Qué ocurrió realmente en Beirut

¿Qué ocurrió realmente en Beirut la semana pasada?

Por: John Moran Robleda, MA

La explicación oficialista de lo que ocurrió en el puerto de Beirut la semana pasada, el 5 de agosto, es que la horrible serie de explosiones que mataron a cientos, hirieron a miles y dejaron a cientos de miles sin hogar fue un terrible accidente que se produjo debido a la incompetencia multifacética de los corruptos del Líbano. O al menos esa es la narrativa predominante en los medios internacionales. Si desean leer el oficialismo en full esplendor, lea el “New York Times”:

https://www.nytimes.com/2020/08/05/world/middleeast/beirut-explosion-ship.html?action=click&module=Top%20Stories&pgtype=Homepage

Lo laudable del New York Times es su trabajo de proveer los antecedentes y el historial previo a la tragedia. Pecan por lo que omiten. Veamos: Un barco arrendado por Rusia, pero con bandera de Moldavia, el “Rhosus”, que transportaba casi 3,000 toneladas de nitrato de amonio desde Batumi en Georgia a Mozambique para una compañía que producía explosivos comerciales tipo cuetes, y terminó inesperadamente en el puerto de Beirut en noviembre de 2013 debido a una fuga en el casco y problemas mecánicos. Luego fue incautado y bloqueado su salida debido a una supuesta falta de navegabilidad general, así como a su incapacidad para pagar las deudas en disputa y las tarifas de atraque. La peligrosa carga fue descargada y almacenada en el hangar número 12 en el puerto un año después. Después de varios conflictos con las autoridades libaneses, al capitán del barco y sus marinos les permitieron volar a casa en 2014, mientras que el propio “Rhosus”, vaciada de su carga, supuestamente se hundió en un rincón no utilizado del puerto en 2018. Tanto la tripulación como las autoridades portuarias eran conscientes de lo peligrosa que era la carga descargada, pero el gobierno libanés no hizo nada para solucionar el problema.

https://www.aljazeera.com/news/2020/08/officials-knew-danger-beirut-port-years-200805032416684.html

El medio Al Jazeera reveló que Shafik Merhi, director de la Autoridad de Aduanas Libanesa, escribió a los funcionarios del gobierno no menos de seis veces entre 2014 y 2017 solicitando que se tomaran medidas «urgentes» para asegurar los explosivos, pero no recibió respuesta.

La explosión devastó el puerto y se sintió hasta 120 millas de distancia en Chipre. Los silos de granos cerca de la explosión sufrieron graves daños, destruyendo aproximadamente el 80% del suministro de granos del país en un momento en que ya existe un hambre generalizada debido a una crisis económica – los problemas se han visto exacerbados por las sanciones impuestas unilateralmente por Estados Unidos y la intromisión israelí.

La narrativa de que la explosión había sido un accidente horrible fue ampliamente aceptada casi de inmediato, pero el presidente Donald Trump se apresuró a describirla como un ataque (bomba). Y que sus generales militares le dijeron que lo que sucedió en Beirut fue «un ataque» (una bomba). El presidente no «especuló» que se trataba de un ataque. Dijo claramente que sus generales se lo habían dicho. Entonces hay que preguntar ¿cui bono?

Trump no fue el único. Poco después de la explosión, un general del ejército libanés declaró que la explosión había sido causada por un dispositivo nuclear táctico destinado a derrocar al gobierno libanés y provocar una guerra civil con Hezbollah. De hecho, la fotografía aérea muestra un cráter enorme, de al menos varios cientos de metros de diámetro. Putin declaró que cualquier misil que se acerque a Rusia, de cualquier forma, iba ser considerado como nuclear y como una declaración de guerra.

Esta afirmación no puede eliminarse por completo del cálculo. Ni ser ignorada. Y tampoco se puede descartar la similitud de la «forma» extrañamente unificada y el efecto de hongo de la explosión principal de Beirut con una «explosión inexplicable» similar hace algunos meses en Siria. Y finalmente, está la pregunta: ¿Hubo tres explosiones?

O la devastación se debió a la negligencia culpable de las autoridades de seguridad portuaria, o fue un intento audaz de «explotar» audazmente la dinámica regional actual; remodelar narrativas y reformular radicalmente la geopolítica. Ambos son posibles.

