Tegucigalpa. –Tras las declaraciones del gobernante Juan Hernández en las que afirmó que la isla Conejo pertenece al territorio hondureño y que dispone de las Fuerzas Armadas para defender la patria, “hasta con su propia vida”, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respondió de manera sarcástica.
La noche del martes, Hernández anunció que había aprobado el decreto Ejecutivo PCM 111-2021 con la supuesta intención de impulsar “la paz y el desarrollo” del Golfo de Fonseca y, en especial, ejercer soberanía en espacios marítimos y terrestres pertenecientes a Honduras.
Sobre Conejo existen dos teorías: para algunos expertos en geografía es una península porque es la extensión de tierra firma y para otros una isla porque al subir la marea, su único acceso es por vía marítima.
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En sus declaraciones con mensaje de confrontación, Hernández aseguró que como gobierno han cerrado filas ante cualquier amenaza y “no vamos a ceder en lo que es nuestro deber de defender la patria, Isla Conejo es territorio hondureño y punto”.
Para el analista, Raúl Pineda Alvarado, ese lenguaje bélico de Hernández resulta inoportuno, inadecuado, imprudente y peligroso en un momento donde lo que menos conviene a Honduras es un conflicto con los países vecinos porque al mencionar que ejercerá soberanía en el Golfo de Fonseca se le está olvidando que, sobre este punto geográfico, también hay derechos que le corresponden a El Salvador y Nicaragua.
«Ante la existencia de voces disonantes que surgen más allá de nuestras fronteras, estamos enviando al Congreso Nacional un decreto para reafirmar nuestra soberanía y la extensión de nuestro territorio apegado a la sentencia», dijo Hernández en alusión al laudo de la Corte Internacional de Justicia, de 1992.
Entrevistado por Criterio.hn, Pineda Alvarado concluye que Hernández podría expresarse en esos términos por tres razones: porque está fallando en su análisis o tiene algún interés inconfesable para mejorar su imagen como patriota y defensor de la soberanía nacional o generar un ambiente de crispación y guerrerista en la sociedad hondureña para que se conjugue y se concentre alrededor de su persona, pero advirtió que esto último no pasará.
Según Hernández, el decreto contempla declarar prioridad nacional al Golfo de Fonseca y unir el puerto de Amapala con tierra firme y la ampliación de la carretera para desarrollar el corredor logístico.
Pineda Alvarado considera también como acto de cinismo que Hernández hable de defender la soberanía después de haber propiciado las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE).
El Decreto Ejecutivo detalla que se defenderá la soberanía de las islas: Conejo, Garrobo, Ramaditas, Frijol, Grande, Chocolatío, Chocolate, Santa Elena, Tigrito, Zacatío, Zacate Grande, El Tigre, El Pacar, Comandante, de La Vaca, Las Almejas, de Pájaros, La Boca Del Toro, Exposición, El Coyote, Violín, Inglesera, Sirena y Los Matones.
Además, detalla que se enviará a la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU), a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
Sobre Conejo existen dos teorías: para algunos expertos en geografía es una península porque es la extensión de tierra firme y para otros una isla porque al subir la marea, su único acceso es por vía marítima.
“Reafirmarnos nuestra vocación pacifista, pero tenemos todo el derecho de defender nuestra soberanía y la seguridad del pueblo. No vamos a ceder ni dudar en lo que es nuestro sagrado deber de defender la patria”, dijo Hernández.
Minutos después y de manera sarcástica, el presidente salvadoreño, a través de su cuenta de Twitter y con una publicación de un meme, le recomendó a Hernández que se tranquilice y se coma un chocolate de una marca famosa, que en sus espacios publicitarios se promociona como un producto para calmar el hambre y la ansiedad.
Localmente salió al paso el ex precandidato del Partido Liberal, Luis Zelaya, quien en sus redes sociales acusó a Hernández de delincuente y de estar jugando con fuego. También de estar desesperado y ser capaz de llevar a Honduras a un conflicto bélico.
Zelaya pidió a Bukele no seguirle el juego “a este tipo que lo único que busca es eludir la justicia norteamericana”.
En 1969 Honduras y El Salvador sostuvieron un conflicto bélico que de manera mal intencionada se le llamó la “guerra del fútbol” porque se desató casualmente cuando ambas naciones disputaban la clasificación del Mundial del Fútbol, México 70. Aunque la intención de los gobiernos de ambos países era echar abajo el Mercado Común Centroamericano y consolidar las dictaduras militares de ambos países.
Hernández y Bukele tienen muchas cosas en común, como el interés por el bitcoin, perpetuarse en el poder y negocios ocultos con dinero procedente de la petrolera estatal venezolana, PDVSA, según una investigación de Infobae, sin embargo, en público y redes sociales aparenten ser enemigos y rivales.
Las posturas encontradas de los gobernantes, publicitadas en las últimas horas, no han cobrado notoriedad hasta el momento.
A juicio de Pineda Alvarado, tanto Hernández como Bukele son autoritarios, con la diferencia que el primero no tiene el apoyo de su pueblo, contrario al segundo que es aclamado por más del 60 % de la población.
“Bukele surgió como Chávez en Venezuela, con un liderazgo que surge por el deterioro institucional y de la corrupción de los modelos tradicionales de poder y Juan Hernández, surge de otra cosa, no hay comparación entre los dos, aunque hagan las mismas cosas o cosas que se parezcan mucho”, reflexionó el analista
