Prensa hondureña no es una prensa para denunciar, sino para callar: Víctor Meza

El periodista se autocensura para no incomodar al dueño y el dueño se autocensura para no incomodar al anunciante

Por: Redacción CRITERIO

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Tegucigalpa.- De acuerdo al sociólogo y analista nacional Víctor Meza, los medios de comunicación en Honduras no le dan la importancia debida al tema de la infiltración del narcotráfico en las esferas de gobierno por una sencilla razón: “la mayoría de los medios son tarifados y están comprados. No es una prensa para denunciar sino para callar”.

Agregó que,  “hay en Honduras un manto de periodismo de asistencia- el poder del dinero ha cooptado a un gremio que está llamado a ser el contrapoder en nuestra sociedad”.

Meza apuntó que, “cuando los periodistas dicen que son el cuarto poder, hablan de una utopía, no son el cuarto poder sino que son el espacio donde se reparte el poder”.

Recordó que hace unos años escribieron un libro junto a otros analistas e investigadores que se tituló “Prensa,  Poder y Democracia”, donde ya se denunciaba esta situación  y este es un proceso que se viene deteriorando y fortaleciendo desde varios años.

Hizo un recordatorio de la prensa de los años ochentas donde había una prensa valiente que denunciaba las desapariciones, denunciaba la presencia de la Contra nicaragüense, y el rol que Honduras jugaba como instrumento que Honduras jugaba como instrumento de la política de los Estados Unidos.

Pidió que se haga una comparación con la información que ofrecen ahora los medios de comunicación, sobre todo los escritos, pero también la Radio y la televisión no se quedan atrás.

Reconoció que hay medios como criterio.hn que garantizan lo que debería ser  el actuar de la prensa en Honduras. Y señaló que periodista que no es independiente no es periodista.

Consultado sobre quién es más responsable si el periodista que se autocensura o el dueño del medio que le impone la censura para mantener a su anunciante a lo que respondió que la censura es una combinación de dos factores: primero el periodista se autocensura para no incomodar al dueño y el dueño se autocensura para no incomodar al anunciante.

Cuando se da esta cadena de contravalores, esto desemboca en una prensa mediocre, se transforma en una prensa que no solamente no informa, sino que desinforma, acotó Meza.