Por: Redacción CRITERIO.HN
Tegucigalpa. –Con el ritmo que se ha ido avanzando en el proceso de inmunización, Honduras tardaría hasta once años para lograr inmunizar a su población contra la COVID-19, establece una proyección de la Fundación Avina.
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El proceso de vacunación no ocurre de la misma manera en las diferentes regiones del mundo. ¿Por qué algunos países avanzan a gran velocidad y por qué algunos otros apenas están comenzando?, se pregunta la Fundación Avina, quien para hacer la proyección se nutrió de datos de Our World in Data y de la Universidad Johns Hopkins.
El análisis establece que, con el rito que ha ido el proceso de vacunación en Honduras, la cobertura total de la población se lograría en 569 semanas, es decir, once años.
Los datos refieren que Honduras alcanza a la fecha una tasa de cobertura de vacunación de apenas el 0.56 %.
La proyección señalada por la Fundación Avina se hizo con base a la donación de 53,000 dosis: 48,000 por parte del mecanismo COVAX y 5,000 del gobierno de Israel. No se incluyó los 3,000 hondureños que se estarían siendo inmunizados en las próximas horas y días con la compra de 6,000 dosis al Fondo Ruso de Inversión Directa.
Si se toma como dato válido los 7,000,000 millones de la población en edad de ser vacunada, la tasa de hondureños inmunizados hasta el momento sería de 0.38 % y no de 0.56 %.
La proyección de la Fundación Avina “sería catastrófico para Honduras”, dijo el neurólogo, científico y exdecano de la Facultad de Ciencias Médicas de Honduras, Marco Tulio Medina, quien condenó la ineficiencia del gobierno por no haber realizado las gestiones necesarias para comprar las vacunas con anticipación.
Los datos reafirman que Honduras está a la zaga en el continente americano y a nivel mundial, seguido únicamente por países de África.
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El análisis de datos de la Fundación Avina establecen que la inmunización más alta la ha obtenido Seychelles, un archipiélago de África Occidental con una tasa de inmunización de 67.5, seguido por Israel con 61.96 %, Maldivas 52.53 %, Emiratos Árabes Unidos 51.38, Reino Unido 48.66 y Malta 44.18 %.
El primer país con mayor cobertura en el proceso de inmunización en el continente americano es Chile que aparece en el séptimo lugar, seguido de Estados Unidos que ocupa el puesto número ocho y en el lugar doce Uruguay.
La adquisición de vacunas contra la COVID-19 es otro de los problemas que se ha generado en Honduras, en el marco de la pandemia, debido a la desidia del gobierno que no ha sido capaz de adquirir los fármacos.
Hasta la fecha han llegado menos de 60 mil dosis de diferentes casas farmacéuticas, de las que 53 mil fueron donadas (48,000 del mecanismo COVAX y 5.000 del Gobierno de Israel) y sólo 6 mil compradas al Gobierno de Rusia.
Lo anterior evidencia que el gobierno se abstuvo de contar únicamente con las dosis donadas, hecho que ha sido denunciado por diferentes sectores incluyendo al gremio médico y personal sanitario, quienes reclamaron a partir del último trimestre del año pasado que el gobierno no había hecho diligencias con las farmacéuticas para hacer las compras y asegurarse la dotación temprana y precios bajos.
En su presentación, la Fundación Avina señala estar trabajando para que la vacuna sea un bien público universal y manifiesta que espera que su espacio ayude a generar conciencia sobre ello. “Las grandes desigualdades nunca son justas, pero mucho menos cuando hay vidas en juego”.
Para el científico hondureño, Marco Tulio Medina, el gobierno de Honduras deberá hacer un replanteamiento en cuanto a la velocidad y número de vacunas que están llegando al país, porque “si seguimos a esta velocidad de vacunación nos tardaríamos once años”.
La vacuna se ha privatizado desde el momento en que el gobierno firmó un convenio con el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) para que este sector compre e importe las dosis a fin de vacunar a los trabajadores.
En las últimas dos semanas los empresarios han informado que están haciendo contactos con empresas farmacéuticas para importar las vacunas y atender a sus trabajadores porque no hay garantía que el gobierno lo haga de manera gratuita.
Medina es del criterio que las vacunas deben ser gratuitas y universales “porque si lo planteamos como si fuera un negocio para una persona, esto sería terrible porque el 70 por ciento de la población es pobre, el 30 por ciento es extremadamente pobre y no tendrían, entonces, acceso a la vacuna”.
El no contar con las vacunas, representa para el científico un riesgo sanitario y epidemiológico, porque las personas continuarán muriendo y se registrarán las nuevas variantes de la COVID-19. Asimismo, que el sistema de salud colapse y no se atiendan las otras enfermedades, así como la economía y con ello alteraciones sociales y emigración masiva.
“Realmente, si no tenemos la capacidad de vacunar a nuestra población, el problema conllevará a serios y gravísimos problemas para nuestro país”, vaticinó Medina.
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