Trump se niega a aceptar su derrota

Torpeza y prepotencia imperial en las postrimerías de Donald Trump

Alianza

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

Paradoja, ¡aunque muere por incompetencia un millar de sus ciudadanos! cada día USA recupera el valor de su capital en la bolsa Y se avizoran allá grandes cambios. Me hago ilusiones, igual que todo el mundo, a sabiendas de que nada es seguro, el poder no es romántico y a nosotros no nos serviría el retorno a la normalidad. Aunque fuera por carambola, aquí podría despejarse la ecuación política, ¡si cambiará la política de Trump que puso a JOH, que lo adula en forma continua y lo mantiene ahí, porque le sirve! Y ojalá cambie, porque, si no, ¿estamos listos y servidos? No ha podido la crítica del parlamento contrarrestar el juego del poder presidencial.

Ha sufrido muchos reveses embarazosos. (El tratado con México sería la excepción.) Pese al golpe de suerte en Bolivia, al que Trump, le dio la más entusiasta bienvenida como una restauración de la democracia. Y ha trastabillado de fiasco en fiasco, como casi era previsible. A falta de una política integral, las travesuras y las obsesiones y medidas improvisadas para restaurar la hegemonía -en manos de fanáticos como J. Bolton y E. Abrahams- han fracasado. Derrochados millones inútilmente, para nombrar a un títere en Venezuela que es un hazmerreír global. Naufragaron aparatosamente un par aventuras, cuasi golpes y expediciones mercenarias. Y ha dañado la condición de sus poblaciones, pero para nada ha avanzado su concepto fácil de democracia en los países víctimas. No tiene esa política solución de continuidad, tampoco una oposición eficaz en la región. Donde por contraste con lo que hubo –efímeramente- a comienzos del milenio, EUA disfruta un balance de poder favorable.

¿Qué amenaza puede plantearle Cuba? Golpeada en lo económico por el Covid-19 porque tenía demasiados blanquillos en el canasto del turismo. Venezuela de rodillas frente al virus, porque sus revolucionarios dependían demasiado de la retórica antiimperialista, cuando se han desplomado los precios del crudo y expropiado sus reservas internacionales con maniobras sin precedente. Pero ¿tiene que entregarse a los aliados de Trump? Noombe. Y Ortega también ¿debe salir huyendo al exilio en China?

Total, a meses de la elección general que pudiera concluir el capítulo, ¿Trump dispone articular y darle importancia a lo que titula una política integrada para América Latina? Por primera vez.

¿Será? Un Consejero de Seguridad Nacional (igual que Claver Carone) Robert O´Brien ha viajado antier a presentar formalmente esa política, ante la audiencia amistosa de los aliados regionales en Panamá. (Reportándose de paso en Miami, para fines electorales, ante el enjambre -disculpen la claridad- de emigrados cubanos, venezolanos y colombianos.) Y resulta que la nueva política en la práctica sistematiza y en código diplomático conceptualiza en Cinco Pilares de la Visión de Trump, como parte de su visión global. En la práctica, cinco propósitos.

1, Fortalecer la seguridad de la nación, el homeland ¿amenazada? a saber ¿por la migración y los complots terroristas desde el Sur?

2, Promover el crecimiento económico, con signo ideológico claro

3, Promover la democracia y el estado de derecho, ¡como siempre!

4, Contrarrestar la influencia extranjera, de China, Rusia, Irán y UE

5, Fortalecer las alianzas con socios que tengan ideas afines, ¡wtevr!

No comulgo con ideología radical, pero, con una poquita de obligada malicia, salta a la vista la traducción vernácula. Promover regímenes que contengan a su gente y se abran a las inversiones norteamericanas. Para aprovechar la abundancia de recursos, garantizándole cabida a la injerencia y la seguridad jurídica de las empresas estadounidenses. Con una refundación de la Doctrina Monroe, de América para los americanos. Y articular una nueva alianza con los afines, que han sido los gobiernos de la derecha regional, sin condiciones.

¿Una traducción más específica?

  1. Fomentar relaciones bilaterales de mutua conveniencia contra la asociatividad de una Celac o UNASUR. 2. Crecimiento económico, pero no a base de fomentar seguridad alimentaria e industria local procesadora, las cajas rurales a las que quieren apoyar los europeos, si no con base a grandes proyectos de inversión como este, de las ciudades modelo. 3. Promover la democracia, pero ¡así como dice que hace Trump! ¡En Honduras o en Bolivia! Apoyando gobiernos autocráticos, represivos y carentes de legitimidad, que se declaran sus protegidos. Y asegurando el estado de derecho de las empresas, porque no le ha interesado para nada el estado de los derechos humanos, o las libertades políticas genuinas. 4. Rechazar toda influencia extracontinental, porque se supone que este es su patio trasero. Y 5. Armar una nueva alianza militar, como la que se dio, con el Plan Cóndor en los setentas y sus secuelas.

Interesante por lo que enfatiza y lo que deja afuera. ¡No habla de migración! Rigurosamente vista, esa nueva política integral ¡les traslada el control de los migrantes a sus países de origen y da la espalda a la declarada guerra contra el narcotráfico! A la vez que conduce sutilmente a una nueva Guerra Fría, ya no bipolar, si no multilateral, cuando hay nuevos actores para repeler. Y fría, pero que convenientemente podría calentarse en cualquier momento, si le hiciera falta un pretexto al Guasón del bucloso, para distraer la atención de sus dificultades internas, con menos costo del que tienen las más caras guerras lejanas, de las que no ha logrado estricarse. Llama la atención la coyuntura. ¿Por qué anunciar una nueva política regional a tres meses de la elección general que tiene todas las posibilidades de barrer con el Trumpismo? ¿Simplemente, para fintar latinos reaccionarios en las urnas? Dice que para seguir a Bush ¡en anticipación de su segundo periodo! ¿Y qué hará al respecto el Distrito Sur de NY? Trump sin embargo ¡ha conseguido el apoyo de una mayoría de países, no solo del servil de JOH, para votar de inmediato y contra precedente al nuevo presidente del BID!

¿Le va a entregar, antes de irse, la presidencia del BID –estratégica en el contexto de la economía pos-pandemia– a un amigo de la gusanera, contra la firme oposición de la Venezuela de verdad, Argentina, Chile, México y Costa Rica? Oponerse requeriría vetar la elección que no pueden detener. ¿Tiene ya América Latina la madurez para soslayar un lineamiento hegemónico? Es interesante. No estoy seguro. Como dice un dicho, nada es seguro hasta que sí.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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