Tegucigalpa, Honduras.- Aunque los cuerpos de seguridad del país continúen alardeando la reducción de homicidios, mayor decomiso de armas de fuego, incremento en allanamientos de vividas, resultados obtenidos en el marco del estado de excepción, la percepción de criminalidad continuará en alza por la inefectividad que han tenido estas estrategias.
Precisamente, la Policía Nacional celebró este viernes 5 de julio que el día anterior no se registrara ningún homicidio en todo el territorio nacional, lo cual podría atribuirse a las estrategias en seguridad implementadas por el gobierno de la presidenta hondureña Xiomara Castro.
Sin embargo, este hecho ocurre en medio de un aumento crítico de la criminalidad. En la zona norte del país, por ejemplo, hay 25 personas secuestradas debido a disputas entre grupos de narcotráfico que presuntamente incluyen a expolicías y exmilitares, un aspecto aún por esclarecer por parte de las autoridades de investigación.
Además, aunque durante 2023 y lo que va de 2024 se han realizado más allanamientos de viviendas de criminales comparado con años anteriores, gracias a las facultades otorgadas por el estado de excepción a los cuerpos de seguridad pública, también se han reportado casos como el asesinato de cinco jóvenes que alquilaban una vivienda en la colonia Mirador de Oriente, en la capital, la cual era objeto de interés por parte de pandilleros del Barrio 18.
Además de estos antecedentes delictivos, que continúan siendo investigados y que han llevado a la captura de algunos supuestos implicados enfrentando procesos judiciales, la subsecretaria de Seguridad, Julissa Villanueva, admitió que la Policía Nacional enfrenta varias debilidades, incluyendo la infiltración criminal y una capacidad limitada de investigación.
Por discrepar y denunciar actos irregulares que se cometen dentro de la Policía Nacional, la subsecretaria de Seguridad, Julissa Villanueva, ha sido víctima de amenazas de muerte que han provocado que huya del país. (Fotografía: Horacio Lorca)
En resumen, aunque Honduras ha experimentado una reducción en los homicidios y se han registrado más allanamientos, capturas, decomisos de drogas y armas, la criminalidad ha alcanzado niveles que están generando dudas en la sociedad sobre las autoridades y sus estrategias.
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CRIMINALDAD OPACA RESULTADOS EN SEGURIDAD
Para Andrés Pavón, expresidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), aunque los datos que expongan las autoridades policiales reflejen la disminución en la violencia obtenida durante el estado de excepción, estos son opacados por la percepción elevada de la criminalidad que tiene la población debido a los hechos delictivos que continúan registrándose.
“Ahora, en este umbral de crisis, lo que está pasando son factores de percepción, ya no son factores de combate directo al crimen. ¿Cuáles son los factores de percepción que la gente está creyendo que está sucediendo en la calle? Miedo y temor, que es lo que estamos viviendo actualmente por los hechos violentos registrados”, opinó Pavón en un foro televisivo.
Explicó que, aunque la tendencia de homicidios por cada 100 mil habitantes esté disminuyendo, la percepción de criminalidad por parte de la población ya superó una línea, lo que lleva a pensar y creer que el país está enfrentando una crisis de criminalidad, aunque las autoridades sostengan lo contrario.
“Lo que se debe valorar y deben considerar las autoridades es que ya se superó el umbral de riesgo. Aunque la tendencia de homicidios vaya a la baja, el riesgo de percepción ya superó un límite. ¿Qué significa esto? Que el escenario de la criminalidad ha sido tan violento que pone a la población en una situación de miedo”, planteó.
Pavón, que fue embajador de Honduras en Cuba, mencionó que esta percepción desmesurada de la criminalidad, entre otros factores, eleva la desconfianza por parte de la población hacia las autoridades.
“Al superar una raya roja, existe el miedo colectivo. Tienes la percepción de que los cuerpos de seguridad están vinculados con el crimen organizado y el narcotráfico; tienes la percepción de que cualquiera puede utilizar uniforme policial o militar para cometer actos delictivos. En este momento están apareciendo varios elementos cuestionables que antes no se percibían”, precisó.
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NO HAY CRISIS POR VIOLENCIA NI CRIMINALIDAD
El planteamiento de Pavón lo expuso como una respuesta hacia las aseveraciones que hizo el secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, quien aseguró que el país no está enfrentando una crisis por inseguridad, sino que las autoridades policiales están siendo objeto de campañas para deslegitimar y minimizar los resultados obtenidos precisamente gracias al estado de excepción.
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