A pesar de su contribución vital a la economía y el hogar, las trabajadoras domésticas en Honduras enfrentan salarios bajos y falta de protección laboral, lo que las lleva a declararse en calamidad doméstica
La Red de Trabajadoras Domésticas Remuneradas exige a la Corte Suprema un fallo favorable para asegurar sus derechos laborales, mientras el país enfrenta una crisis de invisibilidad y explotación en este sector
Foto portada: Breidy Hernández
Tegucigalpa, Honduras. – «No tenemos seguro social, ni un salario mínimo, sólo queremos el reconocimiento de nuestros derechos», expresó Xiomara Argueta, trabajadora doméstica remunerada, quien ha dedicado su vida a este trabajo desde los 12 años.
Su testimonio resalta la invisibilidad y falta de protección que enfrentan miles de mujeres en Honduras que realizan labores domésticas, un sector que es fundamental para el funcionamiento del hogar y la economía, pero que a menudo es desvalorizado y excluido de los beneficios laborales básicos.
Las trabajadoras domésticas enfrentan una realidad alarmante, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ocho de cada diez se encuentran en la informalidad, con salarios que no superan el 50% del promedio de ingresos. Este trabajo, predominantemente feminizado, es considerado invisible y precarizado, sin acceso a la seguridad social; se estima que el 90% de estas trabajadoras están excluidas de estos sistemas.
En Honduras, las dificultades son aún más evidentes. Las trabajadoras domésticas enfrentan obstáculos como la falta de inspección laboral y mecanismos para la negociación colectiva, lo que las expone a explotación, discriminación y violencia. En este contexto, el acceso a la justicia se convierte en un derecho fundamental que sigue siendo negado.
A razón de estas históricas vulneraciones, la Red de Trabajadoras Domésticas Remuneradas de Honduras ha presentado dos amparos de Pronta Resolución ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ), con el objetivo de abordar la exclusión de este sector del salario mínimo y otros derechos laborales esenciales.
Kenia Oliva, abogada del Bufete Justicia para los Pueblos, abordó la situación crítica que enfrentan las trabajadoras domésticas en Honduras. A través de la presentación de los recursos ante la Sala de lo Constitucional, Oliva y su equipo buscan hacer frente ante la exclusión de estas trabajadoras de las leyes laborales fundamentales, como la Ley del Salario Mínimo y el Código del Trabajo.
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RECURSOS LEGALES EN DEFENSA DE DERECHOS LABORALES
Desde 2020, se han interpuesto acciones legales que cuestionan la legalidad de la exclusión de las trabajadoras domésticas del salario mínimo y otros
El segundo recurso se refiere al Decreto Ejecutivo 01-2021, emitido por la Secretaría de Estado en el Despacho del Trabajo y Seguridad Social, que estableció el salario mínimo para todos los trabajadores, pero dejó fuera a las trabajadoras domésticas.
En ese sentido, la abogada Kenia Oliva destacó que, a pesar de que el Ministerio Público ya ha emitido una opinión favorable sobre estos recursos, la Corte Suprema de Justicia aún no se ha pronunciado.
La falta de respuesta de la Corte Suprema de Justicia es alarmante, ya que evidencia una preocupante ausencia de perspectiva de género en sus decisiones, lo que contribuye a perpetuar la vulnerabilidad de un sector ya marginado. Kenia Oliva subrayó que «la Corte no tiene una perspectiva de género», lo que se traduce en una desatención a los derechos de las mujeres, especialmente en lo que respecta al acceso a trabajos dignos y justos.
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TRABAJADORAS SE DECLARAN EN CALAMIDAD DOMÉSTICA
La calamidad doméstica es una situación crítica que se refiere a la falta de condiciones adecuadas para el cuidado y bienestar de los miembros del hogar, especialmente en el contexto de las trabajadoras domésticas.
De acuerdo con la Red de Trabajadoras Doméstica, hay mujeres que reciben salarios entre los 2000 a 4000 lempiras al mes para quienes laboran con dormida en el lugar de trabajo, entre 200 y 300 para quienes laboran sólo por días, y han documentado casos en el departamento de la Paz que reciben hasta 40 lempiras por diario, a cambio de su trabajo. Con las bajas remuneraciones, las trabajadoras domestican se ven limitadas a cubrir con todas las necesidades básicas de ellas y de sus familias.
A razón de ello, Gabriela Pineda, coordinadora de la Red de Trabajadoras Domésticas Remuneradas, explicó a Criterio.hn que se han declarado en calamidad doméstica. “Con los bajos salarios no podemos mantener a nuestras familias, hay muchas, sino es que la mayoría que alquilan, eso hace más precario el salario”.
La declaración en calamidad implica que, si estas trabajadoras decidieran dejar sus empleos, muchas familias –a las que les trabajan— enfrentarían serias dificultades para gestionar sus responsabilidades diarias, como el cuidado de la niñez, personas mayores e incluso mascotas.
Por otro lado, Gabriela Pineda, hizo un llamado al Comité Económico y Social (CES) para que emita un fallo favorable sobre el Convenio 189 de la OIT, ya que actualmente se encuentra en esa instancia. Esto es crucial, pues una vez que el convenio cuente con el visto bueno de la SEDH, podrá seguir su curso natural hacia el Ejecutivo y finalmente ser remitido al Congreso Nacional para su ratificación.
La Red de Trabajadoras Domésticas Remuneradas, en su noveno aniversario reafirmó su compromiso por la dignificación del trabajo doméstico remunerado y la exigencia de acceso a la justicia.
La red surgió el 27 de septiembre de 2015, y ha sido fundamental en la organización y defensa de los derechos laborales de este sector, uno de los más vulnerables a nivel mundial.
