La batalla por la justicia

La tercera es la vencida o Nasralla, otra vez candidato

 

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

                                           a mis compañeros de PATRIA y a Leticia

Yo tengo claro que no se hizo lo necesario. Por una opción real de triunfo. Lo que convenía al país. Y que va a ser muy difícil dividiendo por partes iguales, el 70% de la población que adversa al régimen, sacar del poder al juanorlandismo que -a base de clientela, manipulación mediática y apoyo externo- mantiene un 25% de simpatías, y la férrea voluntad de un fraude. Todavía no entiendo por completo lo que pasó y quiénes son responsables.

La honradez de mi crónica no exige que sea neutro, solamente que ubique al lector en mi subjetividad. Yo soy LIBRE. Aunque no hubiera rechazado que él se uniera a mi Partido, declaró desde un inicio que no lo haría. Y aunque tampoco hubiera querido hacer una alusión personal, sería insincero y liviano dejar de confesar que el voto por Nasralla me da nervio, y pena ajena, por la volubilidad que supone de un elector capaz de creer casi cualquier cosa, falto de sentido crítico, y un saber descriteriado.

Déjenme explicar primero todo lo positivo. No miro la televisión así que no podré ponderar sus dotes de presentador. Puede ser inverosímil, pero me consta -pues fui observador de la elección- que Salvador Nasralla ganó la ciudad de San Pedro Sula, la alcaldía, y por supuesto una mayoría de diputados de nuestro Departamento en 2013. Por deformación colectiva del electorado local, que atribuyo al exceso del fundamentalismo, del fútbol y televisión, a las toxinas de la mucha comida rápida y quizás la mala calidad del agua que consume, acaso despojada, en su procesamiento, de minerales necesarios, con que también se explicarían otros desvaríos. Fue una sorpresa, del outsider, del inocente supuestamente impoluto. Estuve ahí cuando contaban los votos y se emitían las actas. Lo vi.[1]Y él no tuvo toda la culpa de que su candidato a alcalde se vendiera. O que el PN le quitara posiciones, en contubernio con malos liberales. Volvió a ganar, de manera contundente cuando LIBRE estaba a cargo de La Alianza, y le tuvieron que respetar los votos contra Juan O. Hernández en 2017. Es decir que ¡sostuvo la marca! Pero Salvador no pudo defender el triunfo que le entregó LIBRE. ¿Esta vez sí tiene el visto bueno para prevalecer con los votos que garantizan Doris, Olban, Guillermo y León? ¿Quién quiere ir al Parlacen?

A veces hace cosas astutas: por ejemplo –antier- renunció, para, ayer, declararse paladín de dos Partidos. Declamar que no concurriría a las elecciones, que no iría a la Alianza con PINU, cuya candidata negociaba con Xiomara todavía, ni iría a las urnas como candidato de su propio Partido, sin la seguridad de tener un representante en cada mesa, como quedó claro que tendrán, según la nueva ley, solamente los partidos que asisten a elecciones internas. Ese desplante sirvió para estar en la palestra de los noticieros antier y ayer, y mantener un suspenso sin hacer nada, y para llegar aquí, aclamado por sus simpatizantes llorosos.

Solo un par de días antes, según ha confiado a sus amigos, el exdiputado, exministro, ex alcalde y concejal-de-la-cota, Marlon Lara, andaba solicitándole al Dr. Salvador Moncada que lo acompañara en la fórmula, aunque ¡conservando Nasralla la cabeza! Y es que debe ser dificilísimo, le bromeo a mi amigo, vivir toda una vida con ese nombre. Imagínatelo, desde niño, a tu madre, primero susurrando, luego llamándote Salvador ven a la mesa, tienes que ayudar, Salvador para aquí y para allá, al maestro encomiándolo, te felicito Salvador, a la primera novia preguntándole ¿Cómo debo llamarte amor? ¿Qué le dice? Habría que hacer una concesión, perdonarle un poco quien cruelmente lo acusa de megalómano, fatuo dice el diccionario, vanidoso, jactancioso, presuntuoso, presumido. Ud. no, digo, Dr. ¡aquel!

¿Cómo justifica, dejar –pudiendo- de salvar a la nación, renuncie? Pues solo unos pocos le creímos. ¡Como cuando primero dijo que había que defender el triunfo en 2017 y, luego de más de una veintena de mártires, vino a decir que dejáramos pasar las rastras, quitáramos las barricadas, dejáramos las calles incendiadas y nos fuéramos a nuestras casas porque todo iba a estar bien, como dice Cali, y la OEA resolvería todo!

Tampoco ha sido fiel a la verdad, Salvador, al declarar falsamente que nuestro Foro organizado por PATRIA, hace un mes, para animar la unidad necesaria, y al cual él asistió virtualmente en silencio, se había organizado para apoyar su candidatura, según declaró a M.A. como afirma al día siguiente La Tribuna. Y entonces ¿Cómo escapar a la apreciación de que también es al menos inconstante, mentiroso o embustero?

Nada es imposible al final, pero no, las encuestas no dicen -como dice Salvador ayer que dicen- que sea el tercero en intención de voto, porque es el cuarto, con casi 7%, proporción, digamos siendo objetivos, poco prometedora. Pero es que él asegura que es el más popular, que tiene un 60% de votos comprometidos, que no necesita de alianza alguna para derrotar al Partido Nacional, como le acabo escuchar repetir, con desfachatez delirante. ¿Se siente obligado a proyectar esa clase de optimismo ante la adversidad? o ¿Cómo dicen que es muy valiente, sus admiradores, no le hace falta la verdad para vencer a la realidad? No sé. Pero no estoy de acuerdo con los analistas que afirman que su renuncia beneficia a LIBRE y ¿su lanzamiento lo perjudica? PINU tiene unos pocos votos de oposición, si.  El 7% no gana, pero claro que puede servir para derrotar a un tercero. ¿Pero cuál?

Porque veamos quiénes son los electores que le quedan a Salvita. Han de ser en primer término gente muy conservadora, puesto que Nasralla -el mismo que se calzaba la gorrita con estrella roja de Juancito Barahona- ha declarado, repetidamente que él es un admirador de Pinochet, que no hará una alianza con LIBRE porque hacerlo fue un error, porque LIBRE es de izquierda y los estadounidenses, que son los que ponen a los presidentes en Honduras, no lo dejarán ganar. A mí nadie me ha contado Lo he escuchado de viva voz, de la misma boca amplia del Ingeniero. Y la muchedumbre con conciencia del dilema social no podría votar por él, como tampoco la gente dolida con la coacción del yanqui.

Cuando enfoco al grupo de gente que me confiesa ser nasralista, veo un conjunto con poca información y menos comprensión de lo político real, un grupo que padece el conservadurismo del estómago o la mala conciencia de ambición de clase media sin cauce, mucha gente que se ha desprendido del Partido Nacional y de la Democracia Cristiana. Y parece lógico que se sienta atraído ese grupo al PINU, que aquí luce ultraconservador, en vez de social demócrata. Y entonces, en vez de ser Salvador el divisor de la oposición (¿Quién lo extraña?) lo es del conservadurismo. ¡Y de repente habrá que agradecer a Salvita que nos salve de Nasry!

[1] Así lo informé a la autoridad central de mi Partido a las 9 de la noche el día de la elección, aunque no gustó. Fue un fenómeno fascistoide sampedrano, único, particular, que no se produjo en otro lado.

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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3 comentarios

  1. Viejo pndjo vendido…la línea es atacar a Nasrrala por que le temen. Fuera corruptos y a todos los topará la cicih, incluyendo a esos que fueron ministros como usted.. TIC TAC, TIC TAC.

  2. Tu análisis Dr., es tu punto de vista y nada más. Libre con mucho dolor va pá bajo. Cera el billete de la deuda política ni con razón. Sus diputados por unanimidad apoyaron ese adefesio que su añejo Coordinador aplaudió.
    Libre fue esperanza popular, hoy convertido cualquier cachorro callejero ccn sarna que nadie quiere unirse, por ahora sólo los cuestionados del lado oscuro del PL. Qué decir?

    1. Nasralla es el bufón de la Corte, que sirve de escudo, para obstaculizar el triunfo de Libre, pero al final, es un marioneta más de Joh u su pandilla