Redacción: Marcia Perdomo
En el Día Nacional del Detenido Desaparecido, Gabriela Jiménez García presentó ante el Ministerio Público una denuncia por la desaparición forzada de su esposo Eduardo Aníbal Blanco, desaparecido en noviembre de 1981.
Tegucigalpa.- La desaparición forzada no es nueva en Honduras, fue política pública clandestina entre finales de las décadas de los 70 e inicios de los 90, bajo la doctrina de seguridad nacional.
El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh) registra al menos 184 casos de desapariciones forzadas en ese periodo de tiempo, remarcando que a estas se suman decenas de desapariciones que nunca fueron reportadas, según detalló la organización en su informe de 2018 al Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas.
En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que coincide con el Día Nacional del Detenido Desaparecido, Gabriela Jiménez García presentó ante el Ministerio Público una denuncia por la desaparición forzada de su esposo Eduardo Aníbal Blanco, ciudadano costarricense y entonces estudiante de la carrera de sociología de la Universidad de Costa Rica, desaparecido en noviembre de 1981.
La denuncia fue interpuesta ante el Fiscal Especial de los Derechos Humanos, Ricardo Matute y la segunda en jefe de esta oficina, Gabriela Matute.
Los familiares de Blanco fueron acompañados por la coordinadora del Cofadeh, Berta Oliva; la representante de la Oficina en Honduras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh), Isabel Albaladejo; el embajador de Costa Rica en Honduras, Mauricio Herrera Ulloa; y la Regional Latinoamericana de la UITA (Rel-UITA).
Oliva señaló que se interpuso la denuncia con el acompañamiento de estas instituciones y una delegación diplomática porque: “Nosotros en estos temas de las desapariciones forzadas, porque hemos sido víctimas tantos años, no les confiamos ni un tantito, aunque nos digan buenas cosas, al Estado que ha sido incapaz de dar respuesta como lo demanda y como lo demandamos los familiares de las víctimas».
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Eduardo Aníbal Blanco, es uno de los siete ciudadanos costarricenses desaparecidos en la década de los 80 en Honduras, indicó la coordinadora del Cofadeh, Berta Oliva.
“El Estado de Costa Rica no olvida a ninguno de sus ciudadanos. Vamos a seguir buscando hasta obtener justicia, hasta obtener verdad, hasta saber dónde está él [Eduardo Aníbal Blanco], hasta ayudar a su familia a que él regrese y que repose en paz en nuestro país”, dijo el embajador de Costa Rica en Honduras.
A la denuncia presentada por la desaparición forzada de Eduardo Aníbal Blanco, se le adjuntó un escrito de familiares de desaparecidos pidiendo la reactivación de la búsqueda de la verdad, justicia, reparación y no repetición.
Familiares de las víctimas de desapariciones forzadas en la década de los ochentas, cuyos casos continúan en la impunidad, acompañaron el proceso y declararon que 40 años después siguen buscando a su seres queridos y no los olvidan.
Honduras tiene un largo y trágico recorrido en desapariciones forzadas, el Estado ha sido condenado en al menos tres ocasiones ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos por las desapariciones forzadas de Ángel Manfredo Velásquez Rodríguez en septiembre de 1981, Saúl Godínez Cruz en julio de 1982 y Juan Humberto Sánchez en julio de 1992.
En la segunda edición del libro compilación, Las sentencias de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos sobre Honduras, se establece: “Durante la década de los 80 y hasta inicios de los 90, en Honduras existía un patrón de desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales cometidas por las fuerzas militares”.