La narrativa israelí

https://www.haaretz.com/world-news/.premium-beirut-blast-shockwaves-will-be-felt-by-hezbollah-for-a-long-time-1.9047044

es que la destrucción en Beirut hará que la población libanesa se levante contra Hezbollah y exigirá que sus municiones sean retiradas de los centros de población. Han motivado, vía sus agentes,  armar protestas al estilo que está sucediendo en Bielorrusia, pero sin pena ni gloria (no es casualidad que surjan estas protestas desde que se emitió ese comunicado).

¿Fue esta una iniciativa audaz de ‘¿False Flag” (eventos controlados y manipulados con fines siniestros) para cambiar el statu quo estratégico, escondiéndose debajo y utilizando una vulnerabilidad públicamente conocida en el puerto de Beirut – el almacenamiento de 2,700 kg de amonio nitrato – para destruir el posición estratégico de Hezbolá en la región y girar la política en una nueva dirección inesperada (favorable a Israel)? ¿O es un ejemplo más de la lasitud y venalidad de la élite libanesa, que se preocupa sólo por ellos mismos y nada por el bienestar de su pueblo?

O Ambos.

El comentario del presidente Trump después de la tragedia en Beirut causó que  millones no crean en la narrativa promovida a la velocidad de la luz por los medios oficialistas. “Truthers” (personas dedicadas a la verdad independiente de ideología) de ambos lados de espectro tomaron uso de sus medias alternativas para ir al grano – y la verdad.

Uno de ellos es intelectual francés Thierry Meyssan cuya fama es ser izquierda y anti imperialiasta y ha dedicado su vida contra el “Deep State”. Es bien conectado. Es tajante en su conclusión – que el primer ministro Magno israelí, Benjamín Netanyahu, autorizó un ataque contra un depósito de armas de Hezbollah utilizando una nueva arma que ha sido probada durante siete meses en Siria. No se sabe si el segundo primer ministro, Benny Gantz, dio su consentimiento.

Reitera que el puerto fue blanco desde que Netanyahu lo anuncio públicamente el lugar exacto designado en su discurso ante Naciones Unidas el 27 de septiembre de 2018.

Afirma con certeza que fue un misil con un componente nuclear táctico en su ojiva que provoca un hongo de humo característico de las armas nucleares. Dice que no es una bomba atómica en el sentido estratégico (y explica porque Putin hizo su comentario después del incidente).

Meyssan explica que esta bomba fue utilizada después de Siria en el Golfo Pérsico en el agua contra buques militares iraníes. En Beirut, esta es la primera vez que se utiliza en un entorno urbano, en un entorno particular que hacía que la ráfaga de aire y las vibraciones se reflejaran en el agua y las montañas.

Los medios internacionales fueron activados con sus guiones en la mano para encubrir su crimen y dar crédito a la idea de la explosión accidental de una reserva de fertilizantes. Ni Siria ni Irán se habían comunicado sobre esta arma para no desmoralizar a su población cuando fueron atacados y los partidos políticos libaneses actuaron igual, llegando de inmediato a un acuerdo de no decir nada.  Se abrió una investigación, no sobre la causa de la explosión, sino sobre la responsabilidad del personal del puerto por el almacenamiento del fertilizante presuntamente responsable de la explosión. Sin embargo, esta mentira pronto se volvió contra los partidos políticos y la ciudadanía lanzó protestas contra ellos.

Otro es Pepe Escobar quien es de la misma línea que Meyssan. Sus palabras sobre lo ocurrido en Líbano está aquí titulado “¿Quién se Beneficia de la tragedia en Beirut?”

https://asiatimes.com/2020/08/who-profits-from-the-beirut-blast/

La narrativa de que la explosión de Beirut fue una consecuencia exclusiva de la negligencia y la corrupción del actual gobierno libanés está realidad en el Occidente (el usa el término “Atlantista”). Y, sin embargo, profundizando, se ve que la negligencia y la corrupción pudieron haber sido explotadas por completo, vía el sabotaje, para diseñarlas.

Revela que un informe de la Agencia de Noticias “Mehr” de Irán que dice que cuatro aviones de observación de la Naval de los EE. UU. fueron avistados cerca de Beirut en el momento de las explosiones. ¿Está la inteligencia estadounidense al tanto de lo que realmente sucedió a lo largo del espectro de posibilidades?

