Redacción: Viena Hernández
Tegucigalpa. La sociedad hondureña se percibe actualmente como agresiva, pesimista, inconstante, envuelta en una cultura violenta, dejando a la vista una inexistente salud mental, siendo a su vez el efecto de una sociedad abandonada a merced de la pobreza, la delincuencia, el miedo ante la inseguridad y la carencia de valores familiares bien fortalecidos.
Existen momentos que han marcado la historia de Honduras y pueden haber marcado un antes y un después en la salud mental, entre estos, resaltan el golpe de Estado de 2009 o el confinamiento por la entrada del covid-19 a mediados de marzo de 2020.
La psicóloga industrial, Fabiola Lagos, en conversación con Criterio.hn señaló que, existe una intolerancia social que nace cuando las personas ya están cansadas de la situación económica, el alto costo de la vida, las carencias, la falta de oportunidades, falta de acceso a la canasta básica, entre otros.
La presión y la preocupación es una constante en la vida diaria en respuesta a la falta de condiciones para llevar una vida sana, además, el deterioro mental se agiliza y lamentablemente las personas son menos resilientes actualmente. Parece el coctel perfecto para una carente salud mental, el desapego familiar, el mal uso de la tecnología y la inclinación por las drogas y el alcohol como un “escape” para encontrar la “tranquilidad”.
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La ansiedad, la depresión y el estrés son los trastornos más comunes en la sociedad hondureña, resaltó Lagos.
Según datos científicos compartidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el primer año de la pandemia covid-19, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%.
La OMS compartió que, en 2019, una de cada ocho personas en el mundo, es decir, lo que equivale a 970 millones de personas padecían un trastorno mental, siendo la ansiedad y los trastornos depresivos los más comunes.
Aunque existen opciones eficaces de prevención y tratamiento, la mayoría de las personas que padecen trastornos mentales no tienen acceso a una atención efectiva, a su vez pueden sufrir estigma, discriminación y violaciones de los derechos humanos.
Hay que destacar que 301 millones de personas sufrían un trastorno de ansiedad en 2019, entre ellos 58 millones de niños y adolescentes. Los trastornos de ansiedad se caracterizan por miedo y preocupación excesiva y por trastornos del comportamiento conexos.
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JÓVENES MÁS EXPUESTOS A TRASTORNOS PSICOLÓGICOS
Un aspecto curioso es que la generación milenio es la población que más está mostrando algún trastorno psicológico, desde temprana edad se encuentran con el desempleo y falta de oportunidades, cuando en muchos casos son el sustento del hogar.
La ansiedad no solo la presentan adultos, se han encontrado casos en niños hasta de tres años, es decir, ninguna edad está exenta a presentar este trastorno. Lagos también comentó que se percibe mucha tristeza y frustración relacionada al estrés en la juventud, estos pueden engendrar conductas autodestructivas y llegar a mutilación o infringirse dolor con objetos.
La generación “Y”, también conocida como generación del milenio o milénica, está formada por todos aquellos jóvenes que llegaron a su vida adulta con el cambio de siglo, es decir en el año 2000.
A esto se suma, la incidencia de quienes para una parte de la sociedad se han convertido en “ídolos”, cuyo mensaje, ya sea en música o en el contenido de algunas películas es de autodestrucción, comportamiento violento romantizado y normalizado, la mujer transformada en objeto y el hombre se muestra con odios, inclinación al crimen y lo ilícito, creando contenido vacío y alejado de la realidad.
La autodestrucción se manifiesta en varias escalas. Lagos, expresó que los índices de suicidio se han disparado y todavía existe renuencia a buscar ayuda psicológica. Aquí también incide la sociedad machista y patriarcal, la cual obliga a los hombres a guardar silencio ante los problemas, mientras que las mujeres comparten más su situación.
“No se están desahogando de manera adecuada las emociones, ni cultivando la resiliencia de vida que debemos tener todas las personas para afrontar la realidad, el dolor y avanzar de manera apropiada”, apuntó la especialista en psicología.
En el boletín especial número 86 sobre muertes por suicidio del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (ONV-UNAH), presentado en septiembre de 2021, compartieron que la autoaniquilación representa la cuarta causa de muerte en el país y desde el 2015 hasta el 2020, 2,274 personas se quitaron la vida.
Según las estadísticas, resaltaron que el 58.8% de los casos ocurren en zonas urbanas, específicamente en los departamentos de Francisco Morazán, que acumuló la mayor prevalencia, seguido de Cortés, Comayagua, Intibucá, Copán, El Paraíso y Choluteca.
Tan solo en el mes de enero de 2022, se reportaron 10 suicidios, agregó a esas estadísticas, la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas.
En muchas ocasiones, los hombres y las mujeres explotan ante la carga emocional, unos pueden optar por las drogas y el alcohol y otros en violencia, agrediendo a otras personas, de ahí también podría vincularse, en alguna medida, el alza de homicidios y de violencia en el país, razonó Lagos.
Es oportuno mencionar que los homicidios han aumentado en un 10% en el mes de abril, sobre todo por la ola de violencia que se desató en los departamentos de Colón, Olancho y El Paraíso, criminólogos coinciden que esto se debe a actividades de narcotráfico que realizan grupos del crimen organizado.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas