Fuertes contradicciones en muerte violenta de joven barrista en zona norte de Honduras

Tegucigalpa. –La muerte violenta del joven barrista Wilson Ariel Pérez Hernández por parte de agentes de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP) se tornó en un misterio tras revelarse fotos de la autopsia que realizó Medicina Forense.

Ante la controversia, que envuelve a la policía en un hecho que aún no se ha esclarecido, la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, descarta que se trate de una ejecución extrajudicial, mientras el médico forense Denis Castro Bobadilla afirma lo contrario.

Según la versión de la Policía Nacional, el joven era parte de la estructura criminal Mara Salvatrucha (MS-13), conocido con el alisas de “Palabrero” y fue abatido tras un enfrentamiento con oficiales de la FNAMP, en la colonia Juan Lindo, sector de los bordos, en la ciudad de San Pedro Sula, al norte de Honduras.

Pérez se convirtió en el ciudadano más buscado por la policía luego de agredir a una subinspectora de 23 años durante disturbios registrados el domingo en la final de futbol hondureño que se disputó entre el equipo capitalino Motagua y el local sampedrano Real España.

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La policía ofreció una recompensa de 100 mil lempiras a quien diera información de su paradero, 48 horas después se conoció que fue abatido por los elementos de seguridad del Estado, sin embargo, familiares y organizaciones de derechos humanos denunciaron que Pérez se entregaría de manera voluntaria y durante su trayecto fue interceptado por los agentes.

Ambas versiones exponen un enigma complejo y mientras la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva ha emitido un juicio a priori al asegurar que no se trata de una ejecución extrajudicial, Bobadilla contradice la versión oficial generando especulación.

“En este caso, lo digo categóricamente, es fácil demostrar si ocurrió un enfrentamiento. Eso no es una ejecución extrajudicial, no es lo que se ha venido diciendo”, declaró con certeza Villanueva.

La funcionaria reconoce que históricamente en Honduras las investigaciones de las instituciones y la prueba científica generan desconfianza en la ciudadanía, pero insta a esperar los dictámenes que ayuden a esclarecer el caso.

“Yo les digo esperemos los dictámenes, dicen ´esto es montado´ es que nacimos en un país definitivamente en que la prueba científica no vale, no hay garantías, nos han fallado enormemente las instituciones”, expresó.

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Aunque reconoce que desde la institucionalidad no hay confianza, Villanueva reitera que la prueba científica demostrará “la verdad” por lo que insta a esperar el pronunciamiento del servicio forense nacional y no caer en especulaciones.

Lo anterior surge en virtud de que la propia familia de Pérez está segura que su pariente fue torturado y posteriormente asesinado por los policías en venganza por la agresión que sufrió la subinspectora, sumado a las imágenes de la autopsia que se filtraron en las cuales se observa al joven con contusiones, sin uñas en los dedos de las manos y sin lengua.

Bobadilla, ex director de Medicina Forense, asevera que el joven no murió en un enfrentamiento y que fue víctima de una “paliza” antes de morir.

“Yo soy un especialista en el tema, lo que se me presentó fue una fotografía donde fui viendo la superficie de piel y ahí hay contusiones, habría que confirmarlo o descartarlo, pero eso no es más que golpes. Los orificios de los disparos va ser interesante dónde entraron y cómo salieron. En un enfrentamiento queda inundado de casquillos y se registra en el libro de novedades de lo que ocurrió y tengo entendido que ambos no existen”, explicó.

Bobadilla explicó que en el procedimiento de la autopsia médico forense se extrae todo el paquete digestivo desde la lengua por lo que es normal y en el caso de las uñas solo son extraídas a menos que tenga una indicación precisa.

Villanueva fue directora de Medicina Forense desde 2013 hasta 2018, se pronunció en diversos asesinatos perpetrados por los propios organismos de seguridad estatal como en el caso de la agente de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), Sherill Yubissa Hernández Mancía que quisieron hacer pasar como suicidio. 

También, en el asesinato en una posta policial de La Esperanza, Intibucá, de la joven estudiante de enfermería Keyla Martínez, la Policía Nacional quiso hacer creer que se trataba de un suicidio cuando en realidad se evidenció fue un asesinato que en la actualidad se mantiene en la impunidad.

La subsecretaria de Seguridad, quien en el pasado  resaltó su desconfianza en las investigaciones de la propia institucionalidad, tras el asesinato del sacerdote José Enrique Vásquez recriminó que el caso se asignara a la ATIC por considerar ser parte de la estructura criminal que cooptó el Estado.

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En cambio, tras ser nombrada autoridad de la Secretaría de Seguridad, su discurso es más templado y confía que los estudios toxicológicos revelarán todas las dudas en el caso de la muerte violenta de Pérez.

“Queremos conocer los estudios toxicológicos, si en la mano del joven había residuos de pólvora, queremos analizar una serie y gama de hallazgos periciales y balísticos del arma que se encontró, queremos integrar cada una de las pruebas para que sepan todo. No vamos, bajo ningún punto, aceptar que las conjeturas y conclusiones de estos hechos sean improvisadas, inventadas con una intención de desfigurar el trabajo científico”, añadió.

Los elementos de la FNAMP que participaron en el supuesto enfrentamiento fueron retirados del caso y suspendidos temporalmente mientras se realizan las diligencias investigativas, en tanto, Villanueva reitera que no existe una ejecución extrajudicial en el polémico caso.

“El joven Wilson no fue torturado ni tampoco maltratado por la Policía. Ni la tortura que refieren que le quitaron la lengua y arrancaron las uñas es cierto. Llegó al hospital con sus uñas y su lengua, lamentablemente el servicio forense mutiló su cadáver porque cuando hacían la autopsia buscaban material genético”, expuso.

El llamado de organizaciones y la población yace en una pronta y efectiva investigación independiente que esclarezca el caso y se haga justicia.

Pérez pasó de ser victimario por agredir a una policía durante un partido de fútbol a víctima de la persecución que se instauró en su contra y  que concluyó con su muerte violenta, catalogada como un homicidio por Julissa Villanueva y Denis Castro Bobadilla, quienes han coincidido en este punto pese a adversar en la mayoría de los criterios.

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