Escobar revela que, ni el primer ministro ni el ,  ni ninguno de los ministros del gabinete libanes sabían que el nitrato de amonio estaba almacenado en el Hangar 12. Así lo confirma el exdiplomático iraní Amir Mousavi, director del Centro de Estudios Estratégicos y Relaciones Internacionales en Teherán. Revela que la burocracia en el puerto de Beirut y las mafias del bajo mundo que están realmente a cargo del puerto están estrechamente vinculadas, entre otras, con la facción al-Mostaqbal, que está dirigida por el ex primer ministro Saad al-Hariri, él mismo totalmente respaldado por la Casa de Saud. ¡Arabia Saudita!

Afirma que el nitrato de amonio es bastante estable, lo que lo convierte en uno de los explosivos más seguros utilizados en la minería. El fuego normalmente no lo enciende. Se vuelve altamente explosivo solo si está contaminado, por ejemplo, con aceite, o se calienta hasta un punto en el que sufre cambios químicos que producen una especie de capullo impermeable a su alrededor en el que el oxígeno puede acumularse hasta un nivel peligroso en el que una ignición puede causar una explosión. ¿Por qué, después de dormir en el Hangar 12 durante siete años, este montón de repente sintió ganas de explotar?

Los “Truthers” no de línea “Izquierda” también reiteran las opiniones y conclusiones de personas como Meyssan y Escobar como Jim Stone. Van más al grano. Israel el culpable. Esta es una excelente lectura:

http://themillenniumreport.com/2020/08/beirut-suffers-devastating-9-11-level-attack-who-did-it-and-why/

Se sabe que Israel tiene numerosos agentes de inteligencia operando en el Líbano, por lo que tiene los medios para ingresar al puerto y detonar un explosivo destinado a encender el nitrato de amonio o destruir las armas de Hezbollah, si es que existen. Eso evitaría tener que enviar un bombardero o un misil para hacer el trabajo, aunque algunos han afirmado que un vídeo del bombardeo muestra un misil entrante. Ni digamos la llamada “Doctrina Dahiya”, que lleva el nombre de un suburbio de Beirut que fue devastado por las Fuerzas de Defensa de Israel en 1982-3. Esta doctrina apoya el empleo de la máxima fuerza letal contra la población civil y la infraestructura para “darle una lección al enemigo» (y se está aplicando ahora en Gaza como “Operación Plomo Fundido”).

Declaran que la naturaleza de la onda de la explosión muestra claramente que se trataba de una explosión de precisión desde un solo dispositivo que no era nitrato de amonio. Las únicas explosiones registradas que ocurren con tal precisión que envían esferas perfectas de ese tamaño son las armas nucleares. Una gran cantidad de alto explosivo convencional juntado en una gran bomba probablemente también podría hacer esto, pero esto claramente no era fertilizante, que necesita combustible agregado antes de que pueda explotar, y mucho menos así. El nitrato de amonio es un oxidante y necesita que se agregue algo para oxidar antes de que explote. Si ese nitrato de amonio no se saturó de alguna manera con un par de miles de toneladas de Diesel para hacer posible esta explosión, algo más hizo esto.

Para concluir tenemos nada más que los tuits de los israelíes. Una serie de polémicos tuits publicados el 4 agosto

https://twitter.com/IsraeliPM/status/1290605716911337473?s=20

desde la cuenta oficial de Twitter de la oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, informan que Israel realizó dos ataques, aunque no especifican cuándo ni dónde. El “Time Stamp” (línea de tiempo grabado) no miente. Según Al Jazeera, la explosión inicial en la zona portuaria de Beirut ocurrió el 4 de agosto alrededor de las 6:00 PM hora local (15:00 GMT). Es decir, cuatro horas después de los tuits de la oficina de Benjamín Netanyahu.

Sin embargo, las palabras usadas son tan ambiguas que rozan lo siniestro. Pero si desean ver algo más siniestro vea la foto que utiliza para la columna. ¿Vea el “Good Bye” (Adios)? Fue puesto el día antes del evento. Y no en cualquier idioma tampoco.

Son psicópatas todos.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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