Tegucigalpa.- Honduras enfrenta una nueva crisis política surgida en el Poder Legislativo al juramentarse dos Juntas Directivas para el periodo 2022 a 2026, luego que una veintena de diputados insurgentes del Partido Libertad y Refundación (Libre) rechazaran el acuerdo político de la presidenta electa Xiomara Castro.
El Congreso hondureño se mantiene fragmentado en dos bandos, el primero al mando del diputado disidente Jorge Cálix quien, con el respaldo de los diputados del Partido Nacional, algunos liberales y 15 diputados de su partido, obstruyó el pacto político de Castro y se erigió como presidente del Poder Legislativo careciendo de legalidad y legitimidad, según expertos.
De igual forma, el diputado del Partido Salvador de Honduras (PSH), Luis Redondo, fue nominado por Salvador Nasralla, quien declinó su aspiración a la presidencia de la república uniéndose a la planilla presidencial de Castro forjando así una alianza política de hecho que logró derrotar al conservador Partido Nacional, tras doce años de gobierno.
Tanto Castro como Nasralla pactaron que un diputado del PSH presidiría el Congreso Nacional, sin embargo, Cálix estropeó el acuerdo; aunque Cálix consiguió el respaldo de más diputados, no se respetó el procedimiento establecido en la ley, mientras que la elección de Redondo, aparte de contar con la venia de la presidenta de Honduras, incumplió algunos requisitos constitucionales, por lo tanto, también carece de legalidad.
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Ante las acciones de alzamiento de los diputados afines a Castro, las autoridades del Partido Libre determinaron expulsar a Jorge Cálix, Beatriz Valle, Marco Eliud Girón, Denis Chirinos, Francis Cabrera, Mario Enrique Cálix, Mario Portillo, Margie Dip, Melbi Ortiz, Rondald Panchamé, Ramon Soto, Samuel Madrid, Marco Tinoco, Edgardo Castro, Cristhian Hernández, Juan Ramón Flores, Sergio Castellanos, German Altamirano, Yahvé Sabillón y Wilmer Cruz, por ser considerados “traidores”.
LAS DESLEALTADES QUE HAN MARCADO LOS ÚLTIMOS PERIODOS EN EL CONGRESO NACIONAL
No es la primera vez que diputados de un mismo partido político se alzan contra las autoridades y las bases que los llevó a obtener el cargo. En los últimos tres periodos de gobierno, las deslealtades y los desertores ha sido un común denominador, especialmente en las instituciones políticas de reciente creación.
En marzo de 2016, el Partido Anticorrupción (PAC), al mando de Salvador Nasralla, expulsó a cuatro de sus diputados electos, mientras uno renunció luego de votar a favor de la elección de los actuales magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), afín al conservador Partido Nacional.
Tras siete intentos por escoger a los 15 magistrados del Poder Judicial para el periodo 2016-2023, los diputados del PAC se confabularon con el oficialismo logrando superar la mayoría calificada de 86 votos, por lo Nasralla procedió a la expulsión de Ana Joselina Fortín, Marlene Alvarenga, Liberato Madrid y Kritza Pérez, quien se unió a las filas del Partido Liberal.
En tanto, el diputado Jaime Villegas renunció a ser jefe de bancada del partido para unirse a las filas del Partido Nacional y evitar la verguenza de ser expulsado. Villegas logró ser reelecto para el periodo 2018-2022, pero en las pasadas elecciones no logró un tercer periodo consecutivo.
También, el Partido Liberal ha sido parte de deslealtades de sus diputados, a tal grado que en la actualidad esta institución política no ha podido consolidar posturas unánimes, por el contrario, se fraccionó en lo que llaman el “lado oscuro” y “los honestos”. El «lado oscuro» es liderado por Carlos Flores, ahora con el acompañamiento de Yani Rosenthal y «los honestos» en una pequeña proporción liderada por Luis Zelaya, quien hoy se encuentra marginado por los primeros.
En noviembre de 2018, las autoridades del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL) expulsaron a 17 de los 26 diputados rojiblancos al considerarlos en “rebeldía y deslealtad partidaria” al desobedecer la orden de cómo votar por las autoridades del Registro Nacional de las Personas (RNP).
La lista fue encabezada por Elvin Santos, Juan Carlos Elvir, Luis Enrique Fuentes, Ricardo Elencoff, Gloria Argentina Bonilla, Christiam Josué Hernández, Carlos Alfredo Lara, Mario Segura, Sobeyda Andino, Nery Orlando Reyes, Víctor Rolando Sabillón, Anibal Mauricio Murcia, Marlin Joel Pereza, Juan Carlos Ávila, Karla Medal Óscar Armando Martínez y Glessie Russel Benneth.
Cabe señalar que la decisión del CCEPL de expulsar a los congresistas fue declarada sin efecto por parte del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE).
En ese mismo año, al PAC, ahora al mando de Marlene Alvarenga, expulsó a su único diputado de ese periodo Osman Chávez, por no respaldar las decisiones de la Junta Directiva del Congreso Nacional presidida por Mauricio Oliva. Chávez se unió a las filas del PSH.
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Recientemente, tras las elecciones generales del 28 de noviembre, el conservador Partido Nacional sufrió una de las derrotas más arrolladoras en unas votaciones que evidenciaron divisiones al imponerse un fraude electoral en el nivel electivo de diputados que permitió a varios candidatos ser electos congresistas para el periodo 2022-2026.
Los diputados Renán Inestroza y Waleska Zelaya se alzaron contra las autoridades de su partido denunciando que una estructura poderosa, vinculada al crimen organizado, les impidió ser reelectos en el cargo. Esta denuncia los afectó frente al presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Kelvin Aguirre, representante de ese partido en el organismo electoral.
Ahora es el Partido Libre que enfrenta una crisis interna con repercusiones en la gobernabilidad que pudiera tener la presidenta electa, Xiomara Castro.
PARTIDOS POLÍTICOS SUPERADOS POR POSTURAS PERSONALES
En entrevista a Criterio.hn, el sociólogo Pablo Carías cuestiona que los partidos políticos en Honduras han sido superados por posturas individuales por encima de las partidarias, que han permitido consumarse acciones desleales a los intereses nacionales.
“El sistema político hondureño está en crisis y los partidos políticos han dejado de ser tribunos válidos para la representación popular. La representación política ha entrado en dificultades que se potencia con algunas debilidades que tiene que ver con la ética, moral, las lealtades. Hoy en día, esto se expresa en el seno del Congreso Nacional, que con facilidad se da el transfuguismo, esa deserción, ese traspaso de un diputado hacia otro partido”, indicó.
De igual manera, Carías considera que los partidos políticos, en su mayoría, no tienen vida partidaria, sus estatutos se vuelven demasiado permisibles y no hay una normativa que haga mantener una disciplina a sus militantes y sobre todo a sus diputados.
“Esta descomposición se traduce en eso, liderazgos individuales que no permiten un liderazgo colectivo. Se ha abandonado la dirección colectiva de las organizaciones partidarias y el abordaje de manera colectiva; todo eso abre causa a la descomposición y conflictos que hoy en día hemos vivido. Los partidos se convirtieron en maquinaria electorales pero perdieron la capacidad de gestionar los asuntos del Estado”, concluyó.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas