMANDO LA JUSTICIA EN SUS MANOS
Durante el año 2024, se han registrado varios incidentes en los que ciudadanos han tomado la justicia en sus propias manos, especialmente en casos de asaltos en el transporte urbano de la capital.
Un ejemplo de esto ocurrió el 18 de abril, cuando pasajeros de un autobús en la ruta López Arellano en San Pedro Sula, lincharon a un asaltante después que este le quitara la vida al ayudante del bus cuando este intentó evitar el robo.
En un incidente similar el 2 de marzo, también en San Pedro Sula, los ciudadanos mataron a un individuo conocido por amenazar y robar a los usuarios del transporte público.
Además, se reportó un caso parecido en la colonia Modelo de la capital de Honduras, en el que una persona fue asesinada a tiros tras cometer un robo.
Estos sucesos reflejan un patrón preocupante de violencia y justicia por mano propia, que se ha vuelto más frecuente en situaciones de inseguridad en el transporte público.
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DESCONFIANZA GENERALIZADA EN LAS AUTORIDADES
Juan Carlos Munguía, psiquiatra y máster en investigación científica del delito, señaló que los recientes actos violentos de los ciudadanos hondureños reflejan una profunda desconfianza en las instituciones encargadas de operar e impartir justicia.
«Hay una total desconfianza de parte de la población hacia las autoridades, quienes están recurriendo a acciones violentas que no tienen cabida en una sociedad civilizada», expresó Munguía a Criterio.hn
El especialista en comportamiento humano destacó que esas acciones se han vuelto cotidianas en Honduras, en que las expresiones de enojo y frustración se han normalizado, pasando de lo verbal a lo físico.
En ese sentido, enfatizó la importancia de implementar una política Nacional de Salud Mental que abarque el sistema educativo y de salud, trabajando en el tema desde temprana edad para prevenir las consecuencias en la adultez. Además, destacó el valor del apoyo a actividades artísticas o deportivas que ayudaran a canalizar emociones e impulsos
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CIUDADANOS CAPTURAN A DELINCUENTES
Ejemplos recientes muestran cómo algunos individuos han actuado de manera violenta contra presuntos delincuentes, llegando incluso al extremo de quitarles la vida.
El caso de Cristian Miranda en la zona de Cofradía, Francisco Morazán, es un trágico ejemplo de esta tendencia. A pesar de haber confesado su delito de robo, Miranda fue puesto en libertad por las autoridades, lo que provocó la ira de los pobladores que más tarde acabaron con su vida linchándolo.
La situación se vuelve aún más preocupante cuando se observan casos en los que ciudadanos simplemente capturan y atan a presuntos delincuentes, como ocurrió en el bulevar Los Próceres de la capital el pasado lunes 22 de abril.
Además de la violencia física, también se han registrado incidentes donde la frustración durante el tráfico desencadena acciones impulsivas y peligrosas. Un ejemplo es el caso de una ciudadana que, presuntamente agredida por un joven “limpiavidrios” , respondió sacando un arma de fuego.
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SOCIEDAD CONVULSIONADA
El psiquiatra Javier Uclés destacó que la sociedad hondureña refleja una acumulación de emociones como rabia, cólera, intolerancia y desencanto. Esta saturación emocional, junto con la falta de esperanza de mejoras, está llevando a muchas personas a optar también por abandonar el país.
Uclés señaló que la ausencia de respuestas visibles y la aparente falta de reacción por parte del gobierno prolongarán la situación, estimando que se necesitará un año y medio para que se resuelva, pero advirtió que aún queda mucho por hacer.
Es preciso mencionar que las autoridades de la Secretaría de Seguridad, se ha afanado diciendo que la tasa de homicidios se ha reducido en Honduras, no obstante, la percepción de miedo, violencia e inseguridad sigue latente en la sociedad hondureña.
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Periodista comprometida con Honduras, amante de los animales, las letras y la justicia. He escrito para medios nacionales e internacionales, creo fielmente que desde esta trinchera se puede incidir para lograr verdaderos cambios en favor de los sectores más vulnerables. Ver todas las entradas