Honduras encabeza la lista en Centroamérica con la tasa más alta de homicidios

En Latinoamérica, el país gobernado por la presidenta Xiomara Castro ocupa el quinto puesto en la tasa de homicidios, siendo superado únicamente por países como Haití, que enfrenta graves problemas sociales, Ecuador, Jamaica y Trinidad y Tobago

Este dato abre el debate sobre la situación que aqueja al país, ya que las autoridades policiales insisten en que los homicidios están disminuyendo, mientras que los registros internacionales lo siguen colocando como uno de los países más violentos del mundo

Tegucigalpa, Honduras.- A pesar de  que los gobiernos de las últimas dos décadas han asignado los presupuestos más altos al Gabinete de Defensa y  Seguridad y, han implementado supuestas medidas para prevenir la violencia y reducir las elevadas tasas de muertes violentas, Honduras sigue siendo el país con la tasa de homicidios más alta en Centroamérica y el quinto lugar en América Latina.

El actual gobierno de Xiomara Castro, que asumió el 27 de enero de 2022, ha seguido con la misma mística de sus antecesores e incluso ha implementado medidas similares a El Salvador sin lograr, hasta el momento, los resultados con los que alardea el presidente de la vecina nación Nayib Bukele.

Según los datos recopilados por Statista, una plataforma internacional de estadísticas, Honduras lidera la tasa de homicidios en Centroamérica con 31.1 asesinatos por cada 100 mil habitantes. Le sigue Belice con 21.5, Costa Rica con 17.3, Guatemala con 16.7, Nicaragua con 16.7 y sorpresivamente al final de la lista se encuentra El Salvador con 2.4 muertes violentas por cada 100 mil personas.

A nivel regional, Honduras ocupa el quinto lugar en la tasa de homicidios, siendo superado únicamente por Trinidad y Tobago (37.6), Haití (40.9), Ecuador (44.5) y Jamaica (60.9). Según esta plataforma estadística, El Salvador es el país menos violento en América Latina, lo que ha provocado que Nayib Bukele esté en un segundo mandato presidencial.

El informe de Statista señaló que, a pesar del gran esfuerzo de los gobiernos y las altas tasas de encarcelamiento, el tráfico de drogas, armas, el crimen organizado y las pandillas han convertido la violencia en una epidemia que afecta a toda la región. En este sentido, una solución a este problema parece difícil de alcanzar.

Además, el indicador demuestra que en estos países de la región se encuentran ubicadas algunas de las ciudades más peligrosas del mundo. Estas ciudades son focos de actividad para organizaciones del crimen organizado y narcotráfico, que utilizan la región como ruta para el tráfico de drogas, armas, y también para la trata de personas, incluyendo niños y mujeres.

Otro estudio realizado por InSight Crime reveló que Honduras ocupa el segundo lugar en la región latinoamericana en cuanto a la tasa de homicidios más alta, siendo superado únicamente por Ecuador. Esta situación fue celebrada por el ministro de Seguridad del país.

«La tasa de homicidios, aunque alta en comparación con América Latina, es la más baja en la historia de Honduras. Nadie ha hecho tanto como Xiomara Castro para fortalecer la Policía Nacional», escribió el general Gustavo Sánchez en su cuenta de X.

Los militares siguen ejerciendo tareas de seguridad en Honduras, aunque existan denuncias contra estos uniformados que no están preparados para brindar seguridad ciudadana.

De igual interés: Honduras podría emular los juicios colectivos contra maras y pandillas como en El Salvador

AUTORIDADES ALARDEAN DE MEJORAS EN SEGURIDAD

 Sin embargo, a pesar de la cuestionable realidad en materia de seguridad que enfrenta Honduras, las autoridades policiales continúan alardeando que la situación ha mejorado debido a las medidas implementadas, algunas de las cuales han sido tomadas como ejemplo del gobierno de El Salvador, como el estado de excepción y la intervención conjunta de las Fuerzas Armadas en las cárceles.

Según la institución dirigida por el jerarca Gustavo Sánchez, los homicidios en 2023 y los primeros meses de 2024 experimentaron un notable descenso gracias a las medidas antes mencionadas. Sin embargo, ha surgido una controversia debido a que el mismo titular de la Secretaría de Seguridad está a cargo del registro de muertes violentas, una situación que ha sido cuestionada incluso por integrantes de la misma cúpula policial.

Además, aunque los jerarcas policiales promueven la seguridad que todavía no se está evidenciando, en 2023 los homicidios múltiples superaron a los que se registraron en 2022, cuando todavía no estaba implementado el estado de excepción.

 Durante 2023, se contabilizaron más de 40 asesinatos múltiples en diversas partes de Honduras, con más de 190 víctimas. En contraste, en 2022 se registraron también 40 casos de muertes múltiples, pero con 139 fallecidos, según el Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH). En resumen, la violencia ha aumentado.

En 2023, los departamentos con el mayor número de asesinatos múltiples fueron Cortés, con ocho casos, y Francisco Morazán, también con ocho casos. Sin embargo, la disparidad en el número de víctimas entre ambos departamentos es significativa, ya que en Francisco Morazán se contabilizaron 74 víctimas, mientras que en Cortés fueron 40.

Según los datos, la mayoría de los asesinatos múltiples son perpetrados por integrantes de diversas maras y pandillas que mantienen su control en Honduras, mientras que el resto son el resultado de conflictos entre miembros de una misma familia.

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En el marco del estado de excepción los policías requieren a los ciudadanos indistintamente de los operativos, lo que representa un riesgo de seguridad por las prácticas policiales violatorias de los derechos humanos.

DATOS REVELADORES DEL ESTADO DE EXCEPICÓN

Después de analizar datos proporcionados por la Policía Nacional y el Ministerio Público (MP), Criterio.hn ha descubierto que durante los primeros seis meses de vigencia del estado de excepción, el 81% de los individuos arrestados como posibles criminales fueron liberados debido a la falta de pruebas en su contra. Este hallazgo arroja dudas sobre la efectividad del método implementado para ejecutar esta medida.

Desde el 6 de diciembre de 2022 hasta el 31 de mayo de 2023, la Policía Nacional arrestó a 4,033 posibles criminales. Sin embargo, de este grupo, 3,280 fueron puestos en libertad, mientras que sólo el 19% (753 personas) fueron requeridas por el ente investigador para comparecer ante los tribunales del Poder Judicial.

Además, se ha descubierto que miembros de la Policía Nacional y de la Policía Militar de Orden Público fueron denunciados ante el Ministerio Público en 2023 por diversas infracciones. Estos reportes incluyen el uso excesivo de la fuerza para la captura de individuos, una acción que posiblemente realizan aprovechando las facultades otorgadas por el estado de excepción.

Cabe destacar que el estado de excepción suspende temporalmente las garantías establecidas en varios artículos de la Constitución de la República, incluyendo el derecho a la libertad personal, el derecho a la inviolabilidad del domicilio y la protección contra detenciones arbitrarias. En resumen, esta medida otorga a las fuerzas de seguridad la autoridad para llevar a cabo arrestos y allanamientos sin necesidad de una orden previa emitida por un juez.

El estado de excepción, una medida polémica debido a su impacto en los derechos humanos al suspender varias garantías constitucionales, fue implementado con el objetivo de combatir la criminalidad y la violencia. Sin embargo, hasta la fecha, este objetivo no se ha logrado alcanzar.

Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH). (Foto: Horacio Lorca-Criterio.hn).

Según Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), esta situación genera temor entre la población y envía un mensaje a las autoridades de que, a pesar de las estrategias de seguridad implementadas, las actividades criminales continúan. Las bandas criminales, maras y pandillas siguen operando sin cesar.

Además, Ayestas señaló que, si bien se ha observado una reducción en la violencia homicida, otros delitos como la delincuencia común han surgido como un problema creciente. Estos delitos se presentan a diario y muchas veces no son denunciados, lo que dificulta el análisis de las estrategias estatales para combatir la criminalidad.

  • Me gusta trastear en los registros del dinero público, manipular y analizar datos para contar lo que no se sabe. Prefiero trabajar en equipo, antes que solo porque en el consenso está la clave. Aún no he llegado a donde quiero, pero volver no es opción. Ver todas las entradas
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