Tegucigalpa, Honduras.- El décimo testigo presentado por la Fiscalía, Fabio Lobo, testificó este jueves contra el expresidente Juan Orlando Hernández, acusado por tres cargos de narcotráfico ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, aseguró haberse asociado con Hernández en el narcotráfico desde 2009.
Lobo, quien actualmente negocia una reducción a su condena de 24 años por cargos de narcotráfico, con una mirada desafiante según periodistas presentes en el juicio, confesó haber sido cercano a Hernández y haberlo sobornado dos veces.
«Lo conocí en 2002. Fue una relación muy cercana con él, sumamente personal. [Lo soborné] dos veces, por su campaña para presidente», dijo Lobo bajo juramento ante la Fiscalía, el juez Kevin Castel y el jurado.
Seguidamente, manifestó haber iniciado a hablar acerca de narcotráfico con Juan Orlando Hernández en 2009 y haber tenido conocimiento de sobornos proporcionados por el cártel de Sinaloa. Hernández lo calificó como «un aporte de unas personas de Sinaloa», agregó Lobo.
Documentos de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, a los que ha accedido Criterio.hn, precisan que en 2009, Fabio Lobo, identificado como CW-3, participó en una cena en Tegucigalpa junto a Juan Orlando Hernández, Juan Antonio «Tony» Hernández y el narcotraficante colombiano «El Cinco».
Durante la reunión, discutieron sobre quién asumiría los costos relacionados con un avión recientemente incautado en Roatán, Islas de la Bahía, en el Caribe hondureño. Juan Orlando Hernández, de manera astuta, le informó a Lobo que recibiría una llamada solicitando su ayuda en los próximos días.
Lobo, con influencia en el Poder Judicial y siendo hijo del expresidente del Congreso Nacional en ese momento, esperaba esa llamada.
La llamada llegó de Pablo Amílcar Leva Cabrera, alias «El Sentado», un narcotraficante. Durante una reunión privada, Leva Cabrera reveló que el avión incautado transportaba cocaína perteneciente a Juan Orlando, «Tony» Hernández y otros narcotraficantes, proveniente de Colombia.
A pesar de su influencia, Fabio Lobo no pudo intervenir en el asunto del avión incautado. Posteriormente, informó a Juan Orlando Hernández sobre la situación, revelándole que las autoridades ya sabían sobre la carga de cocaína en la aeronave. Con resignación, Hernández solicitó discreción.
Lobo, quien fue juez penal antes de convertirse en narcotraficante, también admitió que su padre, el expresidente Porfirio Lobo Sosa, estuvo involucrado en discusiones acerca de lavado de dinero con Los Cachiros y que, además de ello, recibió sobornos.
Entre 2010 y 2013, el exdirector del Fondo Vial, Hugo Alfredo Ardón Soriano, hermano del narcotraficante Alexander Ardón, y el exsecretario de Infraestructura y Transporte, Miguel Pastor, otorgaron contratos a la empresa Inrimar, propiedad de los hermanos Devis Leonel y Javier Eriberto Rivera Maradiaga, para facilitar el lavado de dinero derivado del narcotráfico.
¿JOH ORDENÓ ELIMINAR A ‘PORKY’?
Durante el octavo día del juicio contra Juan Orlando Hernández, también testificó el agente «Daniel McNamara», de la Unidad de Investigaciones Bilaterales en el Hemisferio Occidental, quien vinculó al expresidente con actividades de lavado de dinero y tráfico de armas, presentando pruebas electrónicas y mensajes que sugerían la participación del expresidente hondureño en actividades ilegales.
Las fotografías de armas provenientes del iCloud de Geovanny Fuentes, narcotraficante asociado a Hernández por la Fiscalía y sentenciado a cadena perpetua en 2022, con referencias directas a «Juancho», uno de los apodos de Juan Orlando Hernández, respaldaron las acusaciones de la Fiscalía.
Un día atrás, el exlíder del clan Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, proporcionó información que vinculan a Geovanny Fuentes con la Mara Salvatrucha (MS-13), y también se refirió a la cercanía de Fuentes con Alexander Mendoza, alias «Porky», uno de los líderes de la MS-13.
Durante el interrogatorio, «Daniel McNamara» indicó que dentro del teléfono de Geovanny Fuentes se identificaron conversaciones con «Porky», quien le manifestó que el expresidente Juan Orlando Hernández asignó un equipo élite para asesinarlo «antes de que se convirtiera en un inconveniente si los estadounidenses lo arrestaban y lo extraditaban».
En el juicio contra Fuentes, Juan Orlando Hernández fue calificado por la Fiscalía como coconspirador (CW4) y señalado de haber blindado a Geovanny Fuentes, socio de Juan Antonio “Tony” Hernández, de balas y la extradición.
El 13 de febrero de 2020, cuando comparecía en una audiencia en los juzgados de El Progreso, Yoro, un convoy de al menos 25 hombres fuertemente armados y con uniformes de la extinta Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP), dispararon contra agentes que custodiaban a «Porky» y se lo llevaron a la fuerza.
Aunque la versión oficial apunta a una fuga, es incierto el paradero de Alexander Mendoza, ahora vinculado a Geovanny Fuentes y Juan Orlando Hernández ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
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Este jueves, «Andrea Santos», quien fue pareja sentimental de «Porky» hasta 2014, testificó haber sido testigo de una conversación telefónica entre su expareja y el exdirector de la Policía Nacional, Juan Carlos «Tigre» Bonilla.
Según atestiguó, Bonilla y «Porky» hablaron sobre provisión de armas por parte del exjerarca policial y otros tratos entre la Policía Nacional y la MS-13.
Bonilla, quien forma parte de la misma conspiración del expresidente Juan Orlando Hernández, se declaró culpable por los cargos de narcotráfico que se le imputan.
‘CACHIRO’ SALPLICA A LA CLASE POLÍTICA
En las primeras horas de este jueves, el antiguo líder del clan Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, quien concluyó su testificación, confesó que su entrega a la justicia de Estados Unidos no derivó de la presión ejercida por el expresidente Juan Orlando Hernández, a quien el miércoles calificó de colaborador y socio suyo en el narcotráfico.
Rivera Maradiaga también testificó haber pagado entre 100,000 y 200,000 dólares al actual secretario del Congreso Nacional, Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta Xiomara Castro, y de 200,000 a 250,000 dólares al actual diputado del Partido Liberal, Mauricio Villeda, como sobornos.
Las declaraciones se generaron durante el contrainterrogatorio de la defensa de Juan Orlando Hernández, que intentó, a modo de estrategia, evidenciar que en Honduras es común que políticos reciban financiamiento de narcotraficantes.
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