Honduras un Estado despótico en crisis

     

Por: Ariel Antonio Varela

Antonio Gramsci,  planteaba que una verdadera crisis histórica ocurre cuando hay algo que está muriendo,  pero no termina de morir y al mismo tiempo hay algo que está naciendo, pero tampoco no termina de nacer. Él planteaba que en ese tiempo y en ese espacio se gesta una verdadera crisis orgánica, crisis histórica,  una crisis total.

En Honduras desde aquel Golpe de Estado, gestado por las clases oligárquicas, corruptas y asesinas y desde aquel junio del 2009,  Honduras  vive  una verdadera crisis,  en donde la dictadura y las clases dominantes del país, se sostienen mediante la fuerza de las armas, el silencio de la comunidad internacional, que los vuelve cómplices y promotores de una dictadura que se oculta bajo el oscuro poder mediático y la más oscura y asquerosa iglesia que bendice la dictadura en nombre del «Dios dinero». 

Por otra parte también  hay algo que está naciendo,  pero no termina de nacer, eso no  es algo más que la capacidad que tiene un pueblo organizado y consciente de cambiar su  realidad.  La dictadura quiere negar su crisis, pero cada vez se hace más evidente que está muriendo, pues eso que está naciendo, esa revolución que se está  gestando,  cada vez se hace más fuerte. 

Esa nueva sociedad que está naciendo,  esa sociedad, la cual  cambió con el golpe de Estado y en este sentido Karl Marx tenía razón cuando planteaba que el capitalismo crea sus propios enterradores. Con el golpe de estado la oligarquía y los Estados Unidas crearon a los enterradores de la dictadura que ellos mismos instauraron.

 Este pueblo ya no le cree a esa iglesia adoradora del dinero, ni en esos medios de comunicación al servicio de los grupos de poder, ya no cree en ese falso cuento de la democracia y la gobernabilidad. Esa democracia que los lleva a votar cada 4 años por sus autoridades pero que no es más que el interés egoísta de una minoría insignificante contra la inmensa mayoría del pueblo. Una burda farsa y la imposición hegemónica  de una clase dominante sobre los pueblos, que la dictadura,  los Estados Unidos  ofrecen para proteger sus intereses.

Hoy el pueblo  está empezando a creer  que es posible,  mediante  otros medios, cambiar su realidad y lo está logrando. Hoy «tiemblan las clases dominantes no solo de Honduras, ante una posible revolución del pueblo. Hoy pues los hondureños no tiene nada que perder,  salvo sus cadenas».

  • Jorge Burgos
    Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. jorgeburgos@criterio.hn

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3 comentarios

  1. Al leer el título del artículo parece que el contenido será otro, enfocado en un análisis profundo del estado (el cuál si es corrupto, ha violado la constitución, entre otras cosas más), pero el artículo se enfoca en clases sociales, iglesia y pueblo.