Tegucigalpa.- A pocos días que se instaure el nuevo gobierno regido por la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, el exjefe de la Policía Nacional, Ramón Antonio Sabillón sería nombrado titular de la Secretaría de Seguridad.
Según los datos del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Honduras cerró el 2021 con un promedio de 40 homicidios por cada 100 mil habitantes, durante el año 3,645 hondureños fueron asesinados y apenad cuatro de cada 100 son investigados.
El Plan de Gobierno de Castro, en el punto 4, inciso 4.4, cuestiona las acciones del conservador Partido Nacional en militarizar la población, incrementar en más del 150% los presupuestos a entes de seguridad estatal son que se refleje una reducción de la criminalidad por lo que promete replantear el esquema y la estructura en materia de seguridad.
En ese sentido, el exjefe de la Policía Nacional quien se encontraba en el exilio en los Estados Unidos, Ramón Sabillón, retornó a Honduras el pasado 2 de enero y fue recibido por miembros de la Comisión de Transición quienes aseguran que será la presidenta quien confirmará el nombramiento como ministro de seguridad.
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REGRESO DEL EXILIO
El 20 de diciembre de 2013, Sabillón asumió como director de la Policía Nacional de Honduras bajo el gobierno del mandatario de Honduras Juan Orlando Hernández, ostentó el cargo por once meses. Sabillón fue nombrado en reemplazo de Juan Carlos “el Tigre” Bonilla, hoy acusado por los Estados Unidos de delitos relacionados con el narcotráfico.
Sabillón, capturó en poco tiempo a ocho poderosos narcotraficantes hondureños entre estos incluidos los hermanos Valle Valle y Don H que en la actualidad han mencionado a Hernández de ser parte de la estructura de la narcoactividad en el país centroamericano.
El 21 de junio de 2016, la Comisión Especial para el proceso de depuración de la Policía Nacional anunciaba la separación de dos generales por supuesta restructuración y uno por abandono, este último Sabillón.
En ese mismo año, el exjefe policial brindó declaraciones en el fenecido canal Globo Tv asegurando que Hernández recibió fuertes sumas de dinero proveniente de narcotraficantes no para financiar campañas políticas sino por ser parte de la narcoactividad.
Tras las capturas de los narcotraficantes y la entrega de informes al Ministerio Público (MP) en el que salpicaba a cúpulas de la clase política hondureña, Sabillón afirma que fue el motivo por el cual lo destituyeron del cargo en la institución policial que posteriormente le terminó costando investigaciones y acusaciones falsas.
El 22 de abril, Sabillón salió rumbo al punto fronterizo de Guasaule rumbo a Nicaragua, dos días después partió hacia Costa Rica pasando por la frontera de Peñas Blancas. Luego tomó un vuelo, el de abril, desde Costa Rica hacia el Estado de Houston en Estados Unidos para evitar ser perseguido y en el peor de los casos asesinado por el régimen de Hernández.
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LA PROMESA DE JUSTICIA Y SEGURIDAD
En conferencia de prensa, Sabillón junto a miembros de la Comisión de Transición y de la Comisión de Traspaso de Mando Presidencial, se pronunciaron sobre temas de delincuencia y criminalidad organizada prometiendo justicia y seguridad.
Sabillón afirmó que habrá investigaciones dentro de la Policía Nacional con base a hechos verificados y prometió que “nadie que haya infringido una normativa, mucho menos del crimen organizado, debe escapar de la justicia”.
“Si ha cometido el delito tiene que ser llevado a la justicia sin distingo de ninguna naturaleza”, agregó.
El exjefe policial aseguró que se pone a disposición de la presidenta Castro para ser ungido ministro de seguridad.
“Lo que ella decida, eso será mi aporte; si ella considera conveniente. Estoy identificado con la causa del pueblo, todos coincidimos que debe haber un cambio drástico en la seguridad de este país. Lo que ella decida, yo estoy en la disposición completa, mi decisión es apoyarla en lo que ella decida”, manifestó.
A criterio de Sabillón la Policía Nacional solo figura pero no hace nada contra el combate al crimen organizado y delincuencia al grado que las condiciones de los elementos policiales han sido minimizadas por lo que expresa convertirá a la policía en un gestor de seguridad que trabajará en conjunto con la comunidad